Con la inocencia de las flores

y la danza de las abejas

entre el morado del cielo

pintan historias

que cristalizan el alma

como el agua.

En miradas perdidas en las estrellas

y vueltas que abrazan al mundo

en el carrusel de los sueños

son ellos y ellas.

Sin presiones del sol

y secretos de las montañas

en juegos de su existencia

porque son los niños y las niñas

que endulzan los corazones como los caramelos de las abuelas

en el abril de la primavera.