Doctorando en Derecho – Universidad Rey Juan Carlos: Jorge Lizarraga
Bolivia un país con 1.098.581 km2, (dentro de los 30 países más grandes del mundo) con ingentes riquezas naturales, ríos, lagos, fauna y flora además de riquezas no renovables incalculables e ilimitadas como minerales, gas y petróleo además de litio y cuyo tamaño, prácticamente dobla a países como Francia o España, indicaría que más bien debiéramos ubicarnos en la media de países industrializados, desarrollados y progresistas, sin embargo y a pesar de que hemos mejorado también en muchas áreas hemos empeorado.
En nuestro país será recurrente para muchos hablar del proceso de cambio, del proceso de reestructuración de las políticas públicas y también hablar sobre los derechos y garantías constitucionales que una persona goza.
Sin lugar a dudas, estos últimos años, hemos podido no solo percibir sino palpar una realidad critica en relación a la administración de la cosa publica y cuanto habríamos cambiado, si acaso hubiéramos continuado como empezó este proceso.
A un inicio, muchos creíamos en la revolución democrática y el espíritu conciliador de los gobernantes, no solo para iniciar una nueva etapa política, sino más bien para reafirmar en Bolivia un verdadero Estado de derecho, en plenitud de garantías y respeto constitucional a los derechos y cumplimiento efectivo de nuestras obligaciones.
Poco a poco esta ilusión humana fue degenerándose por los resultados de la conformación de la Asamblea Constituyente y la aprobación de una constitución que ciertamente con la cantidad de articulados insertos, muchos opinábamos que iba a generar enfrentamientos jurídicos por ser tan amplia como ambigua y fue así que luego de su promulgación muchas leyes fueron emitidas y sancionadas con el supuesto objetivo de cumplir con la carta Magna, no obstante comenzaron a mal interpretarse conceptos, competencias y paradigmas legales que, poco a poco, fueron creando un ambiente de incredibilidad y desconfianza sobre el régimen vigente, un tanto, si bien embelleciendo nuestro ordenamiento jurídico, como también destruyendo, con los hechos de vulneración constitucional, la ilusión que muchos teníamos sobre el proceso iniciado el 2006.
No entraremos en discurrir acerca de los resultados de gestión política que, la verdad, son por demás negativos al haberse envenenado la administración publica y corrompido nuestras instituciones, esto en contraste con el resultado de gestión económica que ciertamente debemos muchos, aunque no queramos, reconocer una gestión envidiable y positiva, más allá que pudo haber sido mejor y que las condiciones fueron mucho mas alentadoras para que sea tres veces positivo, no obstante, es verdad que sobre lo que hubo y hay la gestión de los responsables económicos, fue exitoso, aunque como muchos piensan estos próximos años la situación económica a nivel interno e internacional complicaría quizá los resultados actuales, pero bueno, al menos los resultados de crecimiento económico en estos tiempos incluso fue reconocido por diferentes organismos de importancia, por lo cual es posible que Bolivia pueda revertir cualquier situación negativa, si acaso la planificación estratégica sigue un ritmo adecuado.
Sin embargo, ciertamente a estas alturas de los acontecimientos, las diferentes reacciones sociales, los resultados de gestión política y la arremetida social por medio de las organizaciones sociales y adentrándonos al periodo electoral de octubre próximo y donde entre otras cuestiones se pone en evidencia la circunstancia arbitraria de no reconocer un resultado de consulta popular, y ante todo pronóstico de justicia, legalidad y legitimidad, las autoridades llamadas por ley para defender las leyes y constitución se pronuncian contrarios al Estado de derecho, lo que creemos debiera esquematizarse, por unos y por otros, pensando en el futuro, en la siguiente dirección:
- Consolidar y garantizar el Estado de Derecho en nuestro país, lo cual no es sino el reconocimiento de la supremacía de la ley frente a ambiciones personales, por lo que la participación ciudadana será decisiva para este cometido, eligiendo según su criterio a personas que puedan iniciar este proceso.
- Una vez conformada la nueva etapa política de cara a los siguientes 5 años, construir mecanismos idóneos permitiendo la eliminación de todo resquicio de corrupción dentro de nuestras instituciones, para lo cual comprometerse los gobernantes a someter a procesos judiciales ejemplarizadores de todos aquellos quienes a costa del pueblo lograron no solo enriquecerse sino también corromper a personas y a instituciones; y lo cual no significa sino devolverle al pueblo no solo bienes y dinero, sino también su dignidad.
- Iniciar procesos de responsabilidad civil, penal, y juicio de responsabilidades de todas aquellas autoridades que en contrario de ejercer el poder en beneficio de muchos o ejercer su cargo con probidad, por el contrario, sus actos beneficiaron a pocos.
- Encarar, por primera vez, en nuestro país una limpieza total de todo lo perjudicial para nuestra sociedad e iniciar una política de Estado de institucionalizacion de nuestras instituciones y generar confianza entre nosotros, para encaminar, nuestros sueños y anhelos de país emprendedor, con mayor ímpetu moral y seguridad jurídica para la ciudadanía.
- Conformar equipos dentro de las comisiones legislativas que planteen la reforma constitucional de nuestra constitución con el único afán de corregir errores y enmendar aquello que pudiera, a partir de ahora en adelante, permitir un mayor y mejor desarrollo de la justicia.
- Respeto absoluto a la madre Tierra y sus riquezas y la no intervención del hombre en parques o reservas naturales, respetando a su vez la consulta previa y no la eliminación de pueblos o territorios indígenas originarios, mismas que deberán seguir un proceso de regeneración de su utilidad y mejorar la funcionalidad de los mismos (crear bases locales y originarias que hagan de estos lugares zonas de turismo internacional, formando a profesionales en áreas de importancia generacional).
- Plantear como requisito imprescindible de nuestro desarrollo social y humano la existencia de políticas que garanticen el cuidado de nuestros ancianos, discapacitados y la lucha constante contra la ignorancia y dogmatizacion política partidaria, lo cual significara también invertir mayores recursos en educación, salud, capacitación de profesionales nacionales, policía nacional y fuerzas armadas, cada uno ejerciendo el rol que, la sociedad hoy en nuestros tiempos, requiere y demanda.
- Dejar de lado toda inversión pública en todo aquello que signifique o indique el despilfarro de los recursos nacionales, principalmente en actividades obras o infraestructuras que, más que beneficien perjudican al desarrollo de nuestro país. (aeródromos o aeropuertos inútiles, caminos o carreteras en zonas deshabitadas o inhabitadas, canchas de futbol en parajes donde es más necesario la inversión en otras obras, etc.)
- Permitir y garantizar las inversiones extranjeras como requisitos sine quanum para el desarrollo de nuestro país; consolidar las bases de participación mixta en emprendimientos que generen empleo, expectativas de vida y ahorro para el ciudadano boliviano, garantizándole un futuro adecuado para él y su familia.
- Explotar al máximo nivel, con países o empresas de alta confiabilidad, las riquezas que podrían permitir a Bolivia, en los próximos años, consolidarse como una potencia mundial y de necesidad única (consolidar la explotación del litio y derivados).
- Respeto absoluto a las mujeres embarazadas, y a los niños recién nacidos, así como el respeto único e irrenunciable a toda aquella persona con orientación sexual diferente.
- Aumentar las penas de cárcel sin derecho a indulto, para delitos de narcotráfico, crimen organizado, violación, traición a la Patria, estupro, asesinato y corrupción.
- Expulsar a toda aquella empresa o persona que se halle en actos ilícitos y actitudes de irregularidad en el país, bien sea ejerciendo actividades empresariales destructivas del medio ambiente o su entorno y/o sea mala influencia para nuestra sociedad.
- Erradicar la producción de hoja excedentaria de coca, aprobar el impuesto al consumo y eliminar bandas criminales de narcotráfico, bajo el único argumento de que, en un país como el nuestro, la vida y nuestra sociedad merecen mayor respeto y una convivencia mejor sin las lacras como las indicadas.
- Someter todas y cada una de las decisiones trascendentes de políticas públicas, a la decisión del soberano, es decir el pueblo a través de los mecanismos de participación democrática y consulta, dejando a un lado ambiciones personales partidarias y permitir al pueblo, en sus distintos niveles de participación la toma de las decisiones trascendentales; esto y mucho más.
Lo acá planteado, no es sino exteriorizar lo que muchos pensamos y deseamos, o quizá, al menos pretendemos que así suceda, en tanto Bolivia país de oportunidades, siga siendo nuestra ilusión y la tierra donde hemos nacido, por lo cual el no decir lo que pensamos es soñar sin creer en nosotros mismos, es como creer que no podemos avanzar, por lo cual hoy es oportuno decir lo que en su momento otros se atribuyeron como suyo, en realidad es un pensamiento que circunda en lo más profundo de nuestro ser: “volveremos y seres millones”, pero aun con mayor profundidad y certeza estamos persuadidos de decir “Bolivia digna y soberana, productiva y hermosa, gente solidaria y trabajadora, que jamás se humilla porque tiene todo para ser grande y sin corromperse luchar para ser tal”.