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 Feudo-Cárcel

Evo Morales Ayma tuvo una carrera política meteórica. Llegó al poder a los pocos años de haber fundado el MAS a diferencia de otros políticos y partidos que lo intentaron durante largos años y nunca pudieron.

Los sucesos de la época lo favorecieron en su realización personal. La implementación del modelo neoliberal inició una batalla contra el monopolio del partido político en el manejo del poder y la representación ciudadana, la fórmula empleada en su momento fue la creación de  agrupaciones ciudadanas que terminaron siendo la mejor forma de legalizar la división de los partidos políticos en beneficio de sectores corporativos o grupos de amigos sin compromiso político alguno y con la consecuente desideologización de la sociedad.  La toma del poder dejó de ser una aspiración grupal.

En lugar de reposicionar a la política, al político y al partido terminaron por denostarlos al extremo. La nueva dirección del MNR que reemplazó a Víctor Paz, decidió conquistar espacios donde su presencia era mínima y convertirse en un partido clase mediero urbano con el fin de implementar su renovado proyecto gubernamental, para ello abandonó el área rural que siempre fue su fuerte, espacio que inicialmente fue copado por las ONGs vinculadas a la izquierda y fortalecidas por las recomendaciones del Banco Mundial, sus dirigentes abandonaron la militancia y la lucha política para convertirse en gerentes, jefes, coordinadores, etc. impulsando proyectos de tinte social, sobre todo, decían, en favor del campesinado.

Aún asi, no lograron, por su naturaleza,  llenar los espacios abandonados, su presencia fue insuficiente para satisfacer la demanda campesina que empezó a exigir un rol protagónico en la política. Morales Ayma y sus asesores se dieron cuenta de ello, se asentaron en el Chapare  usando a las ONGs para reanimar el sindicato con métodos extorsivos y autoritarios, rebautizarlo como movimiento social de acuerdo a la terminología del progresismo europeo. El camino estaba abierto, se expandieron  por todo el territorio nacional y sin resistencia alguna reemplazaron  al MNR en el espacio abandonado. 

Las viejas aspiraciones partidarias de representar a una determinada clase social y que sus lideres mas esclarecidos tomen la conducción sindical como la COB y otras entidades fue superada, el liderazgo dejo de estar en las minas  trasladándose al Chapare bajo la conducción de las 6 federaciones beneficiadas por su envidiable ubicación territorial que les permitió estrangular a la economía nacional bloqueando la ruta Santa Cruz Cochabamba, a la vez que se consolidaba la producción de la hoja de coca generadora de un poderoso campo economíco paralelo.

El impacto político de sus acciones era evidente, el bloqueo se convirtió en el método más efectivo para crecer, consolidarse y tomar el poder. En tanto los partidos tradicionales cayeron en la inercia, por ejemplo el MNR y el MIR en lugar de  generar procesos internos de modernización, decidieron seguir la corriente autodestructiva   organizando en su seno grupos antipolíticos como los Amigos de Goni  o la Nueva Mayoría, integrados por tecnócratas hambrientos de hacer negocios.    

La mesa estaba servida, el área rural quedo en manos del MAS en exclusividad, la irrupción y toma del poder por los antisistema fue casi natural, su retórica negadora del pasado y asignadora de culpas a los de antes fue de gran eficacia para derrotar al sistema prevaleciente. Octubre del 2003 tuvo una arrolladora fuerza estigmatizadora de la política, del político y del partido. 

Morales Ayma condujo autoritariamente al estado, al MAS y a las 6 federaciones del trópico cochabambino, empero su poder omnímodo fue frenado en seco por las heroicas pititas que provocaron su renuncia y huida del país desde su feudo. Era el principio de una caída histórica, nunca más se repuso, la resistencia a su persona cobro fuerza en la sociedad y en su propio partido. 

Creyó que la elección de Arce Catacora como candidato era apenas un interin en el manejo del poder político, en su soberbia no quiso percatarse que él ya no era el de antes y que su final estaba cerca.  En su ceguera insiste en contrariar  la constitución, la normativa internacional, las sentencias constitucionales y, sobre todo, ignorar tozudamente la voluntad del pueblo expresada en un referúndum.

No contó con que su elegido se rebelaría disputándole la candidatura presidencial y desplegaría una estrategia para eliminarlo de la competencia. En la pugna interna Evo Morales de intocable pasó a vulnerable nada más ni nada menos con la acusación de pederastia cuya resolución no esta en manos de la política sino de la justicia.

Las recurrentes amenazas de que sería detenido por orden de una juez logró que no salga de El Chapare, la intención al parecer no es detenerlo sino tenerlo a raya y solo en caso extremo apresarlo ¿hasta que se dicte sentencia en su contra o solo por un breve tiempo para luego exiliarlo o entregarlo a otro país por la comisión de delitos transnacionales? 

Mientras tenga un mandamiento de aprehensión emitido por una autoridad jurisdiccional el feudo de Evo es su cárcel, esta enjaulado así sus allegados conformen una guardia donde no corre peligro, esa fila de motos y vehículos alrededor de Evo Morales en lugar de mostrar fortaleza es un signo de su total debilidad.

Evo esta aterrizando en la realidad, sólo podrá circular  y hacer ampliados con sus bases en territorio chapareño, bailar con quien quiera, jugar fútbol en los estadios inútiles que construyó tal vez de manera premonitoria de su encerrona, ser entrevistado por sus adulones en Radio Cuasachun Coca, pero no podrá hacerlo en ninguna otra parte del territorio nacional a riesgo de ser apresado por los delitos cometidos que no deben quedar impunes.

El y nadie más que él convirtió su feudo en su propia prisión.

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