como el oasis de un papel en blanco
para mí
escribir
es el placer
de recuperar la memoria del olvido
y dar voz a lo que no se oye
sin expectativas
haciendo auto-stop hacia almería
me coge una mujer
buen coche
buenas tetas
bonitos ojos
buena música
buena conversación
parece una compañía agradable
insiste en invitarme a comer
nos desviamos del camino
y vamos a parar a un chiringuito solitario junto al mar
bonito sitio
el mar las palmeras las gaviotas
y poca gente
aunque el chiringuito deja mucho que desear
un chiringuito de batalla
el vino blanco pésimo
el tinto peleón
las cervezas calientes
las tapas una mierda
la dorada recalentada al microondas
la fritura de pescado pasada
los chupitos ardiendo
y yo ahumado
esperabas algo más del bar
y de mí
y de la vida
y lo dijiste
con rabia
con odio
con malas palabras
de malas formas
estabas enfada con todo
con el mundo
con el camarero
con las gaviotas
conmigo
contigo
me bebí los chupitos
el mío y el tuyo
y volví a la carretera
sin odiar a nadie
sin esperar nada
tampoco yo tenía nada mejor que ofrecer al mundo
aireando
saco a pasear mi dolor
para que se ventile
para que se convide en los bares
que se emborrache hasta quedar inconsciente
y deje de incordiar
que se caliente al sol
que conozca gente
que baile
pero como si nada
es inconformista mi dolor
le presento a hermosas mujeres
le doy de fumar
le canto por alegrías
ni por esas
es persistente y arisco mi dolor
está curtido y se la sabe todas
volvemos a casa
y va renegando
dos pasos por delante mío
enciendo la chimenea y refunfuña
le pongo música y está demasiado alta
preparo la cena y está desganado
pide dedicación exclusiva mi dolor
estoy hasta los mismísimos cojones
no hay forma
le meto en la cama
le arropo le hago unos mimos
le leo cuentos le leo poemas de Gloria Fuertes
es fuerte mi dolor
no le arranco una sonrisa
una palabra amable
me obliga a meterme a la cama con él
no va a dejarme dormir en toda la noche
lo se le conozco
consigo dormir dos horas de un tirón
cuando despierto ya está ahí
como el dinosaurio de Monterroso
o los números rojos del reloj despertador
es incansable
solo cuando me lanzo como un suicida
a escribir sobre él
escapa por un resquicio de la ventana mi dolor
huye despavorido
chocándose con árboles muros casas coches montañas
abro ventanas puertas brazos
se que volverá
pero esta mañana me va a dar un respiro
y lo voy a aprovechar
sería hermoso
sería hermoso
dejar de ser rocoso
y ser caricia
que la piel de cocodrilo
mudara en mariposa
buscar palabras que acurruquen
en vez de palabras tajantes
en vez de gritos
que estos escritos
perdieran su poso de dolor y tristeza
y jugaran con las olas y las sirenas
que los aullidos de lobo solitario
fueran cantos de jilguero
y no ser lobo
y no ser cordero
que la noche no tuviera desvelos insomnios pesadillas
que fueran noches de sexo música bailes
olvidar los desgarrones
que la memoria solo recuerde los momentos luminosos
no ver todo en blanco y negro
aprender a apreciar los matices de los colores
dejar la risa de la hiena
la ironía el cinismo
por la sonrisa fresca
la carcajada amable
dejar el filo de la navaja
los precipicios
las tempestades y sus resacas
no buscar pelea
solo el cuerpo a cuerpo
con deseo y lujuria
romper las reglas del juego
sin ser perseguido
por la soledad la locura
por la marginalidad con su pobreza su hambre
borrar los rasguños de la tristeza en mis ojos
que brillen como luceros
sin sombras
sería hermoso
pero tan difícil
sin rendirse
sería hermoso
y mentira