¿Cómo pudo un grupo de hombres aferrados a armas de fuego letal, palos, machetes retener a 17 ciudadanos y policías durante largas siete horas? ¿Quién o quiénes les repartieron esos instrumentos de combate? ¿Quién o quiénes los entrenaron? ¿Quién o quiénes los organizaron para el ataque, el repliegue, los interrogatorios, las palizas, los golpes? ¿Quién o quiénes les entregaron uniformes militares, pasamontañas, camuflajes? ¿Quién o quiénes eligieron al líder con voz de mando de guerra?
¿Por qué no reaccionó la Policía Departamental al conocer los hechos? ¿Por qué el comandante de la Policía Nacional, General Jhonny Aguilera, calificó el asunto de “altercado”? ¿Existen muchos de esos “altercados” en el país, dónde, cuándo, cómo? ¿Por qué fueron destituidos los fiscales que investigaban otros hechos de violencia en el mismo territorio?
¿Quién es o quiénes son los padrinos de los guerreros de Las Londras? ¿Quién les autoriza dar “sustos” a periodistas cruceños? ¿Quién les enseñó a disparar a las cámaras?
¿Quién les da dinero? ¿Por qué ellos pateaban en el suelo a los periodistas para saber “quién les pagaba”? ¿Cuál su interés en ese detalle? ¿Existe alguna fuente opaca que entrega billetes a quienes tomen tierras en predios privados en Santa Cruz? ¿Por qué actuaban con tanta impunidad?
¿Quién o quiénes ordenaron a mujeres para que torturen a una joven periodista negándole sus mínimos derechos de persona humana? ¿Reciben medallas por su ‘valentía’? Un tropel contra una muchacha.
¿Qué falló en su plan de linchar a los rehenes, de quemarlos vivos?
¿Quién protegió la emboscada para torturar a los dueños del predio?
¿Quién o quiénes llamaron para insinuar a los armados detener la golpiza, cuando ya un oficial de policía estaba desvanecido, un reportero tenía los oídos reventados y todos soportaban las espaldas laceradas por los suplicios?
¿Cuál es la relación del grupo armado con las autoridades del INRA departamental, del INRA nacional; con los ministros de Gobierno y de la Presidencia? ¿Por qué éste elude explicar cómo civiles pasean armados en Bolivia? ¿Por qué la otra prefiere el silencio para no hablar del asunto? Al inicio de la gestión de Luis Arce, el ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Edwin Caracallo, fue encontrado en un presunto soborno en pleno Prado paceño por cobrar coimas para sanear tierras. ¿Hasta dónde llega el largo brazo de Nemesia Achacollo?
¿Y de las ramificaciones del tráfico de sustancias prohibidas, se dice algo?
Lo cierto es que ya no existe Estado Plurinacional en cada vez más municipios; aquella ausencia que comenzó en Ivirgarzama se expande a todos los puntos cardinales. Autos chutos, drogas, descomposición social, linchamientos, falta de policías, son el sello de una delincuencia barnizada con demanda social; de un bandolerismo disfrazado de pobreza; de una mafia encubierta de antiimperialismo.
El proceso político que empezó defendiendo la materia prima de la cocaína culmina en el mismo lugar. Cuando las FARC se metieron a narcos para autofinanciarse terminaron enlodados y drogodependientes, igual que los sandinistas cuando abrazaron a Pablo Escobar Gaviria. La Cosa Nostra se inició rebelde y degeneró en una organización criminal que no ha permitido el progreso económico en sus zonas de control.
Los sucesos en Las Londras son la continuación de las bandas asaltando la casa de la periodista Casimira Lema; de las bandas incendiando los buses municipales; de las bandas lanzando bombas molotov; de las bandas bloqueadoras provocando la muerte de enfermos en agosto de 2020. ¿Acaso no desfilaron en esos momentos con armas en la mano?
Los grupos armados existen y se esparcen porque la sociedad los tolera y son demasiados los que prefieren mirar a otro lado. Porque la narcopolítica los alimenta, hasta que ellos alcen vuelo propio y Bolivia siga el camino de Colombia, México, Somalia.
Lupe Cajías es periodista