Angélica Guzmán Reque
Para celebrar con celeridad y mejor predisposición el día de la mujer, que mejor recordarlo a través de la literatura y, mucho mejor con la poesía que es la expresión del alma frente a los sentimientos que despierta la realidad que nos circunda. Manifestar la emoción hecha palabra a través de dos poetas: una clásica, Ida Vitale que venció al tiempo y con sus cien años cumplidos desafía al mundo con poemas de hondo sentido de interrogantes que emitimos a través de la palabra que, para ella es airosa porque despierta levedad, cariño y ser abrazada con respeto y gratitud, pero también es aérea porque viaja donde quiera, se desplaza con humildad o por la arrogancia, son aireadas porque es expresad en toda ocasión, o ser Ariadna, porque presagia libertad.
La otra poeta joven, contemporánea, moderna es Lucía Carvalho, para ella, el lenguaje es sonoro, versátil y es parte del tiempo que vivimos, tan influido por la tecnología que es parte de nuestro diario vivir, sus versos expresan la identificación con la pantalla, donde las palabras son ajenas, son el capricho del ser invisible que se permite borrar palabras y cubrir con un manto negro la luz de la hoja en blanco. Tardes de ciber café/ Juntando palabras virtuales/ Personas como figuritas en un álbum/¿Eres la web o un poema? Lenguaje diferente, aprendido, sino expresas lo que te exigen, ya pocos te entienden o pocos te siguen.
Ida Vitale guarda una indudable unidad entre el ser humano y la naturaleza, en su poema Reunión hace una comparación entre el bosque natural y la brillantez del uso de las palabras, con el término ÉRASE, confiere al uso del lenguaje una época distante, compara el bosque ubérrimo y esplendoroso, como una conformidad del lenguaje preciso y único de la literatura. con lo magistral del bosque que albergaba vegetación abundante, a la par, la literatura poseía lenguaje especial. Para ella, así como las palabras susurran emociones, el bosque musicaliza con el aire que mueve las hojas al compás armonioso que confiere música alada al medio ambiente, y, así mientras existan árboles, la poesía no callará y mientras el poeta tenga qué decir, el silencio no se sentirá. Sus versos expresan: ÉRASE un bosque de palabras, / una emboscada lluvia de palabras, / una vociferante o tácita, convención de palabras, un musgo delicioso susurrante/ un estrépito tenue, un oral arcoíris
Para el yo poético de Lucía Carvalho, el lenguaje no descansa con interrogantes que van desnudando sentimientos y emociones Increíbles de la vida robotizada en que nos convertimos, solo usar los dedos y todo se transforma, conversamos, repetimos, respondemos a gente desconocida dice” Pienso en la inmensidad de la conciencia virtual que habita mi dispositivo móvil/pienso en todas esas relaciones que han comenzado y terminado en este aparato de cuatro punto siete pulgadas y 326 ppi. / Todos esos toques simbólicos. / Los holas. / Los ¿cómo estás? ¿Qué estás haciendo? Mira esto. / Los Stickers. / Emociones traducidas en emoticones”
Ida Vitale con su poema Exilio expresa la soledad de las personas en situación de exilio. Ella vivió exiliada, por lo que siente el vacío que deja el sentimiento de desolación, desarraigada de los suyos. sólo seguir senderos que alguien los demarca. / Están aquí de paso, / en ningún lado cada horizonte donde una ascua atrae. / Podrían ir hacia cualquier fisura. / no hay brújulas ni voces. El exilio es no tener voz, no tener un espacio donde pudiera sentirse libre porque todo está controlado, observado, si despierta es porque se lo exigen, miradas torvas de control que pulveriza, quieren disociarla de su propia sangre, de su propio pensamiento, como se disuelve en la nada. Sus versos expresan: Cruzan desiertos que el bravo sol / o que la helada quema / y campos infinitos sin el límite / que los vuelve reales, / que los haría de solidez y pasto / No regresa a la sangre ni alcanza / a quién debiera. / se disuelve, tan solo.
Para Lucía Carvalho el exilio es la ausencia de los abrazos, del contacto físico entre personas, es un vacío sin límites, es una ausencia de amistad compartida, solo a través de imágenes ajenas dice. “Las horas se desintegran/ yo me quedo mirando el fuego, / vos te quedas en la llamada / entre cables y ruiditos.” Una presencia ausente que es anunciada por el clic del celular, el clic de la pantalla, pero puede interrumpirse y la charla se hace silencio, la pantalla se apaga porque la energía falló y los minutos pasan, los días son transcursos, siempre interrumpidos porque se fue lo que pensabas y no sabes qué hacer porque tu mente interrumpida solo espera la energía fuera de ti. Qué solos nos quedamos, quizá sin darnos cuenta, ya no cabe el abrazo, el encuentro en la palabra, se disimula un rictus del rostro que se mostraba, no sabemos, ignoramos si, de verdad, somos necesarios dice.” Me pasaste el disco que más te gusta por un flash memory. / Memoria flash. / Memoria veloz. /¿Cómo traducirlo? / No importa porque todos entienden. (…) Me dejaste la memoria llena de virus / yo creo que es más fuerte que un resfrío. / Una fiebre amarilla.
