Esa es una expresión que me espanta, aunque menos que la realidad a la que hace referencia. El Alzheimer es otra cosa o la forma definitiva de ese perder la cabeza que es flotar por una realidad que hay que hacer esfuerzos para que no escape como humo, el darse cuenta de que hablas, inoportuno, a tontas y a locas, y, en consecuencia, de que no entienden lo que dices, por mucho que pongan cara de que sí; de que las palabras, a la hora de su escritura, te huyen, algo que para quien escribe es una tortura, sabes lo que quieres decir pero «no encuentro la palabra», de que te comportas de manera incorrecta y de forma involuntaria, impulsiva, zarandeado por pasiones y miedos, depresión… Escríbelo, si puedes. No lo tengo a mano, pero recuerdo el libro que John Bayley dedicó a su esposa, Iris Murdoch, Elegía por Iris, más turbador que Iris y sus amigos. Si no recuerdo mal Bayley describió su propia entrada en la oscuridad.
