Manuel Serrano
La estación
Estaba en una vieja estación en medio de la llanura. Una vieja vía casi abandonada aguardaba la llegada del único tren que pasaba. A la sombra, sentada en el banco de madera, había una anciana mujer enlutada.
—¿Lleva mucho tiempo esperando? —le dije a modo de saludo.
—Toda tu vida.
El navegador
Cuando el inspector de la policía científica recogió el navegador de vehículo siniestrado al caer al barranco y lo puso en el ordenador se pudo escuchar esa voz angelical que decía:
—¿Qué te parece ahora, hijo de puta? ¿Me vas a hacer caso de una mierda de vez?
Los hermanos
Cuando María les dijo a sus padres que Julio, su novio, la había embarazado, su hermano Mario preguntó si él podía estarlo también.
Pérdida irreparable
Mientras cruzaba Independencia con Boedo, un auto lo atropelló. Lo montaron en un remís y los llevaron al Garrahan. En el bolsillo de la remera llevaba la documentación: Maximiliano Urdizu, nacido en Capital y domiciliado en la plaza Marciano Boedo.
Cuando el accidentado recuperó la conciencia, se escuchó en toda la planta:
—¿A dónde remiendas se metió el pelotudo que me arrolló? —dijo con perfecto acento español de Salamanca.
Amor repartido
Intuía que aquel día podría ser el esperado. Hacía poco que la conocía, pero estaba seguro que ella sentía también algo por él. Antes de salir de casa se duchó y se perfumó. Vestido con sus mejores galas y desprendiendo un aroma que abría el apetito, llamó a su puerta.
—Buenas noches —dijo con hilo de voz.
—Ah, hola. Gracias por venir tan pronto. ¡Qué bien huele la pizza! Quédate con el cambio. —Y cerró la puerta.
Quizá en la próxima entrega.
Biografía
«Mi nombre es Manuel Serrano, nacido en la provincia de Zaragoza y viviendo casi desde siempre en la bella ciudad de Valencia, la de España.
Soy maestro retirado. Escribo por afición en revistas digitales de Valencia y de Hispanoamérica.
He recibido diversos premios de relato, cuento y poesía tanto en castellano como en valenciano.
Poseo dos obras infantiles publicadas con la editorial weeblebooks.com y sigo intentado aprender a escribir».
