El capibara es amigo de todos, ¿por qué no imitarlo? Abro la interrogante repasando el video de las elecciones estudiantiles de un colegio en el país vecino Perú. ¿Por quién van a votar? ¿Por quién van a votar? ¿Por el capibarismo? ¿Votaremos por el capibarismo?, comenta el joven candidato mientras gesticula y baila al son de los gritos de sus compañeros. Debo admitir que seguí el caso y la victoria del capibarismo fue arrolladora frente al adversario, los “pikachu’s”.
Es así que el capibara, amigos de todos los demás animales, es un ser tranquilo, un personaje chill, despreocupado hasta por el ser más hostil que frecuenta a su lado. Mientras reviso algunos videos, mi memoria me llama a una de las primeras veces que recurrí al zoológico de Santa Cruz. Mientras caminaba por el sector de los reptiles, me encontré a los cocodrilos y cerca, a unos dos metros, estaba el capibara. Lo primero que se me vino a la cabeza fue que estaba enfermo y lo han dejado ahí como presa fácil para su depredador, sin embargo, y bajo todo pronóstico, la coherencia me llamó y advirtió que eso no sería un espectáculo digno de ver, especialmente por los niños y jóvenes que visitan el lugar.
Estos dos hechos, cargado de todo el material videográfico en redes sociales, me llevó a preguntarme si es posible adoptar una personalidad similar al capibara, así que vamos armando este puzzle. En primer lugar, debemos concentrarnos en ser personas coherentes tanto en palabras como en hechos, sin embargo, la adaptabilidad juega un papel fundamental aquí. Para esto, movernos en diferentes entornos es la clave. Saber diferencias con qué tipo de personas nos relacionamos, pero sin perder nuestra identidad. Tal como el capibara, pues este se mueve por distintos ambientes, tanto acuáticos como terrestres y sumándole que está en contacto con diversas especies.
En segundo lugar, tener la habilidad de ser empático frente a los demás. Si entendemos a las personas es más probable que tengamos ese feeling con ellos. No juzgar a nadie por cómo viste, cómo es y sus hábitos diarios. El capibara es un animal que no amenaza a pájaros, a cocodrilos ni a ninguna otra especia, tampoco compite, pues sabe lo que es, maneja su propia identidad y no se lo debe demostrar a nadie.
Y como tercer punto y final, el capibara influye sin imponer nada. Esto último debemos rescatarlo, es una característica esencial del liderazgo. Un líder no impone, sino que guía; un jefe impone y su influencia está cargada de recelo, ganándose así el rencor de los demás. Es por ello que el animal es tan respetado en la naturaleza. Por ejemplo, un líder estará contigo, fomentará tus habilidades, te dará respuestas oportunas y la comunicación será de tú a tú y no jerarquizada.
Este bosquejo, cargado de similitudes y metáforas, nos rememora qué tan importante es actuar como un capibara en la naturaleza humana, es así que podremos influir en decisiones de los demás, ganar confianza ante ellos, ser respetado e, incluso, ganarte a tus adversarios, evitando ser depredado.
Para concluir, el mundo en el que vivimos está lleno de competidores, que no está mal, en absoluto, es parte de la vida. Sin embargo, hacerte amigos de tus competidores puede impulsar tu vida y no llegar a la meta en solitario, sino en conjunto a muchos amigos, socios, familiares y extraños que llegan a ser tus aliados.
Humberto Pinto es Escritor y editor literario