Irma Verolín

La intensidad de tomar el desayuno

esta mañana

con un hombre que conocí anoche

se parece

a morir con los ojos abiertos

-corazones furtivos

noches de corazones

dibujados en el lado incorrecto

de las barajas-

te miro:

lenta tu mano

alza con aire principesco

la tacita de café,

pobre horizonte

para la esquiva sacralidad

de tus ojos.