Los fetos de mujeres embarazadas que aumentaron de peso en exceso durante el primer trimestre de embarazo muestran signos de distribución excesiva de grasa en la parte superior del brazo y en el abdomen, según un estudio realizado por investigadores de los Institutos Nacionales de Salud (NIH). Estos hallazgos pueden orientar los esfuerzos para prevenir el aumento excesivo de peso en las primeras etapas de la vida, un factor de riesgo para la obesidad en la edad adulta y otras afecciones relacionadas, como enfermedades cardíacas, hipertensión arterial y diabetes. El estudio, realizado por investigadores del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver de los NIH y otras instituciones, aparece en el American Journal of Clinical Nutrition .
Los autores analizaron datos de un estudio anterior de más de 2.600 embarazos únicos, que incluía información sobre el peso materno antes y durante el embarazo y ecografías tridimensionales (3D) (hasta cinco) durante todo el embarazo. Los autores descubrieron que las embarazadas con un aumento de peso excesivo (definido como más de 2 kilogramos (aproximadamente 4,4 libras) en el primer trimestre) tenían fetos con una mayor circunferencia abdominal y área abdominal y un mayor grosor de grasa en el brazo fetal, en comparación con las embarazadas con un aumento de peso adecuado. Los fetos del grupo de aumento de peso excesivo continuaron teniendo un mayor grosor en los brazos y medidas abdominales hasta el final del embarazo, incluso cuando el aumento de peso no se consideró excesivo durante el segundo y tercer trimestre. En cambio, la mayoría de los estudios anteriores no han examinado las medidas fetales en 3D durante el embarazo y solo han relacionado el aumento de peso total a lo largo del embarazo, no solo en el primer trimestre, con el peso al nacer.
Los autores escribieron que sus hallazgos sugieren que el momento del aumento de peso, en lugar del aumento de peso total, podría ser importante para desarrollar esfuerzos para prevenir el exceso de tamaño fetal y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y otras afecciones más adelante en la vida.
OMS
Katherine Grantz, MD, MS, de la División de Epidemiología del NICHD y autora principal del estudio, está disponible para hacer comentarios.
