Blog Post

News > Letras latinas > Una noche de tantas

Una noche de tantas

Rafaél Bagur Castillo / Guatemala

Venimos a la función nocturna porque era el último día de exhibición de la película y los chicos insistieron tanto que terminaron por convencernos. Compramos en la entrada algunas golosinas y, la verdad, pasamos un buen rato. Al término de la función, dirigiéndonos al parqueo subterráneo, comencé a notar que algo raro tenía que estar sucediendo, no se veía ningún guardia de seguridad. «Apurémonos que se hace tarde», dije, por decir cualquier cosa, mientras me buscaba las llaves del coche en los bolsillos. Apagué la alarma y entramos todos, todavía bromeando por lo terrorífico de la película. Las lámparas (del parqueo) tuvieron un leve titileo y, seguidamente, se apagaron completamente. Puse los seguros automáticos en todas las puertas a manera de precaución, encendí el carro y prendí las luces. Nos dirigimos hacia la salida, de pronto, el motor se detuvo y las luces se apagaron. Los chicos asustados preguntaban qué pasaba y, yo no sabía que contestar. «Ha de ser parte de la propaganda de la película, para que sigamos teniendo miedo», dijo mi esposa, haciendo referencia a la película “La noche del fin del mundo”, que acabábamos de ver.

De pronto, las luces del parqueo se encendieron, el coche arrancó y sus luces se prendieron, todo era normal otra vez. De la garita de la entrada y que antes no me había percatado que estaba, salió un anciano que caminaba hacia nosotros. «Son cincuenta centavos», dijo. Nos vimos asombrados y para salir cuanto antes de ahí, me busqué una moneda de dólar en los bolsillos, se la di y el anciano me alargó los cincuenta centavos de cambio, los rechace y el viejo desató un lazo para quitar la barra de seguridad. Todo era tan extraño, tan fuera de lugar que comencé a preocuparme de verdad. «Traen sus teléfonos», pregunté. Todos nos los buscamos al mismo tiempo, sin encontrar nada, «debimos haberlos dejado en el cine», habló de nuevamente mi esposa, medio atragantándose. En ese momento vi el tablero del coche que ahora parecía el de uno muy antiguo. No pude más, detuve el vehículo y me bajé. Un terror inmenso que paralizó mi cuerpo, se apoderó de mí. Mi coche ya no era el Audi del año, era un De Soto de a saber qué modelo. Algo me llamó la atención y me volví a la vitrina iluminada que tenía enfrente. En ella había un televisor empotrado en un mueble de madera marca Admiral con un cartel que decía: La última novedad. Feliz Año 1952”. Al voltear hacia el coche, veo horrorizado a toda mi familia gritar, mientras intentan salir.

Biografía

Rafael Bagur Castillo nació en la ciudad capital de Guatemala en 1948. desde temprana edad se trasladó, junto a su familia, a la provincia de su país, en donde radica actualmente. Es egresado de la Universidad de San Carlos de Guatemala, en donde obtuvo el grado de Licenciado en Zootecnia, profesión que practicó durante algunos años. Ha sido agricultor y empresario. Ahora ya retirado, se dedicó a la escritura novelas, cuentos y relatos, con algunas publicaciones en España y Guatemala.

                                                                                    

error

Te gusta lo que ves?, suscribete a nuestras redes para mantenerte siempre informado

YouTube
Instagram
WhatsApp
Verificado por MonsterInsights