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La imaginación y la Literatura infantil

Angélica Guzmán Reque

Los niños tienen que ser libres para llevar sus propias vidas.

La Sirenita

Cómo se concibe a la imaginación: es propia del ser humano, a través de ella nos es posible crear nuevos mundos, nuevas realidades que están presentes, pero se las puede variar e idear de muchas maneras posibles. Gracias a la imaginación concebimos ideas relacionadas con las sensaciones que se producen en nuestro mundo interno y es la mente capaz de avizorar mundos ajenos a la misma realidad.

La imaginación innata en los niños les hace suponer la posibilidad de jugar con ella y poder sentirse en dimensiones ajenas a su realidad, así, por ejemplo, puede considerarse un constructor de una arquitectura diferente, un niño perdido en el espacio, un niño que come demasiado y engorda tanto, pero tanto que puede volar, etc.

El niño que busca aventura y recreación para su mundo busca lecturas fantásticas que lo guiarán por su mundo, así ya no será Don Quijote que lucha con molinos de vientos, será el ser valiente que se arma de poderoso armamento y es capaz de enfrentarse a monstruos del espacio, a gigantes salvajes y, podrá convertir su escenario de lucha su propia habitación, buscará a las hormigas para darles la personalidad de valientes soldados que marchan a la conquista de su propio espacio del jardín donde actúa. Un libro es una prueba de que los seres humanos son capaces de hacer magia. – Carl Sagan.

Hoy en día el cine ha podido adentrarse en los libros clásicos de la literatura infantil y ha hecho verdaderos emporios de la fantasía y la imaginación, haciendo que los personajes que nos fascinaron desde niños, ya no son los mismos, son personajes de la actualidad. Caperucita ya no es la niña inocente que se deja convencer por el lobo, ahora es una niña lista que enfrenta la ferocidad del animal y logra vencerlo porque la astucia del animal, se traslada a la personalidad de la niña. Hansel y Gretel, no son más los niños que caen bajo la perversidad de la bruja, son niños listos que encierran a la bruja y ella, es la que cae perdida y manipulada.

Sabemos muy bien que, el niño, durante su desarrollo físico, también experimenta un desarrollo mental, por eso los juguetes, para él, son personas, objetos que cobran vida, son símbolos de compañía, conversa con ellos, los manipula, los colorea, les da denominativos, son componentes de su propia personalidad. Quizá sea éste el momento donde el escritor debe convertirse en componente de esa imaginación, apoyar ese lenguaje y convertir los juguetes en palabras, que sean artífices del posible diálogo con los niños.  Nos dice Jorge Luis Borges: La literatura no es otra cosa que un sueño dirigido.

Los antiguos juguetes tan comunes en la vida de los niños. como fueron la pelota y la muñeca, han desaparecido, unos dicen porque no les reportaba, sino actividades perniciosas, como la falta de libertad y de acción, es que, acaso, el juego preferido de hoy, que es el celular, un aparato electrónico que no le reporta, sino inactividad y programas descontrolados, no le hacen peor mal? La pelota, hoy usada en hombres y mujeres le permitía salir al aire libre y jugar, hacer amigos, ensuciarse, pelear, cansarse, ejercicios que le reportan beneficios al organismo, la muñeca le enseñaba que la misión de la maternidad es necesaria en la vida familiar y social. Saber que aquella muñeca, tomaba la personalidad de un ser vivo que reclamaba amor y cuidado. Hoy en día, la muñeca es ella, que puede ser manejaba por la industria de la manipulación y la vanidad.

La literatura infantil tiene esa misión de volver a hacer que el niño recupere su imaginación y sea él, el centro de sus juegos y de sus lecturas. El juego es una actividad de importancia en la formación humana, necesariamente las escuelas deben implementar las horas de juego, como las horas de lectura, no para pasar el tiempo, sino para hacer verdaderos espacios donde se adquiera la necesidad de ser un ser sensible y en posesión de una imaginación que potenciará el desarrollo futuro de la humanidad.  

Mi corazón tiene alas y puedo volar. Tocaré todas las estrellas del cielo. Este es el milagro con el que he estado soñando. dice la Cenicienta

Sabemos que el mundo de los juguetes no tiene límites, por lo que definir al libro como un juguete, no sería nada anticlerical, sino sacarlo de la biblioteca y ponerlo frente a la vida, que es el mundo de los niños, nos sugiere el pedagogo de la Gramática de la imaginación, como fue Gianni Rodari. Así podría ser un objeto de vida, un objeto que cobrara vida  y podría intercambiar con quehacer y el lenguaje de los niños, ser parte importante y acompañarlo entre sus vivencias personales. Saber que el juego es una parte del alimento emocional y formativo del niño y custodiar sus juegos de la mano de un libro, creo que sería una labor vivencial del rescate en su formación, antes de ser víctima de ideologías perturbadoras que lo llevarían al ocaso de una personalidad distorsionada por la ambición de mentes perversas y egoístas. saber que, cuando “Se leyó un buen libro cuando giramos la última página y sentimos como si hubiésemos perdido a un amigo” son palabras del escritor Paul Sweeney.

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