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Todas las revoluciones y una sola reacción

“La realidad es una impureza de la idea” – Ernst Robert Curtius –

Maurizio Bagatin

Es muy probable que el lenguaje sepa más que nosotros, tal vez mucho más: la ciencia, ya sabemos, es una irritable forma del pensamiento, y no ha perdonado a la literatura su invención. Deberíamos desconfiar de toda revolución… desde Sócrates hasta Kafka, los más lúcidos han desconfiado de las revoluciones, Pessoa las aborrecía, Kant y Goethe a la sola noticia de una revolución, el primero interrumpió un paseo y el segundo lo prosiguió, según Louis Aragon los dos eran unos presuntuosos… y de Shakespeare qué decir, tal vez fue el que más penetró su esencia: según él Revolution es la revolución de las estrellas y el movimiento cíclico, por lo tanto destinado a la repetición… mientras que reacción, en términos científicos tiene una connotación totalmente agresiva y vital, opuesta a su significado ideológico.

Alguna lucha, entre semántica e ideología la entendió muy bien Umberto Eco, el medioevo fue la época que lo atrapó, tal vez porque no fue escenario de ninguna revolución…

Revolución implica una voluntad de renovación, reacción una negativa a cambiar: así, al menos, los dos significados nos han sido entregados por la práctica ideológica en nuestro siglo, que ha encontrado su culminación en la oratoria política. Esto hubiera sido suficiente para desconfiar. Son los libertinos quienes preparan las revoluciones, pero los puritanos las hacen, algunos se atrasan, otros llegan a juegos ya hechos y se apoderan de toda la reacción… y los más oportunistas suben al carro del revolucionario ganador, a cualquier carro, todo fluye, resbala, así pegajosamente, asquerosamente hacia el poder…

“Nada se parece a nada y todo es siempre lo mismo. Nuestro progreso está contrapuesto por una serie de coincidencias fortuitas que forman una cadena lógica” – Peter Hammil –

El Marqués de La Fayette hizo la revolución en América y se hizo liberal en Francia, Garibaldi en Italia buscaba la unificación y en Sudamérica la fragmentación de las antiguas colonias… opuestas acciones revolucionarias para los dos héroes de dos mundos.

La tercera ley de la dinámica, o principio de acción y reacción, establece que para cada acción hay una reacción igual y opuesta; Masaniello y Pisacane, entre miseria y nobleza el populismo y la utopía… acciones y reacciones en Newton y Guillermo Tell, uno eureka y el otro leyenda de unas manzanas revolucionarias… Robespierre y Danton, la guerra y la técnica en toda su ridiculez y en toda la comedia humana, hasta el limo kafkiano y la muerte.

A soberanía revolución, a governance tumultos… Alejandro Magno una vez llegado a Persépolis habla como Hitler en París. He venido a liberarlos de x o y (las discrepancias del preámbulo no cuentan). El mensaje decisivo sigue: sigan trabajando, el trabajo no se detiene. Eso sí, el cambio no debe convertirse en una oportunidad para demostrar el más mínimo deseo. Para los deseos, vuelvan. Ellos pueden esperar. Fin del oráculo (Augusto Illuminati).

“Los hombres luchan y pierden la batalla; lo que lucharon fue conquistado, a pesar de la derrota, por lo que no será por lo que lucharon, para que otros hombres tengan que luchar para obtener lo que querían, incluso si ahora se les llamará de manera diferente” (William Morris). Eso lo entendió mucho tiempo antes Hegel, el cual robó esta otra cita de una novela sobre una conspiración veneciana del 1310: “De la acción de los hombres resulta algo más, en general, de lo que se proponen y alcanzan y que inmediatamente saben y quieren”. Revolución es una palabra que deberíamos devolver a la astronomía.

Todas las revoluciones y una sola reacción: Homo erectos que vira y Homodemens que retorna en el vientre materno, Jonás y Pinocho en la búsqueda de lo absoluto y de la libertad.

Todas las revoluciones y una sola reacción – amor y odio – revolución democrática, revolución gentil, revolución de los claveles, oxímorones y atrocidades, violencia y poder, amor y odio.

Todas las revoluciones y una sola reacción: “Non é male/titubare, non riuscire/a finire come il potere./Non é inutile/cercare una abitazione: E’ l’uomo/quel che vuole piú/della natura/e ad essa superar/le soglie/di un indicibile seme;/ritornarle in ventre/senza ritroso explorar/questo eterno divenire”.

(«No está mal / vacilar, no lograr / terminar como el poder. / No es inútil / buscar una habitación: Es el hombre / el que quiere más / de la naturaleza / y a esa exceder / los umbrales / de una indecible semilla; / retornar en el vientre / sin explorar hacia atrás / este eterno devenir”).

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