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Black Friday y Thanksgiving llegan a una Bolivia en crisis social y económica

La tradición estadounidense de Acción de Gracias “Thanksgiving” hizo su ingreso -aunque en menor medida con relación a Halloween- en Bolivia donde familias de algunas ciudades se reúnen  para compartir la cena con el tradicional pavo como plato principal. Una costumbre que resulta agradable por los objetivos que tiene.

La costumbre de “Thanksgiving” surgió en Estados Unidos en 1623  en Playmouth -actual Massachussets-, cuando los colonos de estas tierras decidieron celebrar la buena cosecha de otoño y agradecer a los indios Wampanoag el haberles enseñado técnicas de pesca, caza y cultivo de maíz para enfrentar una época de hambre y enfermedades. Se dice que celebraron comiendo pavo.

De acuerdo a la publicación National Geographic en español, luego que trece colonias del país del norte se hubieran unido, el presidente George Washington presentó un acuerdo al Congreso, en el cual se buscaba establecer un día nacional para celebrar la antigua tradición. La resolución se aprobó el 26 de noviembre de 1789.  A partir de ese momento se celebró el primer Día Nacional de Acción de Gracias para reconocer a Dios por su protección, la paz y prosperidad.

Posteriormente, el 3 de octubre de 1863, el presidente Abraham Lincoln realizó una proclamación sobre esta importante festividad. A partir de su mandato, se comenzó a celebrar el Día de Acción de Gracias el cuarto jueves de noviembre.

Thanksgiving, más allá de ser una celebración importada con raíces de gratitud, podría resignificarse en Bolivia como un día de apoyo a los menos favorecidos. En lugar de centrarse en cenas ostentosas y reuniones exclusivas de familias adineradas, debería convertirse en una oportunidad para compartir con quienes más lo necesitan, promoviendo valores de empatía y unidad en la sociedad.

Este enfoque no solo enriquecería el espíritu de la fecha, sino que también ayudaría a construir una comunidad más justa y comprometida con la equidad social.

Todo noviembre, el gobierno central boliviano en coordinación con las administraciones locales, debería hacer un llamado a la solidaridad de toda la población para que las familias en posibilidades realicen acciones de beneficencia donando alimentos y suministros básicos a quienes tienen en estos momentos gran penuria.

En cuanto “Black Friday” que se da día después de “Thanksgiving”, se hace notar de nuevo en Bolivia a pesar de la situación crítica que atraviesan muchas regiones debido a los incendios que ocasionaron no sólo contaminación del medioambiente; sino la muerte de miles de animales y especies vegetales.

Resultado de la globalización la costumbre estadounidense del “Black Friday” causa gran expectativa en las principales capitales de departamento de Bolivia, cuando ya desde la segunda semana de noviembre supermercados, “shoppings”, tiendas, boutiques, zapaterías, cines así como algunas empresas de servicios, colocan grandes letreros anunciando sus promociones y rebajas.

La crisis actual parece no afectar y aunque el “Black Friday” contribuye a dinamizar la economía al generar un aumento temporal en el consumo, beneficia de manera desproporcionada a ciertos sectores del comercio, principalmente aquellos enfocados en bienes de lujo y tecnología.

Las compras suelen ser realizadas por un segmento reducido de la población con mayor poder adquisitivo, dejando al margen a la mayoría de los consumidores y a sectores más amplios de la economía que no participan en esta dinámica.

Las ofertas con reducciones desde el 10 hasta el 80%, toman -año tras año- otros matices en las distintas urbes y se extienden en tiempo (hasta fines de noviembre) y en espacios. Se observa en mercados, lugares de comida e incluso puestos de venta ambulantes, letreros con un toque muy peculiar a esta tradición:” Aquí hay Black Friday todo noviembre”, “No es Bl En un país como Bolivia, esta práctica podría ampliar las desigualdades económicas al concentrar los beneficios en unas pocas manos, restringiendo así su efecto positivo para los emprendedores, microempresarios, artesanos y la sociedad en general.ack Friday son White Days”.

Según el sitio de internet www.muyhistoria.es, se conoce como Black Friday o «Viernes Negro» al día que da comienzo a la temporada de compras navideñas en Estados Unidos, uno después del día de «Acción de Gracias», que se celebra el cuarto jueves de noviembre.

La revista española “La Vanguardia” señala que este término se originó en Filadelfia para describir el denso tráfico de gente y vehículos que abarrotaba las calles al día siguiente de Acción de Gracias. Su uso comenzó alrededor de 1961, popularizándose hacia 1966 y extendiéndose al resto de los estados desde 1975. Con el tiempo, surgió otra explicación: “negro” se refería a las cuentas de los comercios que pasan de estar en números rojos a negros gracias a este día. 

Lo cierto es que esta tradición se expandió poco a poco por todo el mundo, especialmente en los países europeos y latinoamericanos. En Bolivia las ciudades que más adeptos ganaron son Santa Cruz, Cochabamba y La Paz, donde la gente sale a las calles y revisa las ofertas hasta por internet para hacer todo tipo de compras, incluso de productos que no necesita.

Un artículo publicado por Belén Kayser en “La Retina” señala que el consumismo que se promueve amenaza el planeta porque las compras compulsivas se dirigen a los precios menores y no a la calidad de los objetos. Cada vez se adquiere más y se daña el medioambiente puesto que ya no se pueden reciclar muchos artículos como ser los electrónicos.

Añade que nada crece de forma infinita excepto la basura y que un consumidor debería enfrentar el Black Friday cuestionándose por qué compra las cosas, si realmente necesita ese objeto, si hace nuestra vida mejor o nos esclaviza y perjudica a la salud.

Bolivia, ajena a esas recomendaciones y cuestionamientos, tiene a una parte de la población –especialmente la que cuenta con grandes recursos- alistándose para el Black Friday. Desde temprano y durante varios días acude a tiendas para adquirir ropa, juguetes, aparatos electrónicos y… también ¡automóviles! ¿El justificativo? adelantar compras navideñas o simplemente obtener productos que tienen considerables descuentos. Este año con tremenda crisis económica el panorama es parecido.

Para finalizar, ojalá que a futuro el “Black Friday” deje de contaminar las mentes y el medioambiente así como horadar los bolsillos en la población boliviana y que el “Día de Acción de Gracias” se propague -así como lo hicieron los incendios ocasionados por las malas intenciones humanas- y de aquí en adelante se pueda celebrar ese día con donaciones, ayuda de todo tipo, en una sola palabra solidaridad con los más necesitados con su respectiva auditoría -por supuesto- para evitar daños de los “amigos” de lo ajeno.

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