El nombre elegido no es un producto periodístico, porque prescinde de ciertas características de ese género, es una novela que parte de hechos reales, como en la biografía de un pianista Opus Gielber de la periodista argentina Leila Guerriero o en Una novela criminal de Jorge Volpi. Si bien la novela El nombre elegido fluctúa entre la entrevista, la biografía y la novela, el autor tiene el acierto de darle una vuelta de tuerca al género, al convertirse en personaje narrador, o emplear la argumentación, pero sigue en él, gracias a que la novela “es un búnker, un útero, donde cabe todo”, como dice la novelista española Cristina Morales.