Las dictaduras tienen como tarea fundamental acabar con la democracia e imponer sus designios violentamente a nombre de algún sector al que dicen representar. En Bolivia utilizan al indígena originario campesino, pero el que ha tomado y abusa del poder político es una burocracia kakistocratica que se encarga de liquidar las libertades ciudadanas, con lo que se ha eliminado cualquier atisbo de creatividad en la sociedad que es sometida a consignas, en general, mentirosas.
La labilidad ético moral es de curso corriente porque el gobierno autoritario promueve y ejecuta antivalores. Que un presidente diga que era un “secreto a voces” la comisión del delito de estupro por el entonces presidente Morales Ayma y que era de conocimiento de la cúpula masista, incluido él en su calidad de ministro de estado, grafica con precisión la catadura de nuestros gobernantes.
Sacarse fotos con la eventual víctima del pederasta, viajar o participar en reuniones partidarias o de estado donde varias adolescentes estaban presentes y eran abusadas sexualmente con la complicidad de varias personalidades, entre ellas las Bartolinas y otros sectores de mujeres que jamás mostraron un mínimo gesto de indignación o denuncia, es repudiable
Tuvieron que pasar varios años y producirse la desalmada pugna masista para que recién se den cuenta de que lo que vivieron y presenciaron es delito, y sea el propio presidente Arce Catacora el que confiese semejantes sucesos.
Los masistas conducen al estado hace casi dos décadas, son los que nos representan interna y externamente, están en los foros más importantes del mundo donde se hablan de temas centrales para la humanidad ante los que son insensibles, porque apoltronados y ajenos a esos debates, seguramente, reviven sus perversidades en sus enfermos cerebros.
Cómo es posible que hubiésemos llegado a este punto, que millones de ciudadanos hubiesen votado por delincuentes confesos que envilecen la política y la gestión pública a ese nivel.
Las niñas y adolescentes agredidas, tal vez soliviantadas por sus padres o impresionadas por las mieles del poder o en su miedo frente al jefazo, fueron seducidas por el infame. Eso y más conocían ministros, diputados, senadores, dirigentes, padres de familia, organizaciones sociales y otros más, contribuyendo en los hechos a ofrecerlas al estuprador como ofrenda.
La revolución democrática y cultural ha incorporado en su ideario la pederastia de su líder como una práctica recurrente. La generación de antivalores promovidos desde el estado es la piedra angular de su proyecto, que está llevando a la sociedad al descalabro.
Los valores a los que me refiero son aquellos admitidos y consignados en la Constitución Política del Estado y las sanciones establecidas en el Código Penal.
Morales Ayma y su cáfila ¿habrán leído la constitución que la impulsaron e impusieron a sangre y fuego, conocerán de refilón las normas secundarias o los tratados internacionales sobre el tema? tenían la obligación de hacerlo, no pueden alegar ignorancia.
Aún asi les refresco la memoria, se cometió el delito de estupro que se define como el acceso carnal mediante engaño o seducción de una persona de entre 14 y 18 años de edad, la pena es de privación de libertad de 2 a 6 años. El artículo 8 constitucional prescribe “El Estado se sustenta en los valores de unidad, igualdad, inclusión, dignidad, libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad, armonía, transparencia, equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad social y de género en la participación, bienestar común, responsabilidad, justicia social, distribución y redistribución de los productos y bienes sociales, para vivir bien”
El articulo 15-II-III del mismo texto señala “Todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia física, sexual o psicológica, tanto en la familia como en la sociedad” por lo que “El Estado adoptará las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar la violencia de género y generacional, así como toda acción u omisión que tenga por objeto degradar la condición humana, causar muerte, dolor y sufrimiento físico, sexual o psicológico, tanto en el ámbito público como privado”
Tal imperativo concuerda con el articulo 61-I que indica “Se prohíbe y sanciona toda forma de violencia contra las niñas, niños y adolescentes, tanto en la familia como en la sociedad”
Su actividad delictiva contó con proxenetas que obtuvieron beneficios con altos cargos en el gobierno, también hubieron encubridores, que sabiendo que se ha cometido o se cometería un delito y no lo denunciaron los convirtió en cómplices.
La autoinculpación de Arce Catacora, no debe ser ignorada por el sistema político y el sistema judicial, a estas alturas ya deberían haberse iniciado las acciones legales correspondientes en contra de todos ellos.
Las señas cotidianas que da la dictadura de lo que es, son contundentes y eso es lo primero que hay que combatir si queremos llegar a un proceso electoral más o menos creíble.
Esto no puede, no debe, seguir así. La restitución de la democracia impone el desafío de recuperar principios y valores proscritos por la dictadura.