Juan Martínez Reyes
Un trabajo antológico requiere siempre de una ardua y fina selección de textos, sobre todo, de la mirada crítica de los antologadores, que en este caso son: Jonathan España y Augusto Lozada. Esta compilación es exclusiva de microrrelatos. Aquí podemos visualizar una muestra de la diversidad y las posibilidades de la creación literaria. Además se puede constatar la forma de cómo es llevada a los límites la minificción, con ficciones en miniatura que necesitan de la complicidad del lector para la construcción y comprensión de las mismas. Es decir, que estos textos, necesitan de un lector que maneje un buen bagaje cultural, para lograr entender estas minificciones a cabalidad.
Estas ficciones encapsuladas, o según la concepción de Umberto Senegal, pertenecen a la terminología de cuentos atómicos, historias que se caracterizan por llevar a su máxima expresión los microrrelatos, pues cada uno de los textos de esta antología no sobrepasa las veinte palabras.
La difusión de esta recopilación nos permite descubrir nuevas voces de la literatura, en particular, a los minificcionistas. Además, en estos últimos años, los microrrelatos están logrando un gran auge, debido a la virtualidad y al tiempo tan acelerado en que vivimos, donde cada minuto es vital para las personas y no hay espacio para una lectura extensa como novelas o cuentos. Asimismo, gracias al mundo digital, las minificciones se están difundiendo en diversos espacios: blogs, revistas literarias, páginas webs, antologías, incluso, en las redes sociales.
Dentro de esta selección no solo encontramos escritores emergentes, sino también escritores consagrados como: Ana María Shua, Patricia Nasello, Umberto Senegal, Carlos Agudelo, por mencionar algunos de ellos.
De forma holística, esta compilación puede tipificarse en formas y modos, donde encontramos recursos o elementos y tópicos, y rasgos formales, que aluden al tipo de narrador y el tiempo (de la narración).
En lo que respecta a formas y modos, se despliega el manejo de una amalgama de recursos: la elipsis, la ironía, la metaficción, la reescritura, finales sorpresivos y la intertextualidad. En cuanto a los tópicos, tenemos historias que aluden a lo fantástico, lo social, la metalingüística, los fetiches, los deseos carnales, las enfermedades degenerativas, la ciencia ficción, el esoterismo, el terror, entre otros.
En alusión a los rasgos formales, podemos percibir tres tipos de narradores: narrador omnisciente, narrador personaje y narrador ambiguo (segunda persona). De ellos, el que más predomina en este conjunto de textos, es el narrador omnisciente. Por otro lado, el tiempo que se presenta en estas historias son tres: tiempo pasado, tiempo presente y tiempo futuro. De estos, el que prevalece en la mayoría de los microrrelatos, es el tiempo pasado.
Además, una característica destacable de esta colección de microrrelatos, es que algunos de ellos no tienen título. Y encontramos uno que carece de argumento narrativo, pues solo consta del título.
En suma, debemos incentivar la difusión de esta compilación, llegar a los lectores y a los críticos literarios, estos últimos, ratificarán la calidad estética de estos trabajos creativos. Por otro lado, los microrrelatos que contiene esta antología es una buena muestra de la praxis literaria de autores destacados y emergentes, que van cimentando el corpus literario de la minificción en Iberoamérica. Sin duda, estamos frente una selección de historias condensadas que apertura diversas interpretaciones y reflexiones.
