Maurizio Bagatin
Empezar por Montale es empezar por lo que sintió el mal de vivir, cuando su Huesos de sepia (1925) viene publicado, millones de muertos ya habían sepultado Europa, seguía a lo largo y a lo ancho de toda Europa el silencio del tormento, el vacío y el desasosiego, la nada; Eugenio se hace el Poeta de una inmensa tragedia, no es el Ungaretti de los ríos de la vida, tampoco el Quasimodo del hermetismo, sí un nuestro Thomas Eliot, tal vez destilando y destilando hasta alcanzar el corazón, desnudar el hueso, mostrando la medula, el calcio, el imprescindible fosforo, las notas y el fervor del siglo breve…
Fellini es el sueño hecho imagen. Todo el cine fue su inspiración, todos los directores ahora son sus alumnos…la Romagna de los campos y la Rimini de Paolo y Francesca…sueña la mujer, sueña la libertad, un sueño es su juventud, otro sueño, nuestra nueva sociedad, siempre soñando, lucidamente y sin despertar, sueña que sueña Fellini, la poesía se hace imagen, la imagen es poesía, si Morfeo despierta, él despertará soñando.
Pasolini penetrando el Mito, Pasolini despulpando la tragedia, caminando como un Rimbaud campesino y pintando como el Mantegna; la belleza triste de toda la juventud, el Cristo que no fue y el Cristo que fue, no el héroe humano que buscaba el hombre, sí en su lugar el hombre anormal o el monstruo, necesario o útil, el escándalo y la denuncia, la víctima de una sociedad que no supo, que no pudo y que no quiso ver…
A De André tenemos aun que leerlo, una vez lo escuchábamos, aún lo escuchamos mientras los últimos lo oyeron y ahora traen memoria, mañana, una vez leída su poesía, recordaremos más allá de la rima y del verso, la pureza de su mensaje, pero mañana, hoy es muy tarde.
4 poetas, una Italia, 4 Poetas, mucha poesía.
