En los últimos meses salieron a la luz diferentes casos de despidos masivos, cambio de personal y presiones políticas en algunos medios de comunicación, lo que nos lleva a deducir que el sistema mediático boliviano está en decadencia. Este panorama responde en gran medida a la crisis política que atraviesa el país.
El dominio de un partido político en varias esferas de la sociedad ha calado en medios de comunicación y se refleja en el malestar del periodismo en su conjunto. Pero, la crisis de los medios también se debe a una lenta reacción ante la velocidad del desarrollo de las redes sociales donde la gente accede a la información que quiere y con la inmediatez de un clic.
¿Periodistas y medios de comunicación habrán tomado enserio este fenómeno?
Por una parte, está la televisión que da un salto a la señal en HD pero con los mismos contenidos, las mismas estructuras noticiosas y las mismas apuestas por realities que “jalan audiencia”. Por otra parte, los medios escritos tratan de agilizar sus contenidos web ante la desventaja de salir un día después, muchas veces con el contenido repetido del día anterior.
Teóricamente se creía que la audiencia prefería los medios escritos para acceder a contenidos completos, a la investigación profunda; pero en tiempos de internet y herramientas multimedia debe replantearse este tópico. El “norte” para la información en papel parece ser el periodismo de investigación en su real dimensión.
Una de las pocas ventajas de los medios de comunicación ante la información de las redes sociales es la credibilidad. En los espacios virtuales no solo circula información fidedigna, sino que contrario a ello, existe un mar de datos que pocas veces son corroborados antes de ser compartidos. Ahí surge la oportunidad para coadyuvar a la sociedad desde el periodismo. En el Día del Periodista Boliviano cabe plantearse esta reflexión y preguntarse si en realidad se está haciendo lo suficiente para hacer frente al fenómeno de la información en las redes sociales.
