Kennedy en Bolivia, Edwards (casi) sin bolivianos
Al borde de echarme de panza y abandonar por unas semanas esta columna, resolví no abrumar hoy a mis cuatro lectores. Ya resisten bastante la gastritis política crónica de augurios, ceños y gestos estudiados para impresionar a la posteridad. Al grado que, en vez de segundo aguinaldo, vendría bien un decreto de producción anual forzosa […]