Es cierto que el papel aguanta todo -pero también- que un sueño puede hacerse realidad siempre que se imprima la acción correspondiente en la dirección correcta. Digo esto porque en su reciente discurso con motivo de los 194 Años de Independencia de Bolivia (Trinidad, Beni, 6.08.2019), el Presidente Morales dijo que el PIB nominal del país podría superar los 60.000 millones de dólares el 2025. ¿Será posible?
Aclarando que dicha cifra es en dólares corrientes y que según el INE el PIB boliviano llegó a 40.581 millones de dólares en 2018…¿cuán factible sería que el PIB nominal crezca casi 50% en 7 años, sabiendo que éste subió 324% en los últimos 13 años?
Conversando con mis amigos economistas surgió el tema de la tasa necesaria de crecimiento anual que debería ser de 6,7% en promedio, algo imposible a primera vista, pero tratándose de una tasa de crecimiento nominal, al deflactar el PIB ésta disminuiría al 4% situándose por debajo de la tasa media de cerca del 5% entre 2006 y 2018.
Como antecedente, cabe señalar que el PIB de Bolivia -con una menor economía que hoy- creció 5 veces por encima del 7% en términos reales entre los años ´50 y ´70. Alguien dirá que la tasa de expansión del PIB va cayendo desde 6,8% en 2013 a 5,5% (2014); 4,9% (2015); 4,3% (2016); 4,2% (2017) y 4,22% (2018), entonces la cuestión será, como crecer más para lograr semejante meta. ¡Ningún secreto! Habrá que ser pragmáticos.
Dado que el macrociclo de precios altos concluyó en 2014 y que no estamos más en momentos de auge -apostar por el sector agropecuario/agroindustrial/agroexportador, ampliar el área de cultivo en Beni y Santa Cruz (“lo podemos y lo debemos hacer”); ir a fondo con la producción de bioetanol/biodiesel; reactivar el sector forestal/maderero; impulsar la industria (hierro, litio, potasio, petroquímica); poner atención en la economía de servicios (energía eléctrica; construcción; hub aéreo en Viru Viru; Puerto Busch); apuntalar el turismo e implementar políticas de promoción selectiva de exportaciones y sustitución competitiva de importaciones- resultará clave para llegar a 60.000 millones.
El título de esta Columna lo puso el Presidente del IBCE, Pedro Colanzi Serrate, quien al comentar el tema dijo: “El cielo es el límite para crecer cuando las políticas son buenas: seguridad jurídica, biotecnología, biocombustibles, libre exportación, flexibilidad laboral, control del contrabando, apertura de mercados, puertos internacionales, hub aéreo, plantaciones forestales, en fin…”.
Gary Antonio Rodríguez Álvarez es Economista y Magíster en Comercio Internacional