¡Déjenla respirar!… Muestren facturas y contratos
Los casi nueve minutos que el peso de un robusto policía aplastó el cuello de George Floyd fueron más que suficientes para ahogarlo y matarlo. Ni Chaveau, ni sus otros tres colegas que arrestaron al ciudadano negro, bajo un cargo incierto y eventualmente trivial, prestaron atención a Floyd, quien suplicó todo el tiempo “déjenme respirar!”. […]