Juan Martínez Reyes
Para sobrevivir a una pandemia, debes seguir las siguientes indicaciones, las cuales pueden modificarse o eliminarse, dependiendo de la época en que vives.
Primero: Estar en aislamiento total (no salir, salvo en caso de emergencia y pasar el tiempo con la familia o aprovechar para ver nuevos estrenos de Netflix).
Segundo: Tener un buen refugio, de preferencia una casa subterránea (o al menos un techo donde vivir).
Tercero: Guardar reservas de alimento y agua (conseguir en el supermercado más próximo a su ciudad).
Cuarto: Saber de primeros auxilios (si no conoces, ve un tutorial en YouTube, puede servir de ayuda).
Quinto: Adquirir un botiquín con medicamentos esenciales (no incluye hierbas).
Sexto: Poseer armas de fuego (si no sabes usarla, pues debes aprender).
Séptimo: Implementar una buena biblioteca, para no caer en el aburrimiento (los best seller no son fiables).
Octavo: Conseguir un vehículo, para escapar en situaciones extremas (si no tienes, ahorra y cómprate uno).
Noveno: Aprender a comer de todo (incluso carne humana).
Décimo: Agenciarse de una refrigeradora con una buena reserva de cervezas u otra bebida alcohólica de su preferencia.
Décimo primero: No ser claustrofóbico (podrías sufrir de esquizofrenia).
Décimo segundo: Gozar de buena salud (esta es importante al igual que la décima primera, la décima y las demás).
Si sigues todas las instrucciones, hay un 99 % de probabilidades de sobrevivir, el 1 % restante es saber evadir la muerte. Buena suerte. Nos leemos en la próxima pandemia, si es que sales vivo de esta.
ORFANDAD
Cuando despertó, el hambre volvió a aguijonear su estómago. Se incorporó y anduvo varias horas como una sombra enclenque, tratando de encontrar algo de comida. Al no hallar nada, se resignó a comer algunas hierbas para saciar su apetito. Minutos después, la sed lo invadió. Entonces, caminó hasta encontrar una pequeña acequia, donde al fin la sequedad de su lengua saboreó la frescura del agua.
En la tarde, volvió a andar por las calles del pueblo sin saber el tiempo que transcurría. La gente lo miraba con recelo. Algunos le lanzaban piedras y otros se alejaban de él por su aspecto y hedor. La tristeza habitó dentro de él. El sol agonizaba y él sintió que sus fuerzas empezaban a mermar. Hoy no tuvo suerte. Mañana quizás encontrará algo que comer. El can se refugió en un pequeño parque y se dejó vencer por el cansancio y el sueño. Cuando despertó, el hambre volvió a aguijonear su estómago.
RUMORES II
Dicen que el día de la desgracia amaneció gris.
Dicen que días antes se había despedido de su madre.
Dicen que sobrevivió a la pandemia de la COVID – 19.
Dicen que lo conocían y que era de Huancavelica.
Dicen que era bueno y que trabajaba doble turno para construir su casa.
Dicen que murió cuando se derrumbó el socavón.
Dicen que el joven aún vivía cuando lo llevaron al hospital.
Dicen que la noche del velorio la gente lo escuchó suspirar en su ataúd.
Dicen que se lo llevó el muki, pero yo sé que lo mataron. Él fue sacrificado para puedan seguir extrayendo más oro de la mina.