Indiscutiblemente, la foto donde se ve a políticos y cívicos del campo opositor celebrando una reunión denominada “Acuerdo y Compromiso Nacional por la Democracia y el Estado de Derecho”, no deja indiferente a nadie. Pero la provocación de la imagen no implica necesariamente la generación de la esperanza de un campo político opositor unificado, o la articulación de un nuevo bloque de poder, o la emergencia de una nueva narrativa ideológica que invite a un cambio de proyecto de estado. Al contrario, la imagen en cuestión, que ya puede considerarse el retrato de un suceso parte del proceso político boliviano de cara a octubre del 2019, sugiere la invisibilizacion de la mujer.
Obviamente, no han faltado las críticas sobre la crítica a la invisibilizacion: “falta un indígena, un homosexual, un discapacitado, un negro, un albino, un reptiliano y un extraterrestre”. Empero, considero que son reacciones naturales de posiciones que también adolecen de una conciencia amplia con respecto al potencial de lideresas maduras para ocupar el campo político.
En una entrevista realizada a Ayn Rand le plantean la siguiente pregunta ¿Por qué piensa que, en el mundo, no tenemos líderes mujeres fuertes?, a lo que responde: “si estás hablando sobre la liberación de la mujer, todo ese movimiento, es un tema muy falso e hipócrita. Las mujeres son seres humanos, así que necesitan líderes al igual que los hombres- en ciertas profesiones. (…) pero digamos en política, necesitan líderes que son hombres o mujeres que se lo hayan ganado. No hay tal cosa como típicamente un líder de mujeres, igual que sería ridículo decir: tenemos lideres solo de hombres”.
En el marco de la contundente respuesta de la filósofa, considero que el ascenso Adriana Salvatierra como presidenta de la cámara de senadores – más allá de la posición ideológica que tenga, con la cual no comparto- es un lugar ganado como efecto de su militancia partidaria y trabajo político. No es casual.
Es decir, mientras el miércoles 17 de enero una suerte de comparsa típicamente de hombres saludaba para la foto como muestra de unidad por la democracia, el jueves 18 de enero una mujer, constituida ya en un animal político junior del oficialismo, inició su gestión desde un espacio donde se toman decisiones de alto nivel. Un movimiento táctico acorde a los tiempos pre-electorales, cuando el empoderamiento de la mujer ya es una variable determinante para cualquier proceso político en el mundo.
Deja sabor a poco el conservadurismo de algunos actores cívicos y políticos del campo opositor en el escenario de lucha donde las lideresas son un elemento clave para dar otro sentido a la política y los intereses en juego. Con esto no quiero decir que las mujeres no sean proclives a la corrupción o todo mal que afecta a la gestión publica porque también son seres humanos. Lo que sí quiero decir es que hoy es su tiempo, no para llenar una cuota de género o aparecer en la foto para demostrar inclusión, sí para decidir.
Estoy seguro que existen lideresas bolivianas con todo el potencial para ocupar cargos de alto nivel en la política boliviana pero que el conservadurismo de la clase política tradicional inhibe su real participación y toma de decisiones.
Empezaron mal el año señores. Dejen de escucharse y mirarse a sí mismos. Mientras el oficialismo encumbra a una mujer, ustedes la invisibilizan.
José Orlando Peralta B. / Politólogo