Desde que se interrumpió el alto al fuego y se reanudaron los intensos bombardeos y operaciones terrestres en la Franja de Gaza, al menos 322 niños y niñas han muerto y 609 han resultado heridos, lo que representa un promedio diario de casi 100 niños y niñas muertos o mutilados en los últimos diez días. La mayoría de estos niños y niñas estaban desplazados y vivían refugiados en tiendas de campaña improvisadas o en viviendas dañadas. Estas cifras incluyen a los niños y niñas que, según fuentes, murieron o resultaron heridos en un ataque perpetrado el 23 de marzo contra el departamento quirúrgico del Hospital Al Nasser, en el sur de Gaza.
La reanudación de los bombardeos incesantes e indiscriminados se suma al bloqueo total de la entrada de suministros a la Franja de Gaza, que comenzó hace ya más de tres semanas. Como resultado, la respuesta humanitaria se encuentra sometida a una fuerte presión, y la población civil de Gaza –especialmente el millón de niños y niñas que viven allí– corre un grave peligro.
“El alto al fuego proporcionó una sensación de seguridad muy necesaria para los niños y las niñas de Gaza, así como un atisbo de esperanza hacia la recuperación”, afirmó la Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell. “Sin embargo, la infancia ha sido condenada una vez más a un ciclo de violencia mortal y privaciones. Todas las partes deben cumplir sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario y proteger a la infancia”.
En el transcurso de casi 18 meses de guerra, más de 15.000 niños y niñas han muerto y al menos 34.000 han resultado heridos. Por si esto fuera poco, cerca de un millón de niños y niñas han tenido que desplazarse repetidas veces y se han visto privados de su derecho a obtener servicios básicos.
Al no permitirse la entrada de ayuda a la Franja de Gaza desde el 2 de marzo –lo que representa el período más largo de bloqueo la ayuda desde el comienzo de la guerra–, los alimentos, el agua potable, la vivienda y la atención médica se han vuelto cada vez más escasos. Sin estos suministros esenciales, la malnutrición, las enfermedades y otros problemas de salud podrían multiplicarse, y esto provocaría un aumento de las muertes infantiles por causas evitables.
Las organizaciones humanitarias están trabajando sin descanso para proteger y apoyar a los niños y niñas que se encuentran en estas terribles condiciones, pero siguen enfrentándose a ataques que ya han acabado con la vida de cientos de trabajadores humanitarios y han herido a otros tantos. Estos ataques constituyen una violación del derecho internacional humanitario y ponen en peligro la continuidad de unas operaciones que revisten una importancia crítica y vital para las personas más necesitadas. Pese a los peligros actuales, UNICEF se compromete a seguir prestando el apoyo humanitario del que dependen los niños y las familias para sobrevivir y estar a salvo.
UNICEF sigue exhortando a las partes a que cesen las hostilidades y restablezcan el alto al fuego. Asimismo, es imprescindible permitir la entrada de la ayuda humanitaria y los bienes comerciales a la Franja de Gaza, así como su distribución por todo el territorio. Los niños y las niñas que están enfermos o heridos deben ser evacuados para recibir atención médica. Los civiles –incluidos los niños y niñas y los trabajadores humanitarios– y las infraestructuras esenciales que siguen en pie deben protegerse, y los rehenes deben ser liberados.
UNICEF insta también a los Estados a utilizar su influencia para poner fin al conflicto y garantizar que se respete el derecho internacional humanitario, especialmente en lo relativo a la protección de la infancia. El mundo no puede quedarse al margen y permitir que la matanza y el sufrimiento de los niños y niñas continúen.