Autor: Juan José Vélez Otero Traducción al Italiano por Marcela Filippi Plaza
Juan José Vélez Otero (Sanlúcar de Barrameda, 1957) è un poeta, insegante e traduttore spagnolo. Laureato in filologia inglese, ha coniugato la sua attività letteraria con l'insegnamento. Ad oggi ha pubblicato i seguenti libri di poesie: Panorama desde el ático (Madrid, 1998); Ese tren que nos lleva (Madrid, 1999); Juegos de misantropía (El Puerto de Santa María, 2002 y Sevilla, 2017); El álbum de la memoria (Sevilla, 2004); La soledad del nómada (Madrid, 2004); El sonido de la rueca (Córdoba, 2005); El solar (Madrid, 2007); Otro milagro de la primavera (Valencia, 2010); En el solar del nómada (Valparaíso, Granada, 2014); Dióxido de carbono (Valparaíso , Granada,2016); Pasmo (Valparaíso Ediciones, Granada, 2019) Ámbito sustancial. Antología (Ars Poetica, Oviedo, 2019) Cuando todos soñábamos con Ornella Muti (Valparaíso, Granada, 2022). Con i libri precedenti ha ottenuto i premi, Feria del Libro de Madrid, il Ciudad de Cáceres, il Rosalía de Castro, l' Aljabibe de Poesía, o il José de Espronceda. In qualità di traduttore, ha tradotto in spagnolo le opere degli autori nordamericani Donald Hall, Yusef Komunyakaa, Jane Kenyon, Philip Levine, Etheridge Knight, Sharon Olds, Charles Simic o Billy Collins, nonché quelle dei poeti palestinesi Nathalie Handal e Najwan Darwish e gli autori britannici James Byrne, Greta Bellamacina, Carol Ann Duffy, Warsan Shire e Malika Booker.
APÁRTATE, QUE ME NUBLAS EL SOL
Ciertas gentes padecen un mal inconfundible:
pasean solitarios y sonríen a la vida con tristeza,
beben mucho, mienten y sueñan. Con ojos errantes
miran hacia atrás. Con frecuencia
se olvidan de la muerte y no aman la vida
como la amamos otros.
Leen y no comentan, oyen pero no votan
(postura reprochable a los ojos de otra gente
ciertamente comprometida.)
No son rentables socialmente. Estatuas de sal,
no sienten el vértigo del tedio,
ni acuden ciegos a la luz de la purpurina.
No son aprovechables, ni necesitan consuelo,
ni religión, ni futuro: la paz y el vacío
hace tiempo que ya están en sus maletas.
Ciertas gentes eluden el dolor como la dicha
y la muerte no les aplica
un nuevo estado en la existencia.
No aman la esclavitud
que los demás amamos.
Y viajan en el tiempo, y el tiempo
se oculta en ellos.
Cierta gente
tiene una extraña
inclinación
a la tristeza.
SPOSTATI, CHE MI OFFUSCHI IL SOLE
Alcune persone soffrono un male inconfondibile:
passeggiano da sole e sorridono alla vita con tristezza,
bevono molto, mentono e sognano. Con occhi erranti
guardano indietro. Frequentemente
dimenticano la morte e non amano la vita
come altri la amiamo.
Leggono e non commentano, ascoltano ma non votano
(atteggiamento rimproverabile agli occhi di altra gente
sicuramente impegnata.)
Non sono socialmente redditizi. Statue di sale,
non sentono la vertigine del tedio,
Né diventano ciechi alla luce della porporina.
Non sono sfruttabili, né necessitano consolazione,
né religione, né futuro: la pace e il vuoto
da tempo sono già nelle loro valigie.
Alcune persone eludono il dolore come la felicità
e la morte non applica loro
uno stato nuovo nell’esistenza.
Non amano la schiavitù
che noi altri amiamo.
E viaggiano nel tempo, e il tempo
si occulta in essi.
Certa gente
ha una strana
inclinazione
alla tristezza.
—
POÉTICA
Conozco a algunos.
Escriben solos en la penumbra,
callados en la derrota,
en el lugar vacío, en el hueco
inmenso de un útero inservible y yermo.
Son los desconocidos, los olvidados, los parias.
Ni siquiera son malditos.
No hablan del bote de champú,
no hablan del paquete de Marlboro,
ni del yogur de la merienda,
ni del taxi que tomaron esta tarde
para volver del dentista.
Son los inadaptados.
Ya creo haber dicho que habitan un lugar,
un lugar vacío al amor de la sombra.
Jamás visitaron la Corte, no conocieron mecenas
ni frecuentaron fiestas de gozos académicos.
Tampoco tertulias ni guateques locos
de triunfadores clónicos.
Cuando trabajan, sueñan.
Esclavos de la letra, de otras actividades comen,
y cuando les dejan se ayuntan,
y al final
en el olvido mueren.
Conozco a algunos.
No son gregarios.
POETICA
Conosco alcuni.
Scrivono da soli nella penombra,
silenziosi nella sconfitta,
nel luogo vuoto, nel concavo
immenso di un utero inservibile e infecondo.
Sono gli sconosciuti, i dimenticati, i paria.
Non sono neanche maledetti.
Non parlano della bottiglia di shampoo,
non parlano del pacchetto di Marlboro
né dello yogurt della merenda,
né del taxi che hanno preso stasera
rientrando dal dentista.
Sono i disadattati.
Credo di aver detto che abitano un luogo,
un luogo vuoto all’amore dell’ombra.
Non hanno mai visitato la Corte, né conosciuto mecenati
né partecipato a feste di giubilo accademiche.
Nemmeno raduni né folli bagordi
di trionfatori cloni.
Quando lavorano, sognano.
Schiavi della parola, di altre attività mangiano,
e quando glielo concedono si aggregano,
e alla fine
nell’oblio muoiono.
Conosco alcuni.
Non sono gregari.
—
UBI SUNT
En esta ciudad no han cambiado mucho las cosas.
En esta ciudad se ha parado el tiempo,
se ha parado la luz
como quedó parado el color en las fotos antiguas,
como se paró el silencio en el primer reloj
que tuvimos de niños y que ahora guardamos
en el mismo cajón donde escondemos los objetos
varados del fracaso, las momias dormidas
de nuestros recuerdos fríos. En esta ciudad
aún quedan tejados en ruina
donde crece el jaramago
y anidan los vencejos.
Esta tarde, pisando por la plaza,
oyendo cómo vuelven las cigüeñas,
me ha llegado la noticia.
Venía usted del norte
y a menudo nos hablaba de sus pueblos de pizarra,
de los otoños de luz en las montañas verdes.
Yo callaba en la clase y veía una diosa,
una misma de aquellas de las que usted hablaba
cuando explicaba Hesiodo, cuando explicaba a Ovidio,
las blancas ninfas de los poemas de Garcilaso,
las mujeres fatales de los versos de Bécquer…
Allí estaba usted, con su voz de Circe
hablándonos de sueños, de ascética monacal, hablándonos
de leyendas y de héroes, de siglos y batallas,
de páramos nevados y cumbres de ventisca,
de los campos antiguos, de nobles y de reyes;
nos hablaba de gestas y trágicos amores,
de cosas imposibles que no eran de mi mundo.
La amé en el silencio de aquella clase umbría
y apagada que usted llenaba de luz,
también en la calidez y desolación de mis deseos,
en el patio anunciante del estío
cuando estudiaba a la sombra de la parra vieja,
en la mesa fría y triste de luz
de mi cuarto de invierno. Me he acercado al Instituto
este sábado veinte de febrero limpio
en que terminan de florecer los almendros.
La fachada está igual, la misma puerta,
el envejecido escalón de mármol amarillo,
las mismas rejas herrumbrosas y las mismas
ventanas por donde la luz entraba
en las pequeñas tardes de octubre
que olían a cuadernos compartidos,
a gomas de borrar de nata y fresa,
a pupitre pobre de madera y tinta.
Todo está igual desde entonces,
pero un sello de tiempo,
intransitable y lóbrego, oculta una verdad
pavorosa y fría. Todo igual,
menos usted que ya no está, menos usted
y yo, que ya no estamos; yo, en la soledad
de esta habitación donde recuerdo;
usted en el silencio de su cementerio
pequeñito y lóbrego de un pueblo entre montañas.
En esta ciudad no han cambiado mucho las cosas.
El tiempo se paró, y yo me acomodé ya a la tristeza.
Por mi ventana miro, y veo el paseo a esta hora solitario
con sus moreras grandes y la rumorosa fuente
que lleva años enteros brotando del olvido.
En esta ciudad no han cambiado las cosas,
pero ha pasado el tiempo dejando en nosotros
una pátina amarilla, un aroma irrespirable
a enredaderas mustias,
el olor atufante y severo del fracaso.
Estoy triste y hablo solo. Es lo que pasa cuando uno
está triste, que habla consigo mismo.
O con los muertos.
Ubi sunt, doña Blanca, ¿dónde están,
dónde están, dónde están aquellos días?
UBI SUNT
In questa città non sono cambiate molto le cose.
In questa città il tempo si è fermato
la luce si è fermata
così come il colore nelle foto antiche,
così come il silenzio nel primo orologio
che avevamo da bambini e che ora conserviamo
nello stesso cassetto dove nascondiamo gli oggetti
incagliati dal fallimento, le mummie addormentate
dei nostri ricordi freddi. In questa città
ci sono ancora tetti in rovina
dove cresce il tarassaco
e nidificano i rondoni.
Questa sera, passeggiando per la piazza,
udendo come tornano le cicogne,
mi è giunta la notizia.
Tu venivi dal nord
e ci parlavi spesso dei suoi villaggi di ardesia
degli autunni di luce nelle montagne verdi.
Io tacevo in classe e vedevo una dea,
una di quelle di cui tu parlavi
quando spiegavi Esiodo, quando spiegavi Ovidio,
le bianche ninfe delle poesie di Garcilaso,
le femmes fatales dei versi di Bécquer…
Lì c’eri tu, con la tua voce da Circe
parlandoci di sogni, di ascesi monastica, parlandoci
di leggende e di eroi, di secoli e di battaglie,
di brughiere innevate e cime di bufere,
degli antichi campi, di nobili e di re;
ci parlavi di gesta e di tragici amori,
di cose impossibili che non erano del mio mondo.
Ti ho amata nel silenzio di quell’aula in ombra
e spenta che tu riempivi di luce,
anche nel candore e nella desolazione dei miei desideri,
nel cortile che annunciava l’estate
quando studiavo all’ombra della vecchia vite,
intorno al tavolo vecchio e triste di luce
della mia stanza d’inverno. Mi sono avvicinato all’Istituto
questo sabato 20 di febbraio limpido
quando i mandorli finiscono di fiorire.
La facciata è uguale, la stessa porta,
l’invecchiato scalone di marmo giallo,
le stesse sbarre arrugginite e le stesse
finestre attraverso le quali entrava la luce
durante le sere di ottobre
con l’odore di quaderni condivisi,
di gomme da cancellare di panna e di fragola,
di scrivania povera di legno e d’inchiostro.
Tutto è uguale fin da allora,
ma un segno di tempo,
intransitabile e lugubre, nasconde una verità
spaventosa e fredda. Tutto uguale,
tranne te che non ci sei più, tranne te
e me, che non ci siamo più; io nella solitudine
di questa stanza dove ricordo;
tu nel silenzio del tuo cimitero
piccolo e lugubre di un paese tra le montagne.
In questa città non sono cambiate molto le cose.
Il tempo si è fermato, e io mi sono già adagiato nella tristezza.
Attraverso la mia finestra guardo, e vedo il sentiero solitario a quest’ora
con i suoi grandi gelsi e la fontana rumorosa
che da interi anni germoglia dall’oblio.
In questa città le cose non sono cambiate,
ma il tempo è passato lasciando in noi
una patina gialla, un aroma irrespirabile
di rampicanti appassite,
l’odore stucchevole e severo del fallimento.
Sono triste e parlo da solo. È ciò che accade quando uno
si sente triste, parla con se stesso.
O con i morti.
Ubi sunt, doña Blanca, dove sono,
dove sono, dove sono quei giorni?
—
EL SOLAR
Toda la vida buscando los campos
verdes de menta que te dijeron una vez
existían, no sabes dónde, pero existían
porque algunos habían estado allí, decían,
y trajeron en sus manos gozosas
el suave olor de la lavanda y de la piperita dulce.
Toda la vida la misma letanía:
estudia, trabaja, contrólate,
sé hombre de provecho que la vida no es fácil,
y que el futuro depende del ahora,
y que quien guarda halla, y que quien siembra recoge,
y que quien no sufre alguna vez
no merece conocer la dimensión del gozo.
Toda la vida, que tantos años son nada.
Y que ocurre que el sacrificio rinde ganancias,
y que el hombre es bueno y que la sociedad lo corrompe,
y que somos racimos de idéntica uva,
y la moral y la ética y el estético comportamiento humano.
Y preparemos un mundo mejor,
que el que tenemos no sirve,
como si eso, hasta ahora, hubiese dependido alguna vez
del sacrificio, del estudio, del trabajo,
del provecho, de la esperanza de una minoría humana.
Un mundo mejor… los campos de menta…
el fresco olor a piperita dulce…
o el solo solar donde ahora te hallas
remangándote el frío hasta las ligas
como puta vieja desconsolada y triste
esperando que alguien le ofrezca dos pesetas de luz
o le dé tan siquiera, con cargo a su cuenta,
un simple beso desinteresado y herido
en su boca aún agraz de amapola olvidada.
L’ERMO SUOLO
Tutta la vita alla ricerca dei campi
verdi di menta che una volta ti dissero
che esistevano, non sai dove, ma esistevano
perché alcuni erano stati lì, dicevano,
e avevano portato nelle loro gioiose mani
il leggero profumo della lavanda e della menta piperita.
Tutta la vita la medesima litania:
studia, lavora, controllati,
sii uomo di spessore che la vita non è facile,
e che il futuro dipende dall’ora,
e che chi risparmia trova, e chi semina raccoglie,
e chi non soffre qualche volta
non merita di conoscere la dimensione della gioia.
Tutta la vita, che tanti anni non sono nulla.
E succede che il sacrificio ricompensa,
e quell’uomo è buono e che la società lo corrompe,
e che siamo grappoli della stessa uva,
e della morale, dell’etica e dell’estetico agire umano.
E prepariamo un mondo migliore,
che quello che abbiamo non serve,
come se ciò, fino ad ora, fosse mai dipeso
dal sacrificio, dallo studio, dal lavoro,
dal profitto, dalla speranza di una minoranza umana.
Un mondo migliore… i campi di menta…
il fresco profumo della menta piperita…
o soltanto l’ermo suolo dove ora ti trovi
rimboccandoti il freddo fino alle cosce
come una vecchia puttana sconsolata e triste
aspettando che qualcuno le offra due pesetas di luce
o le dia, a carico del suo conto,
un semplice bacio disinteressato e ferito
nella sua bocca ancora agra di papavero dimenticato.
—
LIBRO DE POEMAS
Alguien,
desconocido y cercano,
dejó en este cajón
el libro de una historia,
un diario brumoso
acuñado en el plomo
de los días de espera.
Pintó un reloj en cada página,
un laberinto invisible
trazó en el desvaído
papel indescifrable:
la espera de los sueños,
el humo del fracaso
y un profundo abandono
de pétalo olvidado.
LIBRO DI POESIE
Qualcuno,
ignoto e prossimo
ha lasciato in questo cassetto
il libro di una storia,
un diario brumoso
forgiato nel piombo
dei giorni di attesa.
Ha dipinto un orologio su ogni pagina,
un labirinto invisibile
ha tracciato nella sbiadita
carta indecifrabile:
l’attesa dei sogni
il fumo del fallimento
e un abbandono profondo
da petalo dimenticato.
—
APARTAMENTO EN OTOÑO
Todos se fueron ya porque es otoño
y apagaron la luz de los pasillos,
dejaron un silencio como niebla
en el jardín sin signos de verano.
La luna es grande y blanca en la ventana,
la luna es la farola de esta noche
de lunes, larga, larga, casi un río
de sueño y de infinito, casi muerte.
Aquí se oye el mar como un silencio
que no quisiera ser, como las hojas
de un viento que remueve la memoria.
Se oye el mar y es parte de esta casa,
la única con luz en la ventana
que da a los bares tristes y vacíos.
APPARTAMENTO IN AUTUNNO
Tutti sono già andati via perché è autunno
e hanno spento la luce dei corridoi,
hanno lasciato un silenzio come nebbia
nel giardino senza indizi d’estate.
La luna è grande e bianca alla finestra
la luna è il lume di questa notte
di lunedì, lunga, lunga, quasi un fiume
di sogno e d’infinito, quasi morte.
Qui si sente il mare come un silenzio
che non vorrebbe esserlo, come le foglie
di un vento che smuove la memoria.
Si sente il mare ed è parte di questa casa,
l’unica con luce nella finestra
che si affaccia sui bar mesti e vuoti.
—
TRISTE DE TI
A ver si tú me entiendes, no estoy solo,
estoy triste de ti, que no es lo mismo,
y me duele el recuerdo aunque no importe
en este invierno herido de caléndulas.
Estoy triste de ti; tal vez lo mismo
que estar triste de mí, triste de todo,
del sueño, del destino, la esperanza.
Estar triste de ti no es estar triste
de luz, del amargor de lengua nueva,
de Dios, de los humanos y del tiempo.
Se trata de estar triste sin remedio
pues la edad de la lluvia es cosa triste
sin manos para el talle de tu barro,
sin pan para las noches de mi sangre.
TRISTE DI TE
Vediamo se mi comprendi, non sono solo,
sono triste di te, che non è la stessa cosa,
e mi fa male il ricordo anche se non importa
in questo inverno ferito di calendule.
Sono triste di te; forse è lo stesso
che essere triste di me, triste di tutto,
del sogno, del destino, della speranza.
Essere triste di te non è essere di triste
della luce, dell’amarezza di una lingua nuova,
di Dio, degli umani e del tempo.
Si tratta di essere triste senza rimedio
poiché l’età della pioggia è cosa triste
senza mani per la misura della tua argilla,
senza pane per le notti del mio sangue.
—
TATUAJE
No te esfuerces en huir
ni en buscar horizontes más allá
de las montañas.
No juegues a encontrar
el país desconocido,
ni valles nuevos
de paz
entre los montes del alma.
La soledad te habrá de hallar
en el cubil más lejano,
en la más fría casa olvidada,
pues con la negra máscara
de su rostro
tatuada llevas la piel.
TATUAGGIO
Non ti sforzare di fuggire
né di cercare orizzonti al di là
delle montagne.
Non giocare a trovare
il paese sconosciuto,
né valli nuove
di pace
tra i monti dell’anima.
La solitudine ti dovrà trovare
nel riparo più lontano,
nella più fredda casa dimenticata,
poiché con la maschera nera
del suo volto
porti la pelle tatuata .
—
EL ALMA DE LA TARDE, LA BELLEZA
El alma de la tarde, la belleza
marchita de la luz en los portales,
el múrice dorado de las nubes,
los ecos mortecinos que el levante
difunde por trigales y labranzas
mortales son si mueren con nosotros,
si mueren a los ojos y a la lengua,
al tacto y a la flor de los sentidos,
si un día han de acabar como acabaron
las horas ya difuntas que, en su tránsito,
capaces de asolar el tiempo, fueron
veloces, fugitivos rayos mudos.
La tumba profanada de los sueños
hoy huele como algas insepultas
que no vuelven al mar con las mareas.
Dejadme contemplar el panorama:
de piedra sueños muertos en sudarios,
la soledad, el viento en las acacias,
los folios del recuerdo, y el lamento
de que algo se está yendo para siempre.
L’ANIMA DELLA SERA, LA BELLEZZA
L’anima della sera, la bellezza
appassita della luce nei portali,
il murice dorato delle nuvole,
gli echi affievoliti che il levante
diffonde lungo i campi di grano e coltivazioni
mortali sono se muoiono con noi,
se muoiono agli occhi e alla lingua,
al tatto e a fior di sensi,
se un giorno devono finire come finiscono
le ore già defunte che, nel loro transito,
capaci di rovinare il tempo, furono
veloci, fuggitivi fulmini muti.
La tomba profanata dei sogni
oggi ha l’odore di alghe insepolte
che non tornano al mare con le maree.
Lasciatemi contemplare il panorama:
di pietra sogni morti nei sudari,
la solitudine, il vento nelle acacie,
i fogli del ricordo, e il lamento
che qualcosa sta andando via per sempre.
—
A VECES EL MAR TIENE UN EXTRAÑO SOSIEGO
A veces el mar tiene un extraño sosiego
que las aves imitan, una incierta conciencia
de la vida que pasa inútilmente hermosa,
preciosamente vana, calladamente inmóvil.
Es el mudo deseo de ser hoja en la brisa
lo que emulan las aves. A veces el mar tiene
una cierta tristeza que las aves imitan,
el rotundo vacío de un poniente sin ecos
de veranos antiguos. Es la blanca nostalgia
de la infancia sin prisas lo que emulan las aves.
A veces el mar tiene las ventanas abiertas
y un batir de visillos que las aves imitan,
un aroma de fruta otoñal y madura
en el cesto dormido. Es el lento destino
en espejos de agua lo que emulan las aves.
A veces el mar tiene reflejos de mis alas.
A VOLTE IL MARE HA UNA STRANA QUIETE
A volte il mare ha una strana quiete
che gli uccelli imitano, un’incerta coscienza
della vita che trascorre inutilmente bella,
preziosamente vana, silenziosamente immobile.
È il muto desiderio di essere foglia nella brezza
ciò che emulano gli uccelli. A volte il mare ha
una certa tristezza che gli uccelli imitano,
il reboante vuoto di un ponente senza echi
di antiche estati. È la bianca nostalgia
dell’infanzia senza premure ciò che emulano gli uccelli.
A volte il mare ha le finestre aperte
e uno sbattere di tende che gli uccelli imitano,
un aroma di frutta autunnale e matura
nel cesto assopito. È il lento destino
in specchi d’acqua ciò che emulano gli uccelli.
A volte il mare ha riflessi delle mie ali.
—
TAL VEZ FUESE VERANO
Tal vez fuese verano y los jazmines
del parque estaban vivos. Por las noches
olían. Y dormían en silencio
los pájaros oscuros de las torres.
El mundo iba muy lento. Tú tenías
una blusa turquesa y unos ojos
muy grandes y una voz blanca y alegre
y unos pechos que no pesaban nada.
Recuerdo que reías, y mirabas
como quien mira a Dios, como quien mira
el mar desde los montes de la aurora.
Recuerdo, era verano y tú eras malva,
tenías en el cuerpo la dulzura
de las moreras blancas y los guindos.
FORSE ERA ESTATE
Forse era estate e i gelsomini
del parco erano vivi. Di notte
profumavano. E dormivano in silenzio
gli oscuri uccelli delle torri.
Il mondo procedeva molto lento. Tu avevi
una camicetta turchese e degli occhi
molto grandi e una voce bianca e allegra
e dei seni che pesavano nulla.
Ricordo che ridevi e guardavi
come chi guarda Dio, come chi guarda
il mare dai monti dell’aurora.
Ricordo che era estate e tu eri malva,
avevi nel tuo corpo la dolcezza
dei gelsi bianchi e dei ciliegi.
—
AURORA
Amanece detrás del campanario
y, en torno a las antenas, la mañana
agita ya un torrente de vencejos.
La claridad callada de esta hora
va lenta,poco a poco iluminando
su rostro tan distinto al de la noche.
De pronto abre los ojos, me sonríe
como un ángel de luz que apareciera
entre nubes de sueño. El horizonte
nos llama hacia una vida de noticias,
de música y café.
Y se desnuda
como quien abre un ramo de lavandas,
y pisa el aire y lleva sus caderas
hacia el humo del baño. La contemplo
como un feliz muchacho que de pronto
descubriera el sentido de estar vivo.
AURORA
Fa giorno dietro il campanile
e, intorno alle antenne, il mattino
agita già un flusso di rondoni.
Il silenzioso chiarore di quest’ora
va piano,poco a poco illumina
il suo volto così diverso da quello della notte.
All’improvviso apre gli occhi, mi sorride
come un angelo di luce che appare
tra nuvole di sogno. L’orizzonte
ci chiama a una vita di novità,
di musica e di caffè.
E si spoglia
come chi apre un mazzo di lavande,
e calpesta l’aria e porta i suoi fianchi
nel fumo del bagno. La contemplo
come un ragazzo felice che all’improvviso
scopre il senso di essere in vita.
—
ANTES
Y llegaban las lluvias a los patios dormidos,
las cigüeñas se iban y volvían los vientos,
regresaban las sombras a las tapias desnudas
de los domingos largos. Era un frío callado
en las aulas. De nuevo las estampas de fútbol
en el álbum, el miedo de los lunes oscuros,
de la iglesia, el silencio de los libros de Historia,
los tebeos, los cuentos, los primeros cigarros
que sabían a cine, a crepúsculo y pájaros.
Y llegaban las lluvias, y la niebla en los pinos,
y noviembre, y las dalias, y mi madre cosiendo,
y mi hermano jugando a la luz de la alcoba,
y mi padre en la sala con la radio. Y la tarde
que sabe a chocolate y huele a pegamento.
PRIMA
E arrivavano le piogge nei cortili addormentati,
le cicogne andavano via e tornavano i venti,
le ombre riapparivano sulle pareti nude
delle lunghe domeniche. Era un freddo silenzioso
nelle aule. Di nuovo le figurine di calcio
nell’album, la paura dei lunedì bui,
della chiesa, il silenzio dei libri di Storia,
i fumetti, i racconti, le prime sigarette
con sapore a cinema, a crepuscolo e a uccelli.
E arrivavano le piogge, e la nebbia tra i pini,
e novembre, e le dalie, e mia madre che cuce,
e mio fratello che gioca alla luce dell’alcova,
e mio padre in soggiorno con la radio. E la sera
che ha il sapore di cioccolata e l’odore di colla.
—
QUE LA VIDA NOS HACE VAGABUNDOS SIN PERROS
Que la vida nos hace vagabundos sin perros
es verdad como el vino que enturbia los vocablos
en sórdidas tabernas de calles solitarias
donde el viento barriera los últimos residuos
de verbenas conclusas, los confetis flotantes
sin más rumbo que olvido en los cubos del alba.
Es cierto que la vida nos convoca a los ritos
del reloj en las aras del dios intransigente
que reclama demencia. Que la vida nos quiere
vagabundos errantes es verdad. Nos regala
un epítome nuevo cada huida de luna
con que, solos y a tientas, redactar el asunto
que nos tiene ocupados en las salas del tiempo
donde esperan los trenes que nos llevan, turbados,
por paisajes futuros y estaciones diversas.
Oh, la vida otras veces nos acuna en sus brazos,
y comete un instante en nosotros estupro,
y nos deja en la ropa el esperma del sueño,
un olor indeleble a colonia barata.
CHE LA VITA CI RENDE DEI VAGABONDI SENZA CANI
Che la vita ci rende dei vagabondi senza cani
è vero come il vino che intorbidisce le parole
in sordide taverne nelle strade solitarie
dove il vento ha spazzato via gli ultimi residui
di feste concluse, i coriandoli fluttuanti
senza altra rotta che l’oblio nei secchi dell’alba.
È vero che la vita ci convoca nei riti
dell’orologio nelle are del dio intransigente
che reclama demenza. Che la vita ci vuole
dei vagabondi erranti è vero. Ci regala
una nuova epitome ogni fuga di luna
con cui, da soli e a tentoni, redigere la cosa
che ci tiene occupati nelle sale del tempo
dove attendono i treni che ci conducono, turbati,
attraverso futuri paesaggi e stagioni diverse.
Oh, la vita altre volte ci culla tra le sue braccia,
e commette per un istante in noi uno stupro,
e ci lascia sui nostri vestiti lo sperma del sogno,
un odore indelebile di colonia da quattro soldi.
—
EL SUEÑO DEL NÓMADA
Pensabas que el que deserta de la vida vive en el desierto. W. SZYMBORSKA
Estar así. No temer al tiempo,
ni al hogar, ni al abandono,
ni al residuo que queda
tras un día de calma.
Desterrar el miedo.
Ni oscuridad, ni viento de cometa
han de abrir estas ventanas.
La madurez supuesta
está formada por signos invisibles de derrota,
por los desnudos ritos
que celebra la ausencia.
Estar así:
la utilidad del pan
y la tristeza de los atardeceres vivos
cargados de palabras habitadas.
Sepultar las tablas diversas del recuerdo,
que lo que cubre la tierra,
si no es semilla, se pudre.
Estar así. No más temor al destino:
la incertidumbre espesa
de un día de lluvia
al amparo de un sueño
que, seguramente,
nunca habrá de ser cumplido,
nunca, nunca,nunca habrá de ser cumplido.
IL SOGNO DEL NOMADE
Pensavi che chi diserta la vita vive nel deserto. W. SZYMBORSKA
Trovarsi così. Non temere il tempo,
né la casa, né l’abbandono,
né al residuo che resta
dopo una giornata di calma.
Esiliare la paura.
Né oscurità né vento di cometa
devono aprire queste finestre.
La presunta maturità
è fatta da segni invisibili di sconfitta,
dai nudi riti
che celebra l’assenza.
Trovarsi così:
l’utilità del pane
e la tristezza dei vivi tramonti
carichi di parole vissute.
Seppellire le varie tavole del ricordo,
ciò che la terra copre,
se non è seme, marcisce.
Trovarsi così. Non più paura del destino:
la spessa incertezza
di un giorno di pioggia
al riparo di un sogno
che, sicuramente,
non si realizzerà mai,
mai, mai,
mai si realizzerà.
—
ÁLBUM DE VIAJE
A qué has venido aquí, a esta ciudad
desierta y quieta,
a este lugar donde anochece el frío
y tornan ya a las torres
las últimas sombras
vencidas de la tarde. A qué viniste
huyendo de tus días,
de tu derrota ahora irremediable,
qué viniste a buscar que ya no tienes
a esta ciudad nevada que te acoge,
que te exhuma en silencio la aterida
gangrena del recuerdo.
Fotos antiguas
en un álbum abierto, voces
que ignoras si existieron
y que oyes ahora con claridad fulgente
en esta noche vieja como ellas.
A qué has venido aquí a levantar los sueños
si ya no son los sueños de tu infancia,
si ya se puso el sol en los tejados.
Miras
la
nieve
caer
sobre los bancos negros y vacíos,
los fuegos de artificio en los espejos del Neva.
A qué viniste aquí.La nieve es dulce
como algodón de feria en tu memoria,
cae lenta como plumas posándose en las cúpulas,
cubriendo los aleros del futuro y del miedo,
borrando los caminos
que nunca más podrás tomar de vuelta.
ALBUM DI VIAGGIO
Cosa sei venuto a fare qui, in questa città
deserta e quieta,
in questo luogo dove tramonta il freddo
e tornano alle torri ormai
le ultime ombre
esaurite della sera? Cosa sei venuto a fare
fuggendo dai tuoi giorni,
dalla tua sconfitta irrimediabile ora?
Cosa sei venuto a cercare che non hai più
in questa città innevata che ti accoglie,
che silenziosamente ti riesuma l’intorpidita
cancrena del ricordo?
Foto antiche
in un album aperto, voci
che ignori se siano esistite
e che ora senti con chiarezza fulgente
in questa notte vecchia come esse.
Cosa sei venuto a fare qui a suscitare i sogni
se non sono più i sogni della tua infanzia,
se il sole si è già posato sui tetti?
Guardi
la
neve
cadere
sulle panchine nere e vuote,
i fuochi d’artificio sugli specchi della Neva.
Cosa sei venuto a fare qui? La neve è dolce
come cotone da fiera nella tua memoria,
cade lentamente come piume posandosi sulle cupole,
coprendo i cornicioni del futuro e della paura,
cancellando le vie
che mai più potrai riprendere.
—
LOLITA
Qué estupidez a mis años
jugando a las muñecas
contigo. ¿Qué castigo se impondrá,
según el Libro,
por pecar de pensamiento
con las hijas de los hombres?
No hay dioses que me culpen
si sienten lo que siento.
Tengo la edad de tu padre,
aunque no existe duda
de que te miro con otras gafas.
Espero que no trascienda.
Cómo me gustaría desabrocharte la camisa.
Ese bullicio de hormigas en el pecho
es el premio secreto a tu sonrisa.
Debo de estar enfermo porque me siento feliz:
esta mañana
me he levantado antes de lo acostumbrado
para besar las colillas
que ayer tarde dejaste en mi mesa.
LOLITA
Che sciocchezza alla mia età
giocare alle bambole
con te. Quale punizione s’imporrà,
secondo il Libro,
per aver peccato di pensiero
con le figlie degli uomini?
Non ci sono dei che possano incolparmi
se sentono ciò che io sento.
Ho l’età di tuo padre
sebbene non ci siano dubbi
che ti guardo con altri occhi.
Spero di non trascendere.
Come vorrei sbottonarti la camicia.
Quel tumulto di formiche nel petto
è il premio segreto per il tuo sorriso.
Devo essere malato perché mi sento felice:
questa mattina
mi sono alzato prima del solito
per baciare i mozziconi
che ieri sera tardi hai lasciato sul mio tavolo.
—
OTRO MILAGRO DE LA PRIMAVERA
Otro sol, otra luz, otras gaviotas,
otras voces, la tarde que se alarga,
el viento que hace dulce la ceniza,
otra calle, otro cielo, otro silencio.
Otra piel, otro tiempo, la veleta
que deja de girar y apunta al Este,
otro sueño, otra hierba, otras muchachas
haciendo incontenible la nostalgia.
Si ahora yo tuviera esa otra luz,
el viento, ese otro sol, la tarde dulce,
el cielo del silencio y la veleta.
del sueño señalando otra distancia,
intuyo, no estaría aquí esperando
otro milagro de la primavera.
UN ALTRO MIRACOLO DELLA PRIMAVERA
Un altro sole, un’altra luce, altri gabbiani,
altre voci, la sera che si allunga,
il vento che rende dolci le ceneri,
un’altra strada, un altro cielo, un altro silenzio.
Un’altra pelle, un altro tempo, il segnavento
che smette di girare e punta a Est,
un altro sogno, un’altra erba, altre ragazze
rendendo incontenibile la nostalgia.
Se ora io avessi quell’altra luce,
il vento, quell’altro sole, la dolce sera,
il cielo del silenzio e il segnavento
del sogno che indica un’altra distanza,
intuisco, che non starei qui ad aspettare
un altro miracolo della primavera.
—
EL RESTO DE LOS DÍAS
Escribo desde el resto de los días,
desde la luz cerrada del invierno,
hacia el futuro escribo con palabras
que nunca volverán a la memoria.
El tiempo, viejo lobo, irá mordiendo
los ya heridos talones de mis años
y pasar ignrando por las viñas
con un racimo de frágil en los dedos.
Evocar el presente desvaído
en la niebla. Del reino del relámpago
retornarán las lluvias obstinadas
que ya no mojarán mis hombros grises,
que nunca regarán ya mis fracasos,
deshojando las rosas del olvido.
IL RESTO DEI GIORNI
Scrivo dal resto dei giorni,
dalla chiusa luce dell’inverno,
verso il futuro scrivo con parole
che non torneranno mai alla memoria.
Il tempo, vecchio lupo, andrà a mordere
i già feriti talloni dei miei anni
e passerò ignorato tra i vigneti
con un grappolo fragile tra le dita.
Evocherò il presente sbiadito
nella nebbia. Dal regno dei fulmini
torneranno le piogge ostinate
che non bagneranno più le mie spalle grigie,
che mai annaffieranno i miei fallimenti,
sfoltendo le rose dell’oblio.
—
PAISAJE
Es un paisaje extraño el de estos días,
el impuesto paisaje de la niebla,
el de esta niebla extraña que conoces
porque vives la noche de esa suerte.
Es un paisaje extraño el de ti mismo
y el de fuera de ti, el que no entiendes,
un paisaje ya ajeno el de tu mismo
fantasma envejecido en el asombro.
Te perdiste las fiestas que inventaron
las promiscuas calendas de la vida.
Ya no importa el dolor. Vino la calma
a ofrecerte el paisaje que ahora aceptas:
la niebla en la ventana y la ventisca.
Tú: carne, soledad, agua y memoria.
PAESAGGIO
È uno strano paesaggio quello di questi tempi,
l’imposto paesaggio della nebbia,
quello di questa strana nebbia che conosci
perché vivi la notte in quella forma.
È uno strano paesaggio quello di te stesso
e quello fuori di te, quello che non capisci,
un paesaggio già estraneo quello del tuo stesso
fantasma invecchiato nello stupore.
Ti sei perso le feste che hanno inventato
le promiscue calende della vita.
Ormai non importa il dolore. È venuta la calma
ad offrirti il paesaggio che ora accetti:
la nebbia sulla finestra e la bufera.
Tu: carne, solitudine, acqua e memoria.
—
PASEO VESPERTINO
Este hombre pasea solo por las calles
encendidas de la ciudad,
camina,
piensa,
atardece.
Y hace frío. Lleva una mano
olvidada en el bolsillo
y una bufanda cálida le cubre
el grito sofocado del tedio.
Un hombre camina por la ciudad
en este crepúsculo universal
e inmenso bajo los árboles
desnudos de hojas y de pájaros.
Ya no es joven, no es joven,
pero tuvo esplendor en la mirada,
amigos que fueron deshaciéndose
o que pasean,
—¿también solos?—
por otras ciudades tan distintas de ésta misma.
Ha quemado los años, se fueron quemando con la prisa.
No le consuela la voz de la memoria,
ni el recuerdo baldío de las mujeres que tuvo,
ni el deseo esperanzado
de tener otras un día.
Se han cerrado ya las puertas
y no merece la pena golpear en ninguna.
Es un hombre que pasea extraño en la ciudad,
es un hombre cualquiera deshojado de sueños.
Camina despacio con pasos desganados,
mira al cielo y bosteza, se detiene
ante una tienda, se acomoda las gafas,
alza los ojos
y me ve reflejado en los cristales.
PASSEGGIATA VESPERTINA
Quest’uomo passeggia da solo per le strade
accese della città,
cammina,
pensa,
tramonta.
E fa freddo. Porta una mano
dimenticata in tasca
e una sciarpa calda copre
il grido soffocato del tedio.
Un uomo cammina per la città
in questo crepuscolo universale
e immenso sotto gli alberi
nudi di foglie e di uccelli.
Non è più giovane, non è giovane,
ma ha avuto splendore nello sguardo,
amici che man mano cadevano a pezzi
o che passeggiano,
—anche da soli?—
in altre città così diverse da questa.
Ha bruciato gli anni, si sono bruciati con la fretta.
Non lo consola la voce della memoria,
né il ricordo desolato delle donne che ha avuto,
né il desiderio speranzoso
di averne altre un giorno.
Le porte si sono già chiuse
e non vale la pena bussare a nessuna .
È un uomo che cammina estraneo per la città,
è un uomo qualunque spogliato di sogni.
Cammina piano con passi svogliati,
guarda in cielo e sbadiglia, si ferma
davanti a un negozio, si sistema gli occhiali,
alza gli occhi
e mi vede riflesso sulle lenti.
—
ESTE ESPEJO DEL CUARTO DE BAÑO
Este espejo del cuarto de baño
me conoce como yo mismo,
casi me habla.
Por las mañanas me saluda
con sus pecas blancas de jabón
y salpicaduras de crema dental.
Por la noche aparta la vista
por no ver la cara mustia y cansada,
la de poros violentos y ojos de besugo.
Este espejo del cuarto de baño
conoce mis secretos íntimos
y mi verdad oculta:
la ansiedad precisa de los fracasos
de los días y las noches,
cotidianos, repetidos,
sin solución aparente.
A este espejo
hace tiempo que se le pudrió
la lámpara,
pero me observa y saluda
desde la sombra sorda,
desde la eterna nada
que florece en el silencio.
QUESTO SPECCHIO DELLA SALA DA BAGNO
Questo specchio della sala da bagno
mi conosce come me stesso,
quasi mi parla.
Le mattine mi saluta
con le sue bianche lentiggini di sapone
e schizzi di dentifricio.
Di notte distoglie lo sguardo
per non vedere il viso mesto e stanco,
quello coi pori violenti e gli occhi da pesce lesso.
Questo specchio della sala da bagno
conosce i miei intimi segreti
e la mia verità nascosta:
l’esatta ansia dei fallimenti
dei giorni e delle notti,
quotidiani, ripetuti
senza soluzione apparente.
A questo specchio
da molto tempo si è imputridita
la lampadina,
ma mi osserva e saluta
dall’ombra sorda,
dal nulla eterno
che germoglia nel silenzio.
—
EL DÍA QUE ME ENTERRARON
El día que me enterraron
no tenía nada de especial.
Ni llovía
ni hacía un día florido
de primavera dulce.
El día que me enterraron
tapiaron mi puerta
con ladrillos gruesos
de indiferencia y sombra.
No recuerdo
a qué hora me enterraron,
ni dónde.
Solo creo tener el presentimiento
vago
de haber notado
aquel frío eterno en las entrañas,
este frío intenso y paralizante
que aún siento,
a veces,
cuando los vivos vienen a visitarme.
IL GIORNO IN CUI FUI SEPOLTO
Il giorno in cui fui sepolto
non aveva nulla di speciale.
Non pioveva
non era neanche una lieta giornata
di primavera dolce.
Il giorno in cui fui sepolto
hanno serrato la mia porta
con grossi mattoni
d’indifferenza e di ombra.
Non ricordo
a che ora fui sepolto,
né dove.
Credo solo di avere il vago
presentimento
di aver notato
quel freddo eterno nelle viscere,
questo freddo intenso e paralizzante
che sento ancora,
qualche volta,
quando i vivi vengono a visitarmi.
—
LO QUE UN DÍA DEJASTE
Lo que un día dejaste en el agua del pozo
has venido buscando, pero el pozo está seco
como nube en el horno de mañana de estío.
Ahora vienes y encuentras soledad, que no es poco,
unos pájaros sordos en los trenes del humo
y una niebla escondida detrás de los cipreses.
Un ejército dulce de libélulas rojas
se ha posado en las cañas del poniente morado
anunciando la noche, cuna vieja de insectos.
Y te vas a la playa solitaria y vacía
sin querer ser feliz, pues la dicha no es nada,
solo un labio fugaz que en el alba se pierde.
Lo que un día dejaste en el agua del pozo
ahora vienes buscando, pero el pozo es un lecho
de guijarros dormidos, de madera olvidada,
ese tren que nos lleva hacia oscuros crepúsculos.
CIÓ CHE UN GIORNO HAI LASCIATO
Ció che un giorno hai lasciato nell’acqua del pozzo
sei venuto a cercare, ma il pozzo si è seccato
come nuvola nel forno di una mattina d’estate.
Ora vieni e trovi solitudine, che non è poco,
alcuni uccelli sordi nei treni del fumo
e una nebbia nascosta dietro i cipressi.
Un esercito dolce di libellule rosse
si è posato sulle canne del ponente ametista
annunciando la notte, vecchia culla d’insetti.
E te ne vai sulla spiaggia solitaria e deserta
senza voler essere felice, perché la gioia non è niente,
solo un labbro fugace che all’alba si perde.
Ciò che un giorno hai lasciato nell’acqua del pozzo
ora vieni a cercare, ma il pozzo è un letto
di sassi addormentati, di legno dimenticato,
quel treno che ci porta verso oscuri crepuscoli.
—
NO TIENE LA CARCOMA LUGAR EN LA NOSTALGIA
No tiene la carcoma lugar en la nostalgia,
ni tiene la nostalgia lugar en el otoño.
No tiene la tristeza lugar en este cielo
nacido de los ojos azules de los días.
Es tiempo lo que mide la edad de los objetos,
mas no la de la vida incierta como lluvia
que inunda la memoria. ¿Recuerdas? Era otoño.
Desde el puente de Carlos mirabas el Moldava
dorado por las luces ya viejas de la tarde.
El jazz y la cerveza por las calles de Praga.
Resonaban los pasos de los viejos poetas,
los últimos fulgores allí en la Plaza Vieja,
crepúsculos de sombras y piedras silenciosas.
Vencidos en la noche buscábamos tabernas
y un sueño donde hallar farolas encendidas
que nos tocase el alma con manos ruborosas.
Yo sé que lo recuerdas. Las calles de Hradcany
tenían la belleza del tiempo ya vivido,
de un tiempo de pasión vivido con dulzura.
Y era bueno aprender que la vida no es nada
si un instante en la dicha es un beso desnudo
que en las calles vacías reverbera en el aire.
IL TARLO NON HA POSTO NELLA NOSTALGIA
Il tarlo non ha posto nella nostalgia,
né la nostalgia ha posto nell’autunno.
Non ha la tristezza posto in questo cielo
nato dagli occhi blu dei giorni.
E’ tempo ciò che misura l’età degli oggetti,
ma non quello della vita incerta come pioggia
che inonda la memoria. Ricordi? Era autunno.
Dal Ponte Carlo guardavi la Moldava
dorata già dalle luci vecchie della sera.
Il jazz e la birra per le strade di Praga.
Risuonavano i passi dei vecchi poeti,
gli ultimi bagliori lì nella Piazza Vecchia,
crepuscoli di ombre e pietre silenziose.
Esausti nella notte cercavamo osterie
e un sogno, dove trovare lumi accesi,
che ci toccasse l’anima con mani arrossate.
Io so che lo ricordi. Le strade di Hradčany
avevano la bellezza del tempo già vissuto,
di un tempo di passione vissuto con dolcezza.
Ed era un bene imparare che la vita non è niente
se un istante nella gioia è un bacio nudo
che nelle strade vuote riverbera nell’aria.
—