Alex A. Chamán Portugal
La pandemia del Coronavirus está siendo instrumentalizada por el sistema capitalista y sus grupos de poder mundial, así como por sus organismos internacionales para desviar la atención de la más grande ruina económica y política global. Las causas y consecuencias de esta crisis resultan tan escandalosas que utilizan la pandemia como una efectiva cortina de humo y las medidas tardías procuran hacerse de fenómenos psicosociales para usarlos en el efectivo control de las multitudes movilizadas en defensa de sus derechos. Consideramos la generalizada crisis económica planetaria expresada en: ralentización, recesión y desaceleración económica. La China, capitalista e imperialista, se constituye en motor industrial y es ahí donde precisamente se inicio la pandemia, situación que ha llevado que algunos gobiernos, políticos, intelectuales y organizaciones conjeturen y afirmen que la misma obedece a una “guerra bacteriológica” desatada por Estados Unidos. La periódica superproducción ha llevado, en los últimos días, a la caída estrepitosa del precio de petróleo en un 30% y muchas otras materias primas corren similar “suerte”. Manifestación de la honda crisis lo constituye las incesantes “caídas libres” de las “bolsas de valores” y de los mercados mundiales que reflejan el desplome de la economía capitalista e imperialista mundial, que ahora sindica al Coronavirus como la “responsable” de su debacle. Resulta evidente que la retardación científica y tecnológica para dar con el remedio al Coronavirus se explica porque la ciencia sigue secuestrada por las grandes corporaciones que la subordinan a la fabricación de armas, diversos artículos suntuarios, etc., y no para resolver los grandes problemas humanos-sociales. El sistema no solo mercantiliza la salud y educación, sino también a la ciencia y la tecnología. Ese es el raciocinio de quienes se hacen cargo del “orden vigente”.
El presente artículo se pública en circunstancias de la más aparatosa crisis del Capitalismo depredador, así como la creciente lucha de los pueblos del mundo (Francia, Chile, Colombia, Brasil, Perú, etc.) y en una memorable fecha (18 de marzo de 1871) en que el proletariado, por vez primera en la historia, inicia el combate y resistencia a través de un proyecto revolucionario, aquello fue la Comuna de París(1).
Enfermedades y epidemias a lo largo de la historia
A lo largo de la historia de los modos de producción(2), la humanidad ha experimentado enfermedades, epidemias y pandemias como la actual COVID 2019. No olvidemos que en muchos pasajes históricos los conquistadores hacían más temerarios sus proyectos cuando la acompañaban de enfermedades o epidemias. Ejemplo de aquello fue la conquista de España sobre el Tawantinsuyo y el exterminio de una enorme cantidad de aborígenes australianos por los colonizadores ingleses. En pleno desarrollo feudal la historia refiere que a mediados del siglo XIV la epidemia de la “peste negra” no solo habría arrasado con aproximadamente la mitad de la población europea, sino también se habría extendido a Asia y África con devastadoras consecuencias demográficas. Los resultados de referida epidemia golpearon al sistema feudal e impulso a la burguesía emergente a la acumulación del capital. Es en el capitalismo que las eventuales enfermedades y epidemias fueron convertidas en poderosos instrumentos políticos para consolidar situaciones de dominación y expansionismo, pues las “inclemencias de la naturaleza” ocasionalmente gravitaban en los resultados de muchos procesos históricos-sociales. Pero, también, valiéndose de supuestas “armas químicas” o “bacteriológicas” se han justificado invasiones y destrucciones, en pleno siglo XX, a pueblos enteros como Irak. Es de conocimiento que las clases sociales dominantes no solo han explotado y oprimido a más no poder a las clases explotadas y oprimidas, sino que, además, las han sometido a las más espantosas condiciones de vida haciéndolas más vulnerables a todo tipo de enfermedades, epidemias y ahora pandemias.
Coronavirus, medios de información y manipulación mediática
Hoy el Coronavirus no solo es una pandemia en términos de expandirse en casi todo el planeta, sino también en la manera cómo se asume la respectiva cobertura mediática; día a día, hora a hora, minuto a minuto. Todo ese desenfrenado y sensacionalista conteo de infectados y muertos en el mundo, continentes, países, regiones, etc., suele estar acompañado de una elevada dosis de paranoia que se alimenta instante a instante por el pánico que se siembra, así como por la oportuna carencia de medidas preventivas y que posteriormente son convertidas en medidas autoritarias que imponen a destiempo los Estados y gobiernos de turno. El abordaje mediático es tal que la misma no es de exclusividad de los manipuladores medios masivos de información, sino también de la prensa alternativa, redes sociales, incluso de los propios medios de instituciones laborales, educativas, deportivas, culturales, religiosas, etc. En suma, la pandemia del coronavirus ya forma parte de la agenda mundial por lo que se implementan políticas conducentes a minimizar su impacto, aunque, en general, no consideran la situación de precariedad laboral de las inmensas mayorías cuyos magros ingresos suelen darse en el “día a día”.
Lo preocupante de todo este manejo mediático es que las potencias capitalistas e imperialistas (Imperialismo Yanqui y sus aliados de la OTAN versus el social imperialismo de China y su aliada Rusia) contienden para reposicionarse geopolíticamente.
El sistema, sus Estados e instituciones y los gobiernos de turno ensayan la instrumentalización de la psicología social no solo para sembrar paranoia, sino, especialmente para manipular y controlar a la población, esencialmente a las masas populares. ¿Qué es lo que pretenden? Incrementar y diseminar el pánico, normalizar la inseguridad a partir de un desastre “natural” o una crisis económica, política y social. Una vez concretado lo precisado proceder a alienar y domesticar a los sectores populares, e implementar medidas conducentes a eliminar sus derechos fundamentales (trabajo, salud, educación, vivienda, etc.) y con aquello acrecentar la acumulación capitalista. Sofocar las luchas populares es una de las prioridades del orden establecido y de las eventuales potencias en pugna.
Crisis y decadencia capitalista
Lenin sostenía que “La política es la expresión concentrada de la economía…, la política no puede dejar de tener la primacía sobre la economía”(3). Evidentemente, el siglo XXI está mostrando no solo la crisis, sino también la inalterable decadencia del capitalismo. Esta profunda crisis capitalista es protagonizada por las contradicciones y caducidad del propio sistema, específicamente por la oligarquía financiera que, en tanto propietaria de los inmensos medios de producción, se vale de su poder político para pugnar por reposicionamientos geoestratégicos en desmedro de la humanidad y el planeta mismo. El desencadenamiento de sus constantes crisis y sus secuelas los lleva a una nueva injusta guerra económica y política en detrimento de las naciones oprimidas, pueblos del mundo y proletariado. En efecto, la pandemia del Coronavirus golpea, con mayor fuerza a las masas populares cuya situación es más frágil, por no decir un desastre en términos de drama humano-social. En tanto las políticas migratorias siguen severas, sino prohibidas, para ingentes cantidades de seres humanos que a duras penas logran escapar del terror político militar que siembran los “guerreristas imperialistas” (Imperialismo Yanqui y sus socios de la OTAN) en sus naciones (Siria, Libia, Irak, Palestina, Yemen, etc.). A otros se les aplica el terrorismo económico y político capitalista vía “bloqueos”, “sanciones”, etc., ahí se tiene a Cuba, Venezuela, Irán, etc. A esas personas se les niega las supuestas “virtudes” y “libertades” de la globalización, en contraparte se dinamiza a más no poder la circulación de sus mercancías mediante sus llamados “mercados de libre comercio” que reflejan las reglas de juego favorables a las potencias capitalistas imperialistas y sus eventuales socios. A todo esto, preguntamos ¿Qué es la globalización y qué relación guarda con la pandemia? La expansión acelerada de la pandemia en cuestión, puede ser mejor entendida al comprender la sociedad globalizada, así “la globalización no es sino la mayor socialización de la producción que el mundo vive; implica más profunda y expansiva explotación y opresión de naciones y pueblos por el imperialismo”(4).
La ruina del capitalismo también se refleja en la conculcación de esenciales derechos y libertades a la población, puesto que han convertido servicios básicos (salud, educación, vivienda) en apetitosos negocios, es decir, en bienes de consumo mediados por el valor de cambio. ¡Tanto tienes, tanto vales! Es la prédica pragmática del capitalismo y sus clases sociales dominantes, eso explica porque miles de millones de humanos, en situación de pobreza o indigencia, son indeseables para el mercado, por lo que habría que aniquilarlos en vida, o mejor si las pandemias les ahorran ese “monstruoso trabajo”. ¡Viva el darwinismo social burgués! En el corazón del imperialismo estadounidense millones de ciudadanos (no es una exageración) prefieren “tratarse y curarse por cuenta propia”, arriesgando su salud y vida, a ir a un centro médico por ser muy inaccesible debido a lo costosísimo que resulta. ¡La salud con el neoliberalismo también dejó de ser un derecho fundamental para ser convertido en un negocio! Sí “los amos del mundo” (burgueses) en tiempos de crisis económicas no dudaron en “auto rescatarse” o “auto salvarse” a través de sus aparatos políticos (Estados y gobiernos), hoy en tiempos de profundización de sus crisis no escatiman fuerzas en ultrajar y vilipendiar a las masas populares, pues lejos de “ayudarlas humanitariamente” hacen todo lo contario, ya que les imponen una serie de medidas reaccionarias que lejos de mitigar su situación la agravan a niveles de tormentos.
El descalabro del capitalismo es tal que sus crisis serán más recurrentes y devastadoras. El Corona virus se encarga de exponerlo tal como es, es decir, depredador, bárbaro e inhumano. Muestra, en pleno tercer milenio, la precariedad de la salubridad a nivel mundial, los niveles críticos en la calidad de vida de los sectores marginales, las sentidas carencias de agua potable y alcantarillado que afectan a centenares de millones de seres humanos, la impresionante cantidad de hambrientos, anémicos, desnutridos y tuberculosos en el planeta. Asimismo, muestra cómo algunas naciones del llamado “primer mundo” priorizan la “estabilidad o recuperación económica” a costa de su población con la que experimentan cuan conejillos de indias. Son los casos de Inglaterra y Estados Unidos, entre otros.
Las atrocidades espirituales que desnuda el Coronavirus
El Corona virus también ha contribuido a destapar la ideología burguesa expresada en sus decadentes valores. ¿Cuáles? Desde el triunfo de la revolución burguesa o francesa, en un primer momento, el naciente sistema vociferó la trilogía: “Libertad, igualdad y fraternidad” enmarcada en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, prontamente privilegiaron la explotación económica más atroz, la opresión política mediante el aparato estatal y privado, respaldadas por sus fuerzas coercitivas militar y policial, y judicial, para simultáneamente destruir la conciencia social humanista, progresista y revolucionaria a través de la alienación espiritual y enajenación material inoculando un conjunto de elementos nocivos como la insensibilidad humana, la escasa solidaridad y compromiso social, el apoliticismo, la indiferencia, el exacerbado individualismo y egoísmo, la corrupción, la inmoralidad, la docilidad, la sumisión, el apego frenético a la riqueza material, etc. La burguesía y sus gobiernos de turno “declaran la guerra” a la pandemia del Corona virus, por lo que implementan “espectaculares” campañas y medidas para “preservar la vida”, y ponen a andar toda su maquinaria estatal y no estatal, sin embargo, el Capitalismo es responsable de que casi 1,500 millones de seres humanos vivan en situaciones de pobreza y/o extrema pobreza, careciendo de servicios básicos como agua potable y alcantarillado, electricidad, vivienda, etc. ¿Cómo pueden hipócritamente enarbolar banderas de defensa de la vida cuando en los hechos ofrecen a sus pueblos la paz de los cementerios? ¿Cómo pueden plantear la lucha contra esta pandemia cuando han convertido el derecho a la salud en un negocio rentable que priva a las mayorías? Lo propio sucede con los alimentos y artículos de primera necesidad. En suma, el sistema, sus grupos de poder, los Estados como órganos de dominación y los gobiernos de turno han despojado sistemáticamente a la mayor parte de la humanidad de derechos fundamentales y las arrinconan a las más extremas condiciones que las hacen vulnerables no solo al virus en cuestión, sino a todo tipo de enfermedades y epidemias. ¿Qué del virus de la cruel acumulación capitalista a costa de mayor explotación humana y ruina de la naturaleza? ¿Qué del virus de la corrupción desenfrenada en todo el planeta? ¿Qué del virus de la contaminación de mares, ríos, lagos y lagunas? ¿Qué del virus de la trata y tráfico humano y animal? ¿Qué de otras injusticias y sufrimientos humanos cuyo sello es el capitalismo?
La verdadera pandemia es el sistema capitalista depredador
Inequívocamente, a estas alturas queda muy en claro que el sistema capitalista, desde su nacimiento hasta su decadencia actual, es el principal responsable de las catástrofes que afectan a la humanidad. Tengamos muy en cuenta que en las más de tres décadas de neoliberalismo se han arrasado no solo derechos fundamentales y libertades, sino que además se ha sumido en mayor desdicha a los pueblos del mundo. Hoy, al igual que ayer, el sistema tiene como principal preocupación la “estabilidad” o “crecimiento” de la economía, por lo que subordinan el interés colectivo al privado. Se trata de conjurar el “colapso económico capitalista”, aunque la realidad muestra que el mismo ya está condenado a la ruina total, por lo que posterior a este tsunami pandémico tendremos una reconfiguración del orden capitalista imperialista. Las circunstancias afianzan la ralentización económica lo que está obligando a declarar “cuarentenas” para contener la masificación de los infectados, aunque, como de costumbre, las consecuencias de miseria e insalubridad recaen en los más pobres y los posteriores efectos también serán descargadas sobre las espaldas de los más explotados y oprimidos. La tiranía del mercado está diseñada para golpear y aplastar a las masas populares.
Perspectivas
Marx decía, con magistral acierto, que el sistema capitalista tiende a destruir la naturaleza y las fuerzas productivas (masas trabajadoras) y es lo que precisamente hace. Queda claro que el verdadero virus pandémico, que representa un peligro real para el planeta y la humanidad, es el Capitalismo, mientras subsista se mantendrá en agenda el riesgo de la III Guerra Mundial, así como seguirán desenvolviéndose otros “virus económicos y políticos” como las diferentes agresiones imperialistas contra las naciones oprimidas y pueblos del mundo. El terrorismo imperialista, a la cabeza de Estados Unidos, arremete política, económica y militarmente contra muchas naciones y pueblos produciendo verdaderas atrocidades humanas similares a las generadas por el nazismo y fascismo. Por cierto, que el llamado Derecho Internacional y los organismos internacionales terminaron como caricaturas, expresiones de aquello es el actuar impune de sus engendros genocidas como Arabia Saudita y al Estado Judío de Israel para masacrar a los pueblos de Yemen y Palestina respectivamente. El impacto económico-político y psicosocial del Coronavirus está garantizado para varios meses más, no obstante, todo hace indicar que marcará la agenda durante el presente año y será aprovechado para reordenar la dominación económica, así como para aplastar las luchas populares. Las alarmas, paranoia, angustias, ansiedad, estrés, depresión y demás elementos psicosociales que envuelven a la mayor parte de la población mundial servirán para que los “de arriba y sus colaboradores” lo instrumentalicen en pro de controlar y someter a los pueblos. Lo anterior se entiende mejor cuando el gobierno neoliberal de Chile acaba de decretar “El Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe” por 90 días(5). A partir de lo anterior preguntamos: ¿Cuál es la perspectiva de la humanidad, de las naciones oprimidas, de los pueblos del mundo y del proletariado? Ante la decadencia del modo de producción capitalista corresponde enarbolar el optimismo histórico propio de un modo de producción superior, por lo que debemos contribuir a la construcción del socialismo científico, diferenciándolo de sus caricaturas. Aunemos fuerzas por forjar una concepción científica del mundo expresada en una ideología científica y transformadora. Ese es el punto de partida. Es una necesidad política imperativa -en el fragor de la creciente lucha de clases- constituir o reconstituir vanguardias revolucionarias de nuevo tipo al servicio de la clase y los pueblos.
¡Las masas hacen la historia y la rebelión se justifica! ¡Salvo el poder todo es ilusión!
NOTAS:
- La Comuna de París de 1871 fue la primera experiencia revolucionaria del proletariado. Derrotó por varias semanas al Estado burgués y formó sus órganos de gobierno. Según el PCP: “Con el Poder en las manos, lo obreros parisinos, entre otras me¬didas, redujeron la carga laboral, prohibieron el trabajo nocturno, organizaron guarderías para los niños, congelaron el precio de arriendo de la vivienda, abolieron las deudas con los bancos, dieron reconocimiento a los “hijos no legítimos” y los cargos políticos de los dirigentes se declararon derogables en cualquier momen¬to que el pueblo lo estimara. A pesar que la Comuna de París duró solamente 72 días, fue sufi¬ciente para mostrarle al mundo lo que puede lograr la clase obrera una vez que conquista el Poder y a pesar de que las masas fueron cobardemente masacradas por el gobierno francés, su ejemplo se inscribió para siempre en la me¬moria de los pueblos del mundo. Desde ahí en adelante, los obre¬ros y revolucionarios del mundo alzarán la bandera roja y jamás renunciarán a ella. Recuperado el 18 de marzo de 2020. En: http://defensapcp.blogspot.com/2018/03/la-comuna-de-paris-el-dia-en-que-se.html
- Los modos de producción a lo largo de la marcha de la sociedad humana han sido la Comunidad Primitiva, el Esclavismo, el Feudalismo y el actual Capitalismo, siendo en perspectiva el Comunismo. Es en el Esclavismo en que emerge la propiedad privada sobre los medios de producción lo que genera la escisión de la sociedad en clases sociales con la correspondiente lucha de clases, que se constituye en “motor de la historia”.
- Diccionario filosófico marxista, 1946: 858-86.
- Guzmán, A. 1999. Base Naval de El Callao – Perú.
- Resulta claro que referida medida gubernamental es antipopular, puesto que tiene la clara intencionalidad de sofocar la creciente lucha plebeya de ese hermano pueblo que batalla por una Asamblea Constituyente con y para el pueblo que generé una Nueva Constitución Política del Estado en aras de reconquistar derechos y libertades, así como combatir el capitalismo neoliberal. En Chile el gobierno proimperialista y antipueblo de Piñera y secuaces intensifica políticas fascistas para abortar el clamor popular, si en pocos meses asesinaron a decenas de personas e hirieron a otras centenas, hoy pretenden cometer masacres y genocidios para preservar el inicuo capitalismo neoliberal.