Amalia C. Cordero Martínez / Cuba
Es de alabar que sea Francisco Benedicto González, Pancholín, quien se dedicara a recopilar los datos para este libro titulado, Arsenio Rodríguez en la memoria musical cubana. Pancholín, un percusionista nacido en Jagὒey Grande. Desde que lo encontré han pasado muchos años en los que muchas veces sólo me lo he cruzado en la calle. Con su andar lento, bajo la simbólica boina, lo envuelve un halo de anonimato y el encorvamiento sobre la tumbadora, han condicionado el ritmo de sus pasos. Muy pocos pueden asegurar que conocen su tono de voz porque pasa de manera silenciosa. Me sorprendí al escucharlo intervenir sobre su libro, en la Casa de Cultura durante el acto por el Día del Poeta. Cuando lo presentaron imaginé que su intervención duraría pocos minutos. Contrario a mis pensamientos su disertación fue fluida, coherente, con nutridos elementos para demostrar los valores recogidos en su obra. Solo una labor de más de cuatro décadas recopilando información y profundizando en la verificación de cada fecha y cada persona que estuvo cerca del ″Ciego maravilloso″ lograron el dominio de los contenidos expuestos. En el pueblo se habla de cómo se manifiesta solidario con los amigos y de su desprendimiento para compartir lo poco que pueda tener y sobre todo la fibra humana de apoyo espiritual al brindar su colaboración personal, siempre desde su recogimiento.
Proveniente de una familia musical, la práctica cotidiana, dentro de su casa, impresionaba sus oídos. Así la música fue sembrándose en su piel y en su corazón. Al caminar mira hacia el suelo, quizás trata de comprobar si su avance va al ritmo de las manos sobre el cuero que vive en su memoria. Así, sus pasos fueron llevándolo de retorno a la historia de la música para rendir homenaje a otro músico muy importante y que es de obligada consulta en temas musicales, como Arsenio Rodríguez, natural de Guira de Macurijes, Municipio Pedro Betancourt, Provincia Matanzas, Cuba donde Nació el 30 de agosto de 1913. Falleció el 31 de diciembre de 1970 en Los Angeles, Estados Unidos de Norteamérica.
El libro de apenas ciento treinta y cinco páginas es el primero Francisco Benedicto González. Admirador de los valores de Arsenio Rodríguez como persona, y por los aportes que realizó a la música cubana, fueron suficientes incentivos para que él se dedicara a realizar un recorrido desde el lugar donde nació hasta el resto de las ciudades donde vivió, frecuentó y elaboró su obra el músico apodado, El Ciego Maravilloso. Otro recorrido largo realizaría buscando apoyo para la edición de sus apuntes y encontrar la editorial que se lo publicara. Al final la Editorial El mar y la montaña, de Guantánamo fue la que asumió con su equipo la edición y publicación. Los que hemos leído el libro, le agradecemos porque con esta publicación se rinde merecido homenaje a un importante músico cubano que por su tenacidad y oído musical, acrecentado por la temprana privación de su visión, logró dar al sonido musical cubano, un toque auténtico.
El libro, tiene entre sus valores la fidelidad testimonial sobre la vida y obra de Arsenio logrados a través de las memorias obtenidas de familiares y amigos cercanos y de los músicos con los que intercambió o trabajó. Más de cuatro décadas de persistente labor sin perder el derrotero, han logrado que Pancholín, lo haya escrito.
A través de los testimonios recogidos, en los que están presentes destacados músicos de importantes orquestas y conjuntos, van aflorando los aportes que Arsenio puso en ejercicio:
La lectura nos lleva a conocer cómo Arsenio fue trabajando para lograr un nuevo formato instrumental y cómo al tradicional septeto le agregó un piano, tres trompetas y la tumbadora. Así fueron sucediendo cambios en la sonoridad como las había imaginado en el resultado de sus iniciativas. Al final surgió un nuevo repertorio y novedosa variedad de ritmos y conceptos armónicos que enriquecieron no solo al son, sino también al bolero, la guaracha y algunas combinaciones del bolero mambo y el bolero cha. Precursor del mambo y continuador de la base rítmica de origen ″congo″ devenida de su descendencia de esclavos, las que fue mezclando con el sonido de las trompetas inspirados en los ″sones montunos tocados por los treseros orientales.[1] Otro de los aportes fue la creación de los Conjuntos musicales con la inclusión de un cantante solista y una nueva sonoridad e interpretación del son cubano. Así mismo Arsenio creó un ″estilo diferente de ejecutar el Tres, distinto a los sextetos″.
En su libro, Pancholín va llevando la trayectoria de vida de Arsenio, hasta su salida al extranjero con el objetivo de buscar solución a su ceguera, y el valor que tuvo su trabajo en otras tierras para la divulgación de la música popular cubana después de sus aportes. Posteriormente los más importantes músicos tanto fuera o dentro de nuestro país la fueron asimilando y aún en las entrevistas actuales se refieren a estas historias.
Este libro, del que acabo de destacar las innovaciones de Arsenio Rodríguez, es muy importante para estudiosos del género y para la población que necesita tener información sobre los precedentes patrimoniales del territorio a partir de que en otros países si se han confeccionado escritos con los resultados de su obra y se han difundido por diferentes vías. Los invito a profundizar en este interesante tema.
Autora Amalia Caridad Cordero Martínez
Jagὒey Grande, Matanzas. Cuba
6 de agosto 2024
[1] Giro Radamés Nota al lector. Libro Arsenio Rodríguez. En la memoria musical cubana. Editorial El mar y la montaña.Guantánamo. Cuba. 2019