Blog Post

News > Elizabeth Salguero Carrillo > La nueva realidad y la polarización

La nueva realidad y la polarización

La polarización política y social en varios países del mundo es una amenaza para la lucha contra la pandemia, así lo expresan varios analistas que temen que la creciente división de la sociedad en posturas incompatibles repercuta negativamente sobre la gestión de la crisis sanitaria por el Covid-19.

Por ejemplo, el problema de las posturas irreconciliables en el país, como fraude vs. justicia, pititas vs. masistas, no se da sólo a nivel político, sino que está afectando en diferentes niveles y está planteando de manera dicotómica la opción por la salud vs. la economía, el confinamiento vs. la libre circulación, uso barbijos vs. no uso, sintomáticos vs. asintomáticos, restricciones vs. no restricciones, vacunas vs. antivacunas, dióxido de cloro vs. los contrarios al mismo, entre otros. Estos debates sobre falsas dicotomías binarias están confundiendo a la sociedad y empujando a que la gente opte por blanco o negro, dejando de lado los grises que se presentan en la vida.

Esta polarización está obstaculizando también la toma de decisiones y pone en peligro la lucha contra la pandemia. Los disturbios, manifestaciones, concentraciones políticas son preocupantes, no sólo por el descontento ciudadano, sino por el peligro de los contagios y la propagación de la enfermedad.  La polarización tiene por lo menos dos consecuencias. La primera es que la polarización política resulta funesta para la convivencia. 

Cuando el posicionamiento político de la ciudadanía es polarizado, se torna difícil de controlar y gobernar. Se observan dos polos y cuando existen fuertes divisiones políticas, crece el riesgo de enfrentamientos. La segunda secuela es que la polarización no es sólo un asunto interno, sino que tiene mucho que ver con el contexto internacional. Los objetivos en el plano internacional generan diferentes posiciones dentro de los Estados. 

Esto es lo que sucede en nuestras democracias inmaduras, que no aciertan a identificar nuevos objetivos más allá de su propio enriquecimiento y lucha por el poder, entonces se vuelven egoístas y de corta mirada. La polarización política y la falta de objetivos internacionales se retroalimentan en un círculo vicioso.

En Bolivia venimos de una crisis política durísima que profundizó aún más las posiciones encontradas y luego pasamos a una crisis económica y sanitaria, en la que la polarización no ayuda. Para poder salir adelante necesitamos parar y reconciliarnos, porque esta espiral de posiciones irreconciliables puede llevarnos al fracaso, donde todos y todas saldremos perdiendo.  Evidentemente se requiere de una madurez política y de una justicia imparcial que actúe de acuerdo con las leyes, pero ese desafío sigue pendiente.

La polarización también impide saber sobre las otras realidades. La falta de comunicación e información fidedigna son un reflejo de lo que pasa en el escenario político, donde las redes sociales y los medios de comunicación exacerban las posiciones extremas y amplifican la polarización en todo.

Además, la polarización se construye y no surge de la nada. Es una estrategia que se basa fundamentalmente en la desinformación, mediante las “fake news” y la confrontación. L@s especialistas en comunicación política buscan tocar nuestras emociones. La explicación de la polarización actual es que los partidos políticos se han dado cuenta de que activar las emociones es más fácil que activar el razonamiento. Allí entran las teorías de la conspiración, donde nadie confía en lo que dice el otro u otra.

La polarización puede afectar a las decisiones tomadas para frenar a la pandemia. De ahí la importancia de que las y los ciudadanos estén informados en vez de polarizados. También es muy importante respetar las posiciones distintas y confiar más en la o el otro, sin pensar que miente o sigue sólo sus intereses. 

Esta confianza se la puede recuperar mediante actividades que fomenten la cohesión social como los movimientos vecinales de ayuda a los demás. Debemos recordar además que la base de la democracia consiste en el consenso, el diálogo y el respeto a la diferencia.

Elizabeth Salguero C. es comunicadora social.

error

Te gusta lo que ves?, suscribete a nuestras redes para mantenerte siempre informado

YouTube
Instagram
WhatsApp
Verificado por MonsterInsights