Blog Post

News > Etcétera > Jackeline Rojas Heredia la poeta del dolor

Jackeline Rojas Heredia la poeta del dolor

Márcia Batista Ramos

Jackeline Rojas Heredia, suele publicar cuentos y poemas con el seudónimo “Elisangela Heredia”.
Ha publicado su primer poemario Tinta Violeta y ha participado en diversas antologías de cuento y poesía, entre ellas, la Antología ¡Basta! de la escritora Gaby Vallejo Canedo; en la Antología sobre poesía narrativa, Escritoras Cochabambinas (Caballero, Carvalho y Vallejo); y en la antología dirigida por el escritor Homero Carvalho, Poetas Bolivianos contemporáneos, ediciones Amargord.

Ganó el segundo lugar a nivel nacional (Bolivia), en el concurso periodístico sobre “Transparencia y Control Social”, otorgado por el Centro de Estudios Aplicados a los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CEADESC).
Titulada en Ciencias de la Comunicación Social de la Universidad católica San Pablo de Cochabamba. Tiene algo más de 15 años en el periodismo escrito, con reportajes, ensayos, artículos y notas publicadas en los periódicos: Los Tiempos, Opinión, Gente, La Razón y posteriormente fue editora y periodista del área cultural y del suplemento La Esquina de Cambio.

En 2016 trabajó en las carpetas para impulsar la postulación de la primera actriz mujer indígena de Bolivia, Sebastiana Kespi. Como resultado de esa labor, Kespi fue reconocida como “Premio Nacional Gestión Cultural Gunnar Mendoza”, la segunda distinción más importante del país.

Es activista por los derechos de la mujer y ha participado en distintos proyectos con la temática mencionada. Fue Tallerista para la Campaña “Cartas de Mujeres Bolivia”, campaña sudamericana de lucha contra la Violencia, proyecto parte del programa ConVoMujer de la Cooperación Alemana GIZ, centro de operaciones en la ciudad de La Paz.

Y para la Cooperación Suiza INTERTEAM, fue cooperante en la ciudad de Potosí enviada a consolidar y facilitar la RED Interinstitucional de Lucha Contra la Violencia en Potosí. Trabajo desarrollado con el apoyo del Centro de promoción Minera Cepromin y del SLIM del Gobierno Municipal Autónomo de esa ciudad, junto a la Defensoría del Pueblo bajo la dirección de Jacqueline Alarcón. Apoyó a los grupos de autoayuda de la Casa de Acogida Wasininchej.

Tiene un Diplomado en Violencia de Género, Derecho de las Mujeres y Periodismo, certificado – UPAL, Conexión (fondo de emancipación) y Fundación para el Periodismo. Y tiene también, el título de Corresponsal Antinarcóticos otorgado por la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico y Embajada de EEUU en el marco del programa de Capacitación y Desarrollo Policial (NAS) en la localidad de Senda Tres-Chapare.

La realidad cruel e injusta, trasladada a las letras, refleja con palpitante sinceridad, la condición interna de la poeta en continua búsqueda de su propio camino. Por eso, tanto la poesía como la prosa de Jackeline Rojas Heredia, muestran el destino como trágico y la condición humana siempre en agonía, frente a un constante desamparo existencial.

Es importante puntualizar, que la condición de padecimiento y abandono, aparecen constantemente en la obra de Jackeline Rojas Heredia, sin con eso, representar un nihilismo existencialista, sino, por el contrario, se trata de una conceptualización de lo humano en términos de su carencia y de sus tormentos. La poeta parte de un lugar intimo apuntando a la representación de un sentir universal; haciendo uso del lenguaje poético, ella logra cuestionarse al cuestionar las grandes inquietudes y las grandes interrogantes sobre la condición de sufrimiento humano:

“Alguien se robó la memoria de días felices,
El asombro que provoca la intensidad de los colores.
Alguien apagó la luz de unos ojos soñadores,
Sembró silencio, duda, soledad mezquina
Y cobijó el frío en el alma cálida de quien lo había amado.
El perdón solo es una palabra hueca
Cuando detrás se infringe el castigo
El amor y el perdón son hermanos de un mismo vientre
Cuando existe uno, el otro es presente implícito
Y justifica su existencia en palabras bellas
En la fuerza de la nobleza.
Pero perdón e indiferencia, son polos opuestos,
Señales de la inexistencia o ausencia
de amor, ternura y alegría.
Llora ser mío hasta que alguien se apiade,
encienda luz en tus ojos
Y te regale un asombro nuevo.”
Es muy lógico, que quien siente los dolores del mundo y de alguna manera, los percibe y expresa como suyos, tienda a encontrar en el quiebre amoroso un elemento de vital importancia para sus letras. En el caso siendo mujer, estando inmersa en una sociedad plagada de desigualdades y violencias machistas, es natural que las palabras de la poeta enarbolen banderas de libertad, haciéndose voz de las sin voz, al tiempo que logra advertir sobre la naturaleza de los humanos que se creen los dominantes, entonces escribe:

“Lobo
Bajo el tronco húmedo de lluvia
Relamo una vez más mis heridas.
En la brisa helada la voz de mi abuela
Surge y repite “el lobo cambia de piel
nunca de mañas.”
Los años no pueden pasar sin dejar huellas, sea por lo que uno ve o por lo que uno vive, el dolor surca, aún más hondamente, el alma de aquél que es poeta. Junto al dolor viene también la madurez, el adquirir de su propia conciencia, la respuesta a los grandes problemas de la vida o de la existencia humana. Jackeline Rojas Heredia escribe siempre como siente; pero el impulso decisivo es el drama personal, como todo poeta ella sabe del dolor de vivir y amar. Entonces escribe:

“La profanación de la belleza
Sherezade vistió su cuerpo de seda y
Bailó en mil y una noches
la música se escribió sobre sus caderas
y su piel se transformó en libro eterno
el más buscado, el mejor inventado
la historia sin fin,
amor de especias, de miel,
de nácar y lentejuela,
amor que supura manjar
achocolatado de sus labios.
Entre telas que se elevan y ondean el aire en mil colores,
Panderetas siguen sus blancos pies.
Daga afilada descubierta por la Luna,
Manos de piedra sucias.
Cae la ondulada cabellera negra
Una línea roja mancha
su fino cuello aterciopelado
las letras huyen, se borran de su dormida piel.
En el mar de cenizas reina el silencio.”
Jackeline Rojas Heredia tiene una visión umbría sobre el mundo, que sale de su pluma de manera densa y concreta ya que el dolor, siempre está presente; amenazado, acechando… Ciertamente, contribuyendo a la elevación espiritual de la poeta, que mira alrededor, ve al prójimo que sufre como ella y escribe con tinte de universalidad el dolor de ser y existir:

“Debo desandar caminos. Esos en los que mis múltiples ajayus me llevan a traicionarme más de una vez. Hoy me reconciliaré con el aire, buscare el baño de la luna pese a la densa neblina. Esta noche mi ser danzante se liberará. Olvidará las mentiras que me sirven de alimento, le dará descanso a mi adversario que mancha de lodo mi nombre y sueña con desintegrar las partículas de mi ser. ¿A dónde más?
Viviré la noche en toda su magia, en toda su dimensión y me abandonaré a esa aventura. Te amo vida ingrata y sabes que aún me la debes.”

En fin, Jackeline Rojas Heredia la poeta del dolor, sabe que la evocación duele y mata, pero también sabe que solamente la palabra hecha verso resucita.
“Me vino el amor de golpe
solo llegó
sin previo aviso, sin una sola señal
llegó y se instaló
pintó de colores
los espacios grises
e hizo que mis pies caminen
por alfombras de flores.
Me vino el amor de golpe,
Tan de golpe que olvidé
Qué hacía o quién era
Antes de su llegada.
Ahora … ¿Cómo hago?
¿Cómo vivo con él?
Y si se va como vino…
¿Cómo seré yo otra vez?”

error

Te gusta lo que ves?, suscribete a nuestras redes para mantenerte siempre informado

YouTube
Instagram
WhatsApp
Verificado por MonsterInsights