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Microrrelatos – Colección de literatura breve CLXXXII

Tortura

Mauricio Albeiro Montoya Vásquez- Colombia

Las grapas en sus ojos no dejaban duda de que había sido obligada a ver cómo torturaban a su amante.

Dragón

Paola Tena – México

Lo apodan “Dragón», porque escupe fuego. Los otros niños le temen, y lo observan reverentes desde el arcén. Se lleva un buche de gasolina a la boca, acerca a su cara un palo de madera con un trozo de tela ardiendo en la punta y lanza una llamarada al cielo. “¡Ah!”, exclaman, rendidos de admiración. Luego, con el rostro tiznado y la dignidad de un artista, camina entre los coches detenidos en la avenida, las manitas abiertas pidiendo aunque sea una moneda “por favor, su mercé”, hasta que el semáforo cambia a verde, y el niño se prepara para la siguiente función.

Árboles enamorados

Nana Rodríguez Romeo – Colombia

 Un hombre reunió todas sus riquezas para realizar un matrimonio esplendoroso entre un mango y un jazminero, atándolos con juncos que crecen en las orillas del río. Después, en los días azules de diciembre, nacieron mangos con olor a jazmín y flores de jazmín con sabor a mango. Busco esposa, soy un almendro feliz y acaudalado.

Una palabra

Felicidad Batista – España

Me señala a mí. Es una palabra leve y sin voz. Sin embargo, su presencia impone, exige, ordena. Doy un paso atrás y arruga el entrecejo. Reanudo mi marcha. Desoigo su voz lamentosa, sus advertencias y presagios. Tengo prisa por llegar.

La encuentro de nuevo al final del camino. Me mira a los ojos desde el espejo de una laguna, donde la palabra se hunde. Intento rescatarla. La llamo «¡tiempo!». Pero ya no me responde.

Amor del bueno

María Antonieta Barrientos -Chile

Ella lo había visto un par de veces, con los ojos que sólo ven la cotidianeidad. Acostumbrada al rigor del intenso trabajo diario, a las carencias de toda clase, al abandono del padre de sus cuatro hijos. Él, como un ladronzuelo de poca monta, se escondió detrás de la cortina para robarle un beso.

Hoy, 47 años después, siguen juntos, felices de ese amor que partió con una sigilosa fechoría.

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