Sisinia Anze Terán
Penetra mí mar, bravo argonauta,
porque hoy lagunas olvidadas te aprisionan,
sal del fondo negro del silencio,
ven bogando una melodía remota.
Levanta las velas de la fantasía,
navegante amante de las olas,
escucha al viento que ha llegado, y se columpia
con el crepitar de poleas y maromas.
Me volveré sirena de palabras somnolientas,
sobre mi estela tú serás escolta,
un Zeus en desnudez salobre,
en madera tallado al mascarón de proa.
Y en la noche estremecida de borrascas,
que espantan las constelaciones temerosas,
te volverás en el fuego ardiendo
en el mástil mayor como una antorcha.
Serás la brisa que alborote mi pelo,
y yo la lluvia que tu costado azota,
tú el medallón que cuelga de mi cuello,
yo, en tu oído, la voz romántica salmodia,
el salado gusto sobre tus labios,
y la bruma que sobre el agua flota.
Sin rosa de los vientos, ni astrolabio,
no sabrás donde vas y no me importa,
no es donde anclar, sino el surcar las aguas
cuando al final se consigue el beso de la gloria.
Y mi beso tendrás, perpetuo, extenso,
como nunca te ha besado otra.