Caminando por las calles de La Paz me di cuenta de lo mucho que ha progresado en los últimos años, algo similar ocurre en Santa Cruz, donde se siente el impacto de la inversión privada.
Pero: ¿Qué ocurre en Cochabamba? Desde hace años han dejado de sorprender obras de alto impacto en la ciudad, el transporte no ha cambiado ni mejorado y el título de “ciudad jardín” se desvanece como el de “granero del país”. Para empezar, la gestión municipal y departamental ha sido carente en los últimos años.
Basta con despertar con el mismo aire contaminado, salir a la calle y chocar con el mismo paisaje desolado en las jardineras para darse cuenta que no hay cambios. A ello podemos agregar los hechos de corrupción que saltaron a la palestra en al menos tres municipios del Eje Metropolitano.
Por su parte, el sector privado ha hecho vanos esfuerzos en su inversión y cada vez más empresas optan por mercados más dinámicos. Ante esa situación el gremio empresarial planteo interesantes alternativas para el progreso de Cochabamba, algunas de ellas fueron socializadas con el sector público, pero continúan plasmadas en el papel.
En la coyuntura política actual hace falta que el ciudadano de a pie sepa cuál el proyecto para sacar a Cochabamba del rezago en el que se encuentra ¿Se podrá construir una visión en común que responda a los intereses de la sociedad en su conjunto? Encarar este trabajo, es el desafío para generar una Cochabamba nueva.
