Por César López Linares
El 2016 fue un año crítico para el ejercicio del periodismo en el mundo, según coincidieron tres organizaciones internacionales promotoras de la libertad de expresión y de prensa en sus reportes anuales, dados a conocer esta semana.
La organización con sede en París Reporteros Sin Fronteras (RSF) y Freedom House, de Washington D.C., publicaron sus respectivos ránkings de niveles de libertad de prensa y condiciones para ejercer el periodismo en el mundo, mientras que el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), con sede en la ciudad de Nueva York, lanzó un análisis sobre los ataques a la prensa acontecidos el año pasado.
En territorio latinoamericano, la situación no es mejor que en años anteriores. Doce países de la región están en la parte más baja del Índice de Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras, de los cuales seis – Perú, Nicaragua, Panamá, Bolivia, Honduras y Cuba – bajaron al menos un escalón respecto a la lista del año anterior.
De acuerdo con el índice de RSF, que incluyó a 180 países, México y Cuba presentaron las peores condiciones para los periodistas en América Latina en 2016. Dichas naciones se ubicaron en los lugares 147 y 173 de la lista, respectivamente.
En México, donde el año pasado fueron asesinados 10 periodistas, la prensa se debe enfrentar a corrupción, delincuencia organizada e impunidad de crímenes contra representantes de los medios de comunicación, principalmente en los estados de Veracruz, Guerrero, Michoacán y Tamaulipas, de acuerdo con la organización.
[Nota del editor: Las organizaciones tienen criterios diferentes para la conformación de sus conteos oficiales de asesinatos. Algunos organismos muestran un número mayor de asesinatos de periodistas en México que el citado en esta nota.]
El informe del CPJ dedicó una sección al caso de México, titulada “Editados por Capos de la Droga”, en el que se hace un recuento de censura periodística perpetrada en manos del crimen organizado a través de ataques y presiones. Además, el informe destaca que en la última década 90 por ciento de los casos de agresiones a la prensa en ese país han quedado impunes.
Por su parte, Cuba es el único país de América Latina entre los 20 que integran la lista negra de RSF, en la que también están Corea del Norte, China y Siria.
“El monopolio del Estado sobre las noticias y la información no terminó con la muerte de Fidel Castro, quien será recordado no sólo como el padre de la Revolución Cubana, sino también como uno de los peores depredadores de la libertad de prensa del planeta”, indicó RSF en su análisis.
No obstante, el CPJ indicó que en años recientes la isla ha visto nacer un número creciente de blogueros y sitios de noticias que ofrecen un nuevo periodismo de investigación y de opinión que fomentan la crítica, aunque estos esfuerzos siguen chocando con el muro del marco legal que restringe la libertad de prensa y el acceso a la información en el país caribeño.
Venezuela es uno de los países donde gobiernos autoritarios usan las convulsiones políticas y sociales como excusa para ejercer represión sobre la prensa, de acuerdo con el reporte de Freedom House, que indicó que la libertad de prensa en el mundo cayó a su nivel más bajo en 13 años.
Periodistas que cubren las múltiples protestas en Venezuela sufren violencia a manos de autoridades y de manifestantes, mientras que a al menos seis corresponsales internacionales se les impidió el ingreso al país sudamericano para cubrir manifestaciones en 2016, señaló Freedom House.
Bolivia experimentó caídas significativas tanto en la clasificación de Freedom House como en la de Reporteros Sin Fronteras. El presidente Evo Morales ha desacreditado públicamente a la prensa al llamar “cártel de mentiras” a un grupo de medios que investigaba un caso de corrupción en su gobierno, y al culpar a periodistas del resultado negativo del referendo que le permitiría contender por otro periodo presidencial en 2019.
“La administración del presidente Evo Morales lanzó amenazas de persecución judicial a periodistas críticos”, indicó FH en su reporte. “Dos reporteros tuvieron que huir al extranjero para evitar posibles arrestos”.
Mientras que el panorama para la libertad de prensa es oscuro en la región, algunos países muestran signos de optimismo. Freedom House destacó que en Argentina el cambio de administración puso fin a la guerra entre el gobierno y la prensa que caracterizó a los regímenes de Néstor y Cristina Kirchner.
Bajo la administración del presidente Mauricio Macri, el año pasado se aprobó una ley que reorganizó los órganos reguladores argentinos, lo cual abre la posibilidad de tener licencias de medios menos sesgadas. Aunque los resultados tangibles de esa ley aún están por verse, indicó Freedom House en su reporte.
No obstante, en Argentina sigue existiendo una concentración de la propiedad en la industria de los medios de comunicación, según mencionó la organización en su reporte. El conglomerado de medios Clarín y el grupo La Nación, conocidos por generalmente apoyar al presidente Macri, dominan el mercado nacional. Además, el decreto emitido por Macri, que después se convirtió en ley, «levantó restricciones en el número de licencias de transmisión que un grupo de medios puede tener», dijo el reporte.
En Ecuador, los medios adquiridos por el presidente saliente Rafael Correa podrían gozar de mayor independencia editorial una vez que entre en funciones la nueva administración, anticipó la organización.
Sin embargo, el reporte del CPJ citó a Ecuador entre los países en los que la censura por parte de autoridades ha llegado al terreno cibernético. Según la organización, en esa nación se ha presionado a empresas tecnológicas como Twitter para retirar publicaciones y documentos sobre temas sensibles.
Tal fue el caso del periodista Bernardo Abad, a quien en julio de 2016 le fue suspendida su cuenta en esa red social tras haber publicado reportes que indicaban que el entonces vicepresidente Lenin Moreno había evadido impuestos.
El CPJ consideró en su informe que las tecnologías que generaron el auge mundial de la información son las mismas que ahora están siendo usadas para reprimir la libertad de prensa, ya sea para vigilar, trollear o bloquear el flujo de información.