De: Guido Rosales Uriona /Para Inmediaciones
Sin duda todos los tiempos tienen sus características que parecería hacerlos diferentes, sin embargo, tienen un parecido.
Antes de contar con tarjetas de plástico: débito y crédito, todos utilizaban dinero en efectivo, monedas y billetes
Manejar dinero efectivo tenía sus riesgos: Era visible al momento de utilizarlo y ajenos se podían percatar de cuanto se disponía, por cuanto había que contarlo. Podías extraviarlo o perderlo por algún factor externo: fuego, derrumbe, inundación.
Pero considero que un riesgo mayor y no para las personas sino para los gobiernos, era la falta de control sobre su circulación. El dinero en efectivo pasa de mano en mano sin dejar suficiente huella como para rastrearlo.
Ahí nacen los bancos para precisamente manejar tu dinero, guardarlo o prestarlo. Se comienza la era de las entidades financieras que, como parte de las soluciones a brindar, estaba la seguridad de tus ahorros. Pero sin duda también venía a paliar esa falta de control sobre la circulación del dinero. Ahora depositar o retirar cualquier suma de dinero podía ser controlado. Se dio un gran paso. Sin embargo, no fue suficiente.
Con el paso del tiempo nacieron las tarjetas de plástico que, de alguna manera, dotadas de ciertos mecanismos de seguridad, permitirían a las personas utilizar su dinero sin manejar efectivo. Se van creando los sitios donde era posible pagar con este plástico o retirar efectivo para consumos menores, nacen los ATM o cajeros automáticos como los conocemos hoy en día.
Con el auge de los sistemas de información, también crecieron los riesgos de este mundo digital. Si antes te podía robar un ladrón cualquiera, ahora puede hacerlo un ladrón digital o electrónico. Ahí nace el tema de los cracker o hackers y todo ese mundo entre investigadores y delincuentes informáticos. Pero no es el punto del artículo. El tema es que TAMBIÉN alguien puede robarte, entonces la situación no ha cambiado mucho en ese sentido.
Lo que, si se ha logrado de manera muy marcada, es la capacidad de controlar el flujo del dinero. Con las transacciones electrónicas se puede saber de una manera muy exacta, donde, cuanto, como, porque has consumido o usado el dinero. Se ha mejorado la Trazabilidad del efectivo.
Ahora debemos seguir lidiando con esa posibilidad de que alguien de forma electrónica o digital robe tu dinero. Cada Banco casi siempre obligado por la regulación crea mecanismos de seguridad, pero como vemos frecuentemente no son suficientes.
Entonces como mejorar ambas cosas? La seguridad de tus ahorros por un lado y por otro la privacidad del uso de tu dinero? Claro, si te interesa no ser tan transparente en tu consumo.
La seguridad y privacidad pueden resumirse en estas dos ideas
- Divide y vencerás
- No poner todos los huevos en la misma canasta.
- Plan B o contingencia.
¿Como se traduce esto?
Coloca tus ahorros mínimos en dos cuentas de diferentes bancos. A esto le llamaremos CUENTAS DE AHORRO PRINCIPAL.
En cada banco crea cuentas adicionales, a esto le llamaremos CUENTAS DE CONSUMO
En dos bancos mínimamente por contingencia. Mejor si uno pertenece al grupo RED ENLACE y el otro a LINKSER. Si puedes elegir que uno sea MasterCard y el otro VISA
Enlaza las cuentas de ahorro principal con las cuentas de consumo únicamente. Es decir, de las cuentas de ahorro el dinero solo puede salir a las cuentas de consumo. Para esto solo debes tener creado esa cuenta. Puede tener una forma digital para hacer las transacciones o para mayor seguridad puedes definirlas que solo se operan por medio de cheques o transacciones en caja. Seria excelente que los bancos puedan ofrecer este producto y esta lógica.
Dependiendo de los montos y la frecuencia podrá elegir Tokens físicos, como un llavero que genera una clave dinámica cada minuto o TOKES por SMS que te envían la clave mediante celular para cada transacción y también con un tiempo de vida reducido a minutos. Te recomiendo no solicitar la famosa, pero muy riesgosa TARJETA de COORDENADAS.
Las cuentas de consumo podrás utilizarlas para todos los pagos electrónicos por transferencia bancaria e inclusive para pago por tarjeta en comercios o finalmente retiro en efectivo en ATM. Ojo, solo de las cuentas de consumo, NUNCA de las cuentas de ahorro. Carga las cuentas de consumo, según la necesidad. Que el saldo en esas cuentas no tenga duración mayor por ejemplo a una semana.
Con este control y habito bancario, tu exposición a un ladrón digital será lo que haya podido quedar en tu cuenta de consumo. Esta cuenta será la que quede expuesta, deje huella en los comercios, compras por internet y demás consumos. Quizá podrías también adicionar el uso de la Billetera Móvil, pero siempre ligada a la cuenta de consumo únicamente.
La misma lógica se aplica a las tarjetas de crédito. Puedes utilizar una tarjeta para viajes al exterior donde necesitas más fondos y que sea internacional, pero también utilizar tarjetas de créditos prepagas o con limites por debajo de los 1000 dólares. Ten en cuenta que ahora muchas compras por internet se hacen desde la tarjeta de débito, que estaría asociada a tu cuenta de consumo. Debe cuidar de nunca hacerlo desde la cuenta de ahorros.
Para la cuenta de consumo solicita bloqueo regionalizado, es decir tu sabes donde viajas, donde consumes, si solo lo haces en Bolivia, no debería darse transacciones de POS O ATM fuera del país. Las compras por internet son otro tema. Que tu tarjeta tenga bloqueo permanente.
Si te preocupa la privacidad de tus consumos y también la seguridad de ir dejando en todo lado los datos de tu tarjeta, es mejor utilizar medios de pago intermediarios, por ejemplo, PayPal. Gran cantidad de negocios de ventas por internet aceptan esta forma y se encargan de la transacción dejando únicamente los datos de tus tarjetas en PayPal y no en cada negocio donde compras.
Finalmente efectúa tu balance mensual extrayendo los movimientos mensuales de ambas cuentas para revisarlas. Guarda los archivos de manera segura.