Seduce sin recato
Dina Grijalva- México
Sus cubrebocas son sutiles, algunos de tela escarlata transparente.
Ataque ortográfico
Carmen Dorado Vedia – España
Estaba entre paréntesis cuando la coma saltó de la página a la mano y se escondió entre mis dedos. Me clavó su aguijón. Grité. La interrogación se cerró y los puntos suspensivos huyeron hasta la última línea para esconderse entre admiraciones.
Vacaciones
Norma Domancich – Argentina
Ambos soñaron con viajar, como siempre, juntos.
Uno propuso hundirse en el oro caliente del desierto; el otro, su deseo de beber espumas marinas.
No hubo acuerdo.
Un pie desnudo, el otro en zapatillas.
Hecha la maleta, él, incapaz de dar un paso, siguió soñando con la verde selva.
Culpable
Jorge Kalaf – Bolivia
Todos pensaron que era un chivo expiatorio (siempre fue el tonto del pueblo), se desconcertaron cuando se declaró culpable. Se mantuvo impasible en todo el juicio y también cuando lo ahorcaron, hasta se podría decir que murió con una leve sonrisa en el rostro. La verdad es que rebosaba orgullo, se sorprendió que lo creyeran capaz de un plan tan astuto, tan perfecto.
Anuncio en el periódico
Gabriel Ramos – México
Se reparan corazones rotos. Favor de traer todas las partes.
Pesadilla de frontera
Camilo Montecinos Guerra – Chile
Los sueños de pasarelas quedaron guardados en la maleta. No tuvo tiempo para desempacar. La noche recién comenzaba y los clientes ansiosos esperaban su turno. Un país diferente, un idioma distinto y el aliento de un hombre extraño recorriendo su espalda.