La soledad del dictador
O piensa este que porque le amarran los zapatos, lo aman. Esos, los vanidosos, son los que mejor cuelgan como monigotes de las plazas. Pero esta enfermedad de poder, el vicio que apabulla a los mandamases de Bolivia, no tiene cura. Siempre queda la fuga, y siempre hay espacio en el mundo para que los […]