La muñeca está rota
Lorena Escudero – España
YA NO deja de llorar cuando la abrazas, no come y bebe mucho, y suelta unos eructos que suenan como si se le estuvieran acabando las pilas. La muñeca está rota y ya no sirve. Yo miento y digo que no me he divertido con ella más de la cuenta. Nadie puede demostrar que intenté ahogarla en la bañera, o que le retuerzo los bracitos cuando me aburro. Y a nadie le importa.
Estamos casados y la muñeca es mía.
El secreto de Melusina
Karla Barajas – México
Se preguntaron por qué los sábados Melusina se movía cómo serpiente cuando bailaba la danza del vientre baladi رقص بلدي, elemental, sin desplazamientos y con movimientos principalmente de pelvis, pero ella cautivaba y atraía lo mismo a hombres que a esas víboras que, en secreto, la envidiaban. La espiaron mientras se bañaba, descubriendo que era mitad humana, mitad serpiente. Tampoco fue aceptada entre las lenguas bífidas.
El relato
Ana María Mopty – Argentina
Sólo los sueños nos dan alivio, ese intento de alcanzar el cielo, dijo el leñoso árbol a otro que recién se asomaba y sentía a sus pies el calor amenazante del incendio.
Interpretación
Patricia Nasello – Argentina
Me culpa por su ceguera y quiere matarme. Descubrí el resentimiento y las intenciones que ocultaba ese ojo inútil porque el otro, que está sano, me permitió observarlo frente al espejo.
Arbitrium
Manuel Sauceverde – México
El auténtico libre albedrío proviene del azar.
Pedagogía
Gonzalo Llanos – Bolivia
Para él que poco sabía. Los besos de ella fueron una novedad de la vida. Por eso le rogó que fuera su maestra, que le enseñara a leer. Pues, era un solitario, y, además, un analfabeto del corazón.