Un café al atardecer
Andrés Canedo El café estaba lleno, de manera que me acerqué a la barra y allí pedí un pocillo. Yo estaba triste, abandonado, solitario y ese ambiente, a pesar de las voces y las risotadas, hacía juego con mi sentimiento. En eso apareció ella, como un desmoronamiento, como una avalancha de sol. Era tan bella […]