Oír
Oir tiene que ver
con ver
lo que oyes
abrir el sonido
develar la melodía
Tocar el escurridizo yo
de las palabras
entregar
el ser entero al oído
despertar
la música de las esferas
el murmullo tatuado en el viento
la voz detrás de la voz que palpita
Oir
tiene un ángel oficiando
en el oído
una promesa de eternidad.
Se suma el ojo
la piel
las nervaduras inaudibles
del deseo
el tintineo del tiempo.
Oir
es un albur
es callar para escucharse
es irse suavemente en un vuelo desasido
es tocar el aura indecible de la música
es el tallo del cuerpo que vibra enfebrecido
Oir
es dejar de ser
para ver
el tiempo fugitivo
resplandecer
Caer
De pronto las estructuras caen
se hacen pito,
unas con espejos de hule
otras lamidas por la devastación,
pero todas con la dignidad
del abatimiento.
Caer es el sagrado itinerario
del abajo
De ahí su grandeza
de ahí la clizadura
que las precipita,
no al suelo soñado
no al piso del universo
sino al instante
en que su rostro pasmado
las nombra desde la sombra.
Porque todavía son
en su caída
La memoria del paisaje
las acoge
y las limpia de olvido.
Tríptico
Tú
Venías del paraíso terrenal
Yo
del infierno musical
Tú
con el latido curvo de unas aves
surcando
el back-ground de Cristo
y la sed en forma de antílope
Yo
con el quicio de azufre
la grávida zanfona de los condenados
el tufo lívido de la animala
y el acorde cómplice del Bosco
Nos encontramos inexplicablemente
en el jardín de las delicias
yo humeante / tú celeste
y junto a la fuente cenital de los deseosos
nos pusimos a lavar las fresas de adviento
Tú, yo y el universo
Todo comienza en uno
y a veces termina en uno.
A no ser que comience en uno
y termine en dos.
Y al terminar en dos
continua en tres
y así imperceptiblemente
en cinco / ocho / trece
en fin
bajo la voracidad Fibonacci
que alienta a la desmesura
sumando todo
como una teología siniestra
que envuelve el universo.
En realidad
uno es la semilla de uno
y la cosecha de dos
como el amor.
La trompeta
Chillona y regalona
atravesando el carnaval de Oruro
jalando al Gran Poder
una trompeta trompetea,
va viene gira
insufla el devenir
y trompetea
Bajo la gravedad de los bombos
la fanfarria de los platillos
y el trino cómplice
de otras trompetas hermanas
trompetea
Rizando las melodías
satinando las caretas
levantando las polleras
una trompeta
ebria lúbrica cínica
trompetea
Madrina de la danza
Devota de sí misma
Venal y equinoccial / pánica y altiplánica
Una trompeta
trompetea.
Biografía
Edwin Guzmán Ortiz (Oruro 1953). Poeta, escritor y periodista cultural. Ha publicado los poemarios “DE/LIRIOS” (1984 ), “La trama del viento” (1993), “Juegos fatuos” (Plural-2007). Inédito “Aura Nómada”.
Junto a Alberto Guerra compiló la antología “La poesía en Oruro” (2004). Es miembro del movimiento “15 Poetas de Bolivia”. Junto a Benjamín Chávez, es coorganizador del Festival Internacional de Poesía de Bolivia.