Alex A. Chamán Portugal
Introducción
La filosofía, en particular desde una perspectiva materialista dialéctica, constituye un instrumento indispensable para interpretar y transformar el mundo. En palabras de Mao Tse-tung, “la filosofía marxista sostiene que la teoría debe estar ligada a la práctica. Si no lo está, no tiene sentido” (Mao, 1968, p. 33). Este principio subraya la relevancia de la filosofía como guía teórica para la educación y la investigación científica. Este ensayo analiza cómo la filosofía materialista dialéctica es esencial para construir una concepción científica del mundo, una educación emancipadora y un pensamiento crítico, reflexivo y propositivo.
Definición y problemática fundamental de la filosofía
Desde el materialismo dialéctico, la filosofía es la ciencia de las leyes generales del desarrollo de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. Su problema fundamental radica en la relación entre el ser y el pensar, o entre la materia y la conciencia. Según Althusser (1971), “el marxismo no es solo una filosofía, sino una herramienta teórica para comprender y cambiar el mundo” (p. 29).
A diferencia del idealismo, que privilegia la conciencia como creadora de la realidad, el materialismo dialéctico sostiene que la materia es primaria y objetiva, mientras que la conciencia es un reflejo de las condiciones materiales. Mao Tse-tung (1968) explica que “la materia es lo que existe objetivamente fuera e independientemente de la conciencia humana, mientras que el pensamiento es el reflejo subjetivo de esa materia en el cerebro humano” (p. 21).
George Lukács, por su parte, subrayó que la filosofía marxista no es solo un sistema cerrado, sino un método vivo para interpretar la realidad. Según Lukács (1967), “la dialéctica materialista no se limita a contemplar el mundo, sino que busca transformarlo mediante el análisis de sus contradicciones internas” (p. 85).
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La concepción científica del mundo
La concepción científica del mundo implica una visión basada en el análisis riguroso, la observación objetiva y el conocimiento fundamentado en la experiencia y la práctica. Para el marxismo, esto se logra a través del materialismo dialéctico e histórico, que integra las leyes del desarrollo natural y social.
El materialismo como base científica
Lenin afirmó que “el materialismo filosófico es la base de una concepción científica del mundo, pues reconoce que el ser material es primario y las ideas son un reflejo de este” (Lenin, 1973, p. 42). Esto permite un análisis objetivo y crítico de la realidad, superando las especulaciones idealistas y metafísicas.
La dialéctica como método de análisis
La dialéctica es fundamental para entender los fenómenos en su desarrollo y contradicción. Mao Tse-tung señaló que “la dialéctica no es solo un método de investigación, sino también una guía para la acción, ya que permite captar las contradicciones internas que impulsan el cambio” (Mao, 1968, p. 47).
La práctica como criterio de verdad
Para los marxistas, la verdad no reside únicamente en la teoría, sino en su verificación práctica. Gramsci destacó que “la verdad científica es aquella que puede aplicarse y transformarse en una herramienta para la acción social” (Gramsci, 1985, p. 90).
Relación con las ciencias naturales y sociales
Engels afirmó que “la filosofía materialista es inseparable de las ciencias naturales, ya que estas proporcionan el contenido concreto que la filosofía sistematiza y generaliza” (Engels, 1982, p. 56). Del mismo modo, el materialismo histórico conecta el desarrollo social con las leyes económicas y políticas, permitiendo un análisis integral.
Principales características del materialismo dialéctico
La filosofía materialista dialéctica se distingue por las siguientes características:
Materialismo objetivo: Afirma la existencia independiente de la realidad material y su primacía sobre la conciencia.
Dialéctica como método: Reconoce que el cambio y el desarrollo surgen de las contradicciones internas de los fenómenos, lo que Mao denomina “la ley de la contradicción inherente a las cosas” (1968, p. 47).
Práctica como criterio de verdad: La verdad de cualquier teoría solo puede comprobarse en la práctica concreta. Como lo señala Mao, “sin práctica no hay conocimiento, y el conocimiento que no se aplica es incompleto” (1968, p. 24).
Materialismo histórico: Explica los procesos sociales desde las relaciones económicas y las luchas de clases, evidenciando que las ideas dominantes son el reflejo de las condiciones materiales de producción (Marx & Engels, 1973, p. 64).
Estas características confieren a la filosofía marxista un carácter práctico, científico y transformador, lo cual tiene implicaciones directas en la educación y la metodología de investigación.
Filosofía y educación: Hacia una pedagogía emancipadora
La educación integral debe ser crítica y emancipadora, capaz de superar las limitaciones ideológicas impuestas por el sistema capitalista. Según Althusser (1971), las instituciones educativas son “aparatos ideológicos del Estado” que reproducen las relaciones de producción existentes (p. 128). Sin embargo, una educación fundamentada en la filosofía marxista puede liberar a los individuos de estas estructuras opresivas al promover una conciencia crítica y transformadora.
Antonio Gramsci destacó la necesidad de formar intelectuales orgánicos que conecten la teoría con la práctica social. En sus palabras, “todo hombre es un filósofo, pero no todos poseen la conciencia crítica que permite transformar su mundo. La educación debe servir para desarrollar esta capacidad” (Gramsci, 1985, p. 90).
Mao Tse-tung enfatiza la necesidad de conectar la teoría con la práctica educativa: “La educación debe ser una herramienta para comprender la realidad social y transformarla” (1968, p. 58). Este enfoque no solo desarrolla competencias técnicas, sino también un compromiso político y ético con el cambio social.
Filosofía y metodología de investigación en la construcción del conocimiento científico
En la investigación científica, la filosofía materialista dialéctica proporciona un marco epistemológico y metodológico riguroso. Lenin (1973) subraya que “sin una teoría revolucionaria, no puede haber movimiento revolucionario” (p. 39), lo que implica que la investigación debe ser coherente con principios teóricos que expliquen y transformen la realidad.
El papel de la dialéctica en la investigación
La dialéctica permite analizar los fenómenos como procesos interconectados y en constante cambio, lo que evita una visión fragmentada o estática de los problemas. Como lo plantea Mao Tse-tung, “los métodos mecanicistas no pueden explicar los fenómenos vivos; es necesario un análisis dialéctico” (1968, p. 41).
La práctica como validación del conocimiento
Al igual que en la educación, la investigación científica debe estar orientada a la práctica. La filosofía materialista dialéctica exige que el conocimiento se aplique para validar su relevancia y utilidad social. Al igual que en la educación, la investigación científica debe estar orientada a la práctica. Georg Lukács sostuvo que “la metodología marxista se basa en la comprensión de las contradicciones como el motor de la historia y de la ciencia” (Lukács, 1967, p. 98).
Filosofía, pensamiento crítico y emancipación
La filosofía marxista no solo interpreta la realidad, sino que busca transformarla, fomentando un pensamiento crítico, reflexivo y propositivo. Según Mao Tse-tung, “la crítica y la autocrítica son las armas fundamentales para avanzar en el conocimiento y la transformación del mundo” (1968, p. 37).
La importancia de este pensamiento reside en su capacidad para:
Identificar contradicciones en la realidad social.
Cuestionar las estructuras dominantes que perpetúan la opresión.
Proponer alternativas concretas para superar las desigualdades existentes.
Conclusión
La filosofía materialista dialéctica, como herramienta teórica y práctica, es esencial para la educación y la metodología de investigación. Su capacidad para interpretar y transformar la realidad la convierte en un pilar fundamental para construir una concepción científica del mundo, promover una educación crítica y emancipadora, y desarrollar un pensamiento reflexivo y transformador. Como afirmaba Marx, “los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo de diversos modos; de lo que se trata es de transformarlo” (Marx & Engels, 1973, p. 77).
Referencias
Althusser, L. (1971). Ideología y aparatos ideológicos del Estado. Madrid: Akal.
Engels, F. (1982). Anti-Dühring. Moscú: Progreso.Lenin, V. I. (1973). Materialismo y empiriocriticismo. Moscú: Progreso.
Lenin, V. I. (1973). Materialismo y empiriocriticismo. Moscú: Progreso.
Lukács, G. (1967). Historia y conciencia de clase. Buenos Aires: Ediciones Era.
Gramsci, A. (1985). Cuadernos de la cárcel. México: Siglo XXI Editores.
Mao Tse-tung. (1968). Obras escogidas: Volumen I. Pekín: Ediciones en Lenguas Extranjeras.
Marx, K., & Engels, F. (1973). La ideología alemana. Moscú: Progreso.
Marx, K., & Engels, F. (1975). El manifiesto comunista. Moscú: Progreso.