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La Paz y Santa Cruz: ambiciones diferentes

La nueva configuración política nacional está generando actores sociales y territoriales que los expertos en el análisis de las sociedades nos deben contribuir para comprender mejor lo que está pasando.

Es un hecho   que después del año 2003, las grandes decisiones políticas han pasado a ser un elemento en el que los departamentos occidentales, a la cabeza de La Paz, marcan y lideran el proceso. Es también un hecho que las determinantes económicas están a la cabeza de Santa Cruz, en el Oriente.

Los departamentos como Chuquisaca y Tarija, a pesar de ser las chequeras nacionales, por la inmensas reservas de gas que poseen en sus territorios y después de las derrotas a sus liderazgos locales, han quedado reducidos a simples arcas que todos usamos sin medida ni clemencia. La Kalancha y exilio de Mario Cossio, tanto en Chuquisaca como en Tarija, dejaron vacío de liderazgo que abrieron las puertas a la jibarización de sus riquezas y sus organizaciones

En esta configuración territorial de poder no se puede dejar de mencionar a Cochabamba y, en particular, a la fuerza social  asentada en el trópico: los migrantes convertidos en   cocaleros y hoy en poder. Son la guardia pretoriana del régimen de Evo Morales. Como bien relata Jacinto Anton (El País, 2018) “pocas unidades militares arrastran tan mala fama como los pretorianos, la guardia de los   emperadores de Roma,(…) acompañaban en campaña al emperador, entrando en combate como soldados, tuvo múltiples funciones incluyendo las de policía secreta, espionaje y operaciones clandestinas (como asesinar a enemigos del Estado)”.

Esta fuerza social debe ser motivo de un especial análisis, ya que la suma de varios poderes (económico, social, político, legal e ilegal) está configurando un coctel social de imprevisibles consecuencias.

Volviendo al motivo de la presente reflexión, es interesante notar cómo los intereses políticos de Santa Cruz y La Paz difieren. Los líderes cruceños, no todos, por supuesto, dan por descontado que no tienen opción a conducir al país desde la primera magistratura. Es decir, asumen que un “camba” no tiene chance para ser el próximo Presidente de Bolivia.

Los argumentos que refuerzan esta idea van desde que “el país está aún muy dividido y la   derrota que terminó en el Hotel Américas y en Porvenir, Pando, nos ha marcado y privado de liderazgos alternativos”. Otros arguyen que, a diferencia del colla, el líder cruceño está muy casado con el tema productivo y que la política es importante, pero más como lobby en busca de beneficios, que como ejercicio del poder directo.   “Los cambas producimos, los collas hacen política y en una ganamos tiempo, y en la otra perdemos tiempo y plata”, me decía un amigo ganadero.

En base a este contexto, eso sí, la mayoría de los lideres “cambas, prefieren optar por copar los espacios de poder local, antes que el nacional. Por ello, en el debate político oriental no se anda pensando en el próximo Presidente de la República, sino en el próximo gobernador o alcalde. Los poderes locales son el espacio de disputa antes que los nacionales.

En el caso de Santa Cruz, el gobierno municipal y el gobierno departamental están siendo motivo de alianzas y conformación de redes de disputa. Están los “percystas” (seguidores   de Percy Fernández) que harán todo lo posible, ya no sólo por preservar la Alcaldía, sino también saltarle a la Gobernación.

Por su parte, los “rubenistas” (seguidores de Rubén Costas a través del MDS), que después de dominar el espacio departamental, quieren copar también el poder local, que día a día administra más de un millón de dólares.

Pero en esta disputa no son los únicos. En ciernes se están moviendo varias tendencias en búsqueda de formar la tercera vía, que no depende de estos dos grandes movimientos, en búsqueda de darle a Santa Cruz un remesón de liderazgos, cambio y actualización.  El problema de estas corrientes es que son tan diversas y sin un líder que las aglutine, que de no hallar el eje articulador pueden morir en el intento

En cambio, en occidente, y en particular en La Paz, todos quieren ser presidentes, lo que explica que faltando más de un año para las elecciones, los collas estén alistando, probando y promoviendo sus candidaturas a la primera magistratura. El partido de Gobierno aplaude e impulsa esta fiebre, porque sabe que esas ambiciones juegan en su favor. El tiempo se encargará de poner las cosas en su lugar.


Iván Arias Durán es ciudadano de la República de Bolivia.
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