La confrontación entre Evo y Arce esta llegando a escenarios de gran conflictualidad, cuyo desenlace es imprevisible. Confirma la hipótesis que las guerras internas son mas sangrientas y crueles que las que realizan contra un enemigo común.
El gobierno de Arce ha decidido que el 2025 Evo Morales no será candidato, por lo tanto no llegará a la Casa del pueblo.
Para ello, ha elegido la vía judicial, que va desde las resoluciones del TCP que le impiden su postulación, la decisión del TSE de sostener que la candidatura del ex presidente el 2025 esta en manos del Tribunal Constitucional Plurinacional, hasta los últimos actuados judiciales que culpan al líder cocalero de pedofilia.
A todo esta maquinaria del gobierno Evo responde atrincherado en el Chapare, después de mostrar su capacidad de movilización con su última marcha. Paralelamente utiliza recursos jurídicos que desvirtúen las acusaciones que hay en su contra. Busca conseguir apoyo internacional del Grupo de Puebla y calificar, dentro y fuera del país, a Luis Arce de traidor y derechista.
La parafernalia de la interna del MAS se desarrolla en un contexto de crisis económica que cada día se agudiza y a la que el masismo parece no darle la importancia adecuada.
Globalmente la confrontación interna del partido de gobierno afecta a ambas tendencias.
Ha logrado que sectores de clase media citadinos vuelquen la espalda al evismo al cual, desde la moral judío cristiana, lo condenan sin piedad por su relación con niñas y adolescentes.
Pero, aun cuanto les gustaría que Arce meta preso a Evo, no implica que apoyen a un presidente al que consideran irresoluto y vacilante.
Las bases sociales del proceso de cambio miran atónitas la pelea cupular entre Evo y Arce, que la ven como una disputa motivada por la ambición de volver al poder en el caso de Evo y de mantenerlo en el caso de Arce, solo para satisfacer ambiciones y privilegios de direcciones partidarias que devoran por dentro el llamado «Proceso de Cambio» desvirtuado sus logros y objetivos.
En este combate a muerte el arcismo tiene más claridad y ventaja. Su objetivo es nítido: El linchamiento jurídico de Evo, y lograr que Arce sea el candidato del populismo y del masismo en la próxima elección.
Evo la tiene cuesta arriba:
a) Tiene que desmontar la ofensiva jurídica que lo va acorralado cada día con mas dureza
b) Recuperar su fuerza de movilización.
c) tiene que llevar la pelea a las calles y al chapare para imponer su candidatura a la presidencia.
En conclusión: Dia a día qué pasa Evo esta viendo que su única salida política es derrocar a Luis Arce, en un contexto donde su fuerza política, que sigue siendo importante, no tiene el potencial del pasado.
El combate Arce contra Evo va a continuar Incluso puede tener rasgos de violencia que ocasionen muertes.
Siempre sostuve que a Evo hay que derrotarlo en las urnas, su proscripción puede traer consecuencias imprevistas para el desarrollo político del país y la propia de democracia.
Lo que esta claro es que los procesos populistas se destruyen por implosiones internas, en el viejo estilo del «huevo de la serpiente».
En ese orden el MAS no es la excepción de la regla. Por el contrario, es la confirmación de esa constante histórica.