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God save the cheese

Maurizio Bagatin

El futbol tiene que ver con nuestra condición humana, con nuestra interpretación de los hechos, con el espectáculo que frente a nuestros ojos va mostrándose como un Mito.

La Holanda del 1974, y también la del 1978 eran equipos de hombres blancos que jugaban como solo en el Paraíso alguien vio jugar. Pero nunca ganó nada. Hoy los Países Bajos, no han cambiado solo de nombre, con la era Gullit y Rijkard y Winter es un equipo de lo más multiétnico de Europa. Pero hoy no juega como se juega en el Paraíso. La globalización y el pragmatismo han cambiado la disposición en las canchas y el juego; hace años que el jogo bonito desapareció, que Italia no desempolva el “catenaccio”. Quien rejuvenece no falla, quien se atrofia decepciona. Hoy, el país mas grotesco del planeta, Argentina, se salva de una convulsión social gracias a este circo.

Suiza no pudo realizar el sueño God Save the cheese, pero fue el más sensacional de los mensajes situacionistas que vimos en las gradas de esta Europa llena de decadencia. Los ingleses no logran expresar como equipo nacional el mismo futbol que la Premier League ofrece todos los fines de semana. En pocas semanas los Tory se derritieron como nieve al sol.

La historia no es ausente: Colombia y Panamá se enfrentan y el recuerdo trascurre hacia el Canal que separó el sueño de Bolívar. El choque, sin futbol, entre Brasil y Uruguay ha solamente demostrado que “con guitarra es otra cosa”. Se juega como se vive, realmente aplicable para los dos países que me representan, Italia y Bolivia a sus más bajos niveles históricos en calidad y en cantidad: todo por rehacer.

Gestos y política no faltan nunca: Merih Demiral pagó carísimo su “saludo del Lobo Gris”, Mbappé habló con metáforas casi perfectas, hoy el Frente Popular agradece y Jude Bellingham pagará 30mil Euro, moneda que no circula en Inglaterra, para su gesto estilo Dibu, mientras que el enfant prodige Lamine Yamal con sus dedos supo sacar las últimas cifras del código postal del barrio obrero donde se crio. El espectáculo es simbología.

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