Más allá de lo que diga el Gobierno, minimizando y despreciando la movilización del 10 de octubre, el país sabe que salió a las plazas y que con su presencia plantó su mensaje de recuperar la democracia, respetar la Constitución y hacer valer el voto popular. Bolivia ya no está quieta, se está moviendo y así lo hemos demostrado en todos los rincones de la patria. En La Paz, las plataformas ciudadanas, organizadoras del evento, leyeron en San Francisco un manifiesto que expresa el sentir de la gente de a pie.
El manifiesto señala, con claridad, que si bien hace 35 años reconquistamos la democracia, «hoy nos volvemos a encontrar en esta plaza para enfrentar y derrotar la prepotencia que amenaza nuestras libertades. La lucha para derrocar a los dictadores fue larga, dolorosa y sangrienta. Pero la voluntad democrática se impuso”. A lo largo de estos años, «con luces y sombras, los bolivianos trabajamos para ampliar los derechos y trabajar por nuestro futuro. Entonces, ¿por qué hoy estamos en esta plaza?”
La respuesta que da el manifiesto es contundente, porque «el Gobierno de tantos se fue convirtiendo en el Gobierno de una persona; el régimen democrático fue rápidamente sustituido por un régimen autoritario. Porque los que juraron defender la Constitución y gobernar obedeciendo al pueblo no aprendieron, no escucharon, no corrigieron, no rindieron cuentas. Al contrario, empezaron a incumplir, olvidar, reprimir y robar y robar y traicionar. Porque quieren quedarse demasiados años y morir de viejos en el palacio”.
Los manifestantes de San Francisco señalan que el Gobierno, «al presentar la demanda de inconstitucionalidad contra la Constitución, ha decidido recorrer el camino sin retorno hacia la dictadura. Porque son las dictaduras las que desconocen la voluntad popular y la Constitución. Sólo una dictadura intentaría burlar la voluntad soberana del 21 de febrero de 2016 que le dijo No”.
Y los ciudadanos la tienen clara, porque una dictadura tiene un dictador y ése es «alguien que se levanta un museo a sí mismo. Alguien que se compra un avión privado, varios helicópteros, muchos autos, una enorme seguridad privada. Alguien que promueve la invasión colonial de cocaleros y chinos. Alguien que ordena que le amarren los huatos. Alguien que dirige uno de los gobiernos más inútiles y corruptos de la historia. Alguien que se hace el ciego ante los robos en el Fondo Indígena, contratos de YPFB, Entel, Bolivia TV, Banco Unión, Ministerio de Defensa, la empresa china CAMC y tantísimos más, y tantísimos otros que apenas sabemos. Alguien que traiciona a su propia sangre en Chaparina, en Achacachi, en Caranavi, y podríamos continuar. Alguien que, como es tan macho, ignora el incremento de feminicidios y quiere que en todos los vientres embarazados diga: Evo cumple. Alguien que autoriza la represión a todas las protestas”. Alguien que persigue, apresa, mata y exilia a bolivianos
Cada día más estamos convencidos que «este es el desastre y esta es la tragedia. Por eso, hoy salimos a las calles nuevamente, no sólo para defender la democracia, sino para reconquistarla. Estamos en esta plaza del encuentro de nuestras mejores memorias, todos los partidos democráticos y todos los ciudadanos democráticos, porque hace 35 años derrotamos a los dictadores, y hoy enfrentamos a sus sucesores”
El manifiesto da líneas de acción futura: «No acataremos ninguna sentencia de este Tribunal o del que lo sustituya, o de cualquier Asamblea Legislativa, o de este Gobierno sedicioso, o de quien sea que ignore que la soberanía reside en el pueblo y que su voto es inviolable. Hoy lo declaramos: las elecciones judiciales del 3 de diciembre serán una nueva derrota del Gobierno, porque no deben ser posesionados como máximos representantes de la justicia los que tienen menos votos que los nulos con los que los repudiaremos. Hoy lo declaramos: No descansaremos hasta tener una justicia independiente, honrada y confiable.
Por eso, hoy, sin vacilaciones, sin dudas, con firmeza, advertimos a los herederos de las dictaduras: No liquidarán la democracia, no expropiarán nuestra libertad y tendrán que rendir cuentas por todas las traiciones, las mentiras, la represión y el saqueo. Unidos y convencidos reafirmamos en nuestras concentraciones en todo el país que por respeto a la soberanía popular, por la Constitución, por legitimidad y legalidad ya no permitiremos una nueva reelección. Esta dictadura pretende quedarse para continuar convirtiendo el Estado en depredador de la madre tierra, fábrica de oligarquías y fuente de corrupción”. Así, los bolivianos y bolivianas le decimos al poder: Que nuestra paciencia no se confunda con estupidez.
