La ternura

La ternura, ojos de lucero
se recostó en mi pecho,
jurando amor eterno
en estas noches de invierno.

La ternura, piel de nácar
desnudó su cuerpo
y en el gozo permanente
aclamo al cielo.

La ternura, labios de corales
se vistió de luna,
caminando en el firmamento,
desapareció de mi sueño.

Días bellos

Recorriendo la casona blanca
Observo los recuerdos,
clavados en la pared
de nuestros años mozos.
Fotografías en blanco y negro
con marcos de madera
tallados por el tiempo.
Recuerdos permanentes
mezclados
con aroma de alelí y canela.
En silencio miro
las imágenes que olvidé
y que ahora mi memoria recupera,
esos días, que fueron bellos.

La abuela

Desde la hamaca
miro las estrellas
junto con la luna
y en una de ellas recuerdo
a mi abuela,
subiendo las gradas de mármol
que llevan al cielo.

Escucho su risa
correr como el viento,
y las hojas de olivo
cantar en silencio,
mientras ella peina su moño perfecto.

Cabecita blanca
de ternura llena,
recuerdo tu imagen
en noches plateadas,
subiendo las gradas
de mármol, luna y estrellas.

Esperando que vuelvas

Cada vez que pasas
con tu blusa blanca
se ilumina el cielo,
suplicando la mirada
de tus ojos bellos.

Dibujo tu sonrisa
en el papel del alma,
conservando ese instante
en mi baúl eterno.

Tu suave aroma
de té y canela,
impregnan mi espacio
respirando estrellas.

Cuando caminas ligero
observo tu imagen
desde esta silla de ruedas,
esperando que vuelvas
como la primavera.

Sueño oxidado

La noche refleja sus estrellas
en el largo camino
iluminando la tierra, barro, piedras,
donde graban sus huellas mis zapatos viejos.
La tibieza frisada en la espalda
abriga el sueño
y el viaje imperdible del hombre alado,
mirando desde la nada, el espacio.

Lo fugaz, el ego, la mente
y la locura
juegan en la obscuridad
con imágenes del mañana.

No hay luna, solo nubarrones
ocultando las chispas del alba,
queriendo agrietar el alma
con la complicada tormenta.

La nostalgia entremezclada
con imágenes difusas
sorprende a los ojos con lagañas
chocando con la luz,
olvidando al hombre alado
y las incoherencias
de mi sueño oxidado.

Biografía

Emilio Adolfo Bonadona Rivero, escritor y poeta, ha hecho prensa, radio, TV y teatro, ha incursionado años atrás en la literatura boliviana, presentando hasta el momento seis libros de poesías y tres de cuentos cortos.