Alex A. Chamán Portugal
El 15 de junio de 1918, un grito libertario emanó de las aulas de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, marcando el inicio de la Reforma Universitaria, un movimiento que rompió las cadenas de un modelo educativo oligárquico, clerical y elitista. Este hecho histórico no solo transformó las universidades de América Latina, sino que también plantó las semillas de una lucha que, más de un siglo después, sigue vigente frente a los embates del capitalismo decadente, su depredador neoliberalismo y su lógica de mercantilización de la educación y conculcación de otros derechos fundamentales de los pueblos.
Hoy, en el siglo XXI, la universidad enfrenta una crisis profunda que Renán Vega Cantor, en su obra La Universidad de la Ignorancia, identifica como parte de la decadencia del capitalismo en su etapa imperialista. Este artículo reflexiona sobre la vigencia de los principios de la Reforma Universitaria de Córdoba, analizando los desafíos actuales desde una perspectiva democrática y progresista que propone la transformación de la universidad como trinchera de lucha popular y conocimiento emancipador.
La Reforma Universitaria y su Legado de Lucha
La Reforma Universitaria de Córdoba representó un levantamiento contra las universidades dominadas por el clero y las élites oligárquicas. Sus principales principios —autonomía universitaria, cogobierno estudiantil, gratuidad de la enseñanza, libertad de pensamiento y expresión, extensión universitaria y laicidad— buscaron democratizar la educación superior y vincularla a las necesidades y aspiraciones del pueblo. Inspirada por las corrientes democráticas, progresistas y revolucionarias de la época y las luchas obreras y populares, esta reforma sentó las bases para una universidad científica, crítica, democrática y comprometida con las luchas populares.
Sin embargo, desde su surgimiento, este modelo ha sido constantemente amenazado. En el contexto actual, las universidades de América Latina son un reflejo de las contradicciones y descomposición del capitalismo global, donde prima la mercantilización de la investigación y del conocimiento, el impedimento de una concepción científica materialista dialéctica arrastrando a la mayoría de los universitarios a la “formación” de tecnócratas, la demolición de los principios universitarios, el clientelismo y prebendalismo en estudiantes y docentes, el tráfico de notas y títulos, la conformación de roscas o camarillas docentes, la degeneración de la dirigencia estudiantil, la precarización laboral docente, la exclusión de las masas populares, etc.
La Universidad Neoliberal Como Espacio de Ignorancia y Alienación
En La Universidad de la Ignorancia, Renán Vega Cantor denuncia cómo el capitalismo neoliberal ha convertido las universidades en fábricas de ignorancia, subordinadas a los intereses del mercado devastador. Bajo esta lógica, la universidad deja de ser un espacio para la reflexión crítica y propositiva, y se transforma en un mecanismo para reproducir las relaciones de poder existentes.
Vega Cantor, en su texto referido, destaca varios elementos de esta crisis:
- Privatización y mercantilización: Las universidades públicas son desfinanciadas, obligándolas a depender de capitales privados que imponen agendas alineadas con las demandas del mercado global.
- Tecnocratización del conocimiento: Se priorizan carreras funcionales al mercado (tecnología, administración, ciencias aplicadas) mientras se menosprecian las humanidades y las ciencias sociales.
- Pérdida de autonomía: Las políticas neoliberales subordinan las universidades a organismos internacionales, empresas transnacionales y gobiernos autoritarios, eliminando su capacidad de resistencia crítica.
Estos factores configuran un panorama desolador que afecta directamente a estudiantes y docentes, precarizando sus condiciones materiales de vida y limitando su capacidad de organización y lucha.
La Vigencia de la Reforma de Córdoba en el Siglo XXI
Frente a este contexto, los principios de la Reforma Universitaria de 1918 no solo conservan su relevancia histórica y política, sino que adquieren una urgencia renovada. En el marco de las luchas actuales, estos principios se transforman en banderas para resistir la ofensiva neoliberal:
- Autonomía universitaria: Recuperar la independencia de las universidades frente a los intereses del mercado y el Estado.
- Cogobierno estudiantil y docente: Democratizar la toma de decisiones para que estudiantes y docentes sean protagonistas en la dirección de las universidades.
- Extensión universitaria popular: Vincular a las universidades con el pueblo y sus organizaciones, contribuyendo a la solución de los problemas sociales desde una perspectiva crítica y emancipadora.
- Gratuidad y accesibilidad: Garantizar una educación gratuita y universal, especialmente para los sectores populares históricamente explotados, oprimidos y excluidos.
- Compromiso con las luchas sociales: Transformar la universidad en un espacio al servicio del pueblo, ligado a los movimientos de resistencia y emancipación.
Un Proyecto de Transformación
Desde una perspectiva crítica y propositiva, la crisis universitaria no puede entenderse aislada de la crisis general del capitalismo. La lucha por una universidad crítica y democrática es inseparable de la lucha por la transformación de la sociedad. En este sentido, proponemos:
- Articulación con movimientos u organizaciones populares: La universidad debe ser un aliado estratégico de los movimientos obreros, campesinos, indígenas y feministas, contribuyendo con conocimiento y herramientas para sus luchas.
- Internacionalismo solidario: Construir redes de cooperación entre universidades y movimientos sociales a nivel regional, nacional e internacional, enfrentando de manera conjunta la ofensiva neoliberal.
- Defensa de la universidad pública: Resistir los intentos de privatización y exigir un financiamiento estatal suficiente que garantice la gratuidad y calidad educativa.
- Revolución educativa: Transformar el currículo y las metodologías para fomentar el pensamiento crítico, la creatividad y el compromiso social, enfrentando el adoctrinamiento tecnocrático y utilitarista.
La Universidad como Trinchera de Lucha
En el siglo XXI, la universidad debe recuperar su papel como espacio de resistencia y transformación social. Los principios de la Reforma de Córdoba y las denuncias de Renán Vega Cantor son faros que nos iluminan en esta batalla contra la ignorancia institucionalizada y la mercantilización del conocimiento.
La lucha por una universidad crítica y emancipadora no es solo una lucha educativa, sino una lucha por la construcción de una sociedad justa, democrática y progresista. Como decía el Manifiesto Liminar de 1918: “La juventud ya no pide. Exige ser escuchada.” Hoy, más que nunca, es el momento de exigir y construir.