El agua y la sangre
Patxi Irurzun Se llamaba Marie Therèse, la conocí en en Bocanda (Costa de Marfil) el pasado mes de septiembre. Tendría unos treinta años y los aparentaba, a pesar de todo. Era jovial y bonita, tenía la risa contagiosa, los ojos vivaces y la piel negra y resplandeciente, como un sol de medianoche. Estábamos sentados en […]