El pasado 18 de octubre, Bolivia fue a las urnas para definir quienes gobernarían el país los próximos cinco años y aunque a muchos el resultado no les convence, es momento de mirar adelante.
Después de superar una etapa dura para el país, no solo por las inestabilidades económicas y sociales que un Gobierno de transición puede acarrear, sino por el golpe de la pandemia del coronavirus, es momento de resolver los conflictos económicos, mejorar nuestro sistema de salud y cambiar el sistema judicial.
Los desafíos para el país y las autoridades electas en el Ejecutivo y el Legislativo son grandes. Primero, los ciudadanos están cansados de violencia, bloqueos y conductas radicales. Segundo, el coronavirus no se ha ido y se espera una segunda ola, momento para el que nuestro sistema de salud debe estar preparado. Finalmente, hoy más que nunca se hizo tan evidente que la Justicia del país es funcional al Gobierno de turno; vimos como favoreció al Gobierno de transición, pero también como lo hace con el Gobierno actual. Eso debe cambiar.
El presidente del Estado, Luis Arce Catacora, aún lleno de resentimientos, nos retrató a grandes rasgos en qué situación se encuentra la economía del país. Independientemente de los motivos (mala administración o pandemia, quizá ambos), las cifras son alarmantes al igual que en muchos países de la región. Eso no significa que concentremos nuestras fuerzas en buscar culpables o lamentarnos, pues el Gobierno debe dar señales claras para salir de la recesión.
Como verán, la lista de tareas es larga y puede seguir creciendo sin duda. Por ello es importante concentrar las energías en superar el pasado y mirar adelante para construir un mejor país.